—Realmente no aprecio tu actitud ni tu lenguaje. Voy a verlo por mí misma —dijo Sha Shou con un puchero. Estaba haciendo todo lo humanamente posible por aferrarme a la serpiente, al dragón, a la cosa que me estaba arrastrando a través de la selva en su intento de huir de lo que fuera que la perseguía.
—Como quieras —dije, aún esperando las hojas de muñeca de los dedos del pie. No había manera de que pudiera activar las hojas a través de mi unidad de muñeca, así que tendría que esperar.
—¿Qué demonios está pasando? —exigió Sha Shou.
—Me está arrastrando un Agkistrodon rhodostoma a través de la selva. Si quiero bajarme de este paseo, tengo que lograr subirme encima y presionar el botón de apagado —respondí como si no hubiera dicho las mismas palabras más de un par de veces.
—Ah, bueno, activando las hojas de los dedos del pie —dijo Sha Shou.
—Gracias —logré decir. Realmente necesitaba encontrarle algo que hacer para poder recuperar al otro tipo.