La belleza del árbol me hizo olvidar por completo que aún estaba de espaldas con una enredadera envuelta en mi tobillo. Sin embargo, un tirón rápido de esa vena me recordó rápidamente que podría estar jodido.
La enredadera fue tirada hacia el árbol como la línea de una caña de pescar, y pronto me encontré colgando en el aire desde mi tobillo. Al menos ahora, podía decir que sabía lo que se sentía ser un pez en la línea. No es que realmente me importara conocer esa sensación en primer lugar.
Me izaban más alto en el aire hasta que quedé colgado sobre la copa del árbol. Mirando hacia abajo, vi el centro del árbol abriéndose para revelar una boca con dientes afilados como cuchillas. Parecía casi como una trampa para venus, pero nunca había visto una que pareciera un sauce. Quizás por eso había un claro tan grande a su alrededor. Literalmente había comido todas las especies indígenas, dándose acceso a todo el sol y los nutrientes que necesitaba sin competencia.
