—Si nunca vuelvo a acampar en un planeta alienígena otra vez, sería demasiado pronto.
No era uno de esos tipos que están en armonía con la naturaleza. Mi idea de vivir de manera rústica era un hotel de dos estrellas que tenía una conexión Wi-Fi irregular y podría o no tener aire acondicionado. No acampaba, no hacía tiendas sin fontanería interior, y definitivamente no lidiaba con criaturas arácnidas de ocho patas que eran del tamaño de mi torso y cuyos seis ojos podía ver perfectamente en lo alto de su gigantesca cabeza.
El hecho de que una me había estado siguiendo durante las últimas horas era suficiente para mí para poner fin a esta cacería y volver con Jun Li. Diablos, habría enviado su trasero aquí, pero señaló que tenía un cuerpo humano frágil, y sentía que era demasiado pronto para que sufriera daños en un entorno tan hostil.
Un androide estaba preocupado de que su cuerpo se hiciera una pupa y por eso decidió enviar al humano real a la naturaleza para encontrar serpientes.
