—¿Y tu especie? —pregunté, volviéndome hacia Medianoche, que estaba sentado a mi lado.
—¿Qué pasa con ellos? —preguntó, inclinando la cabeza a un lado y mirándome—. Realmente no tengo términos de comunicación con ellos, si eso es lo que estás preguntando.
—En absoluto —bufé—. Supongo que estaba intentando preguntar qué opinas sobre todo el plan de derribar a La Alianza.
—Entonces seré honesto —dijo, apoyándose con cuidado en el respaldo de su silla—. Creo que cuanto antes se destruya, mejor.
Refunfuñé en acuerdo. En realidad, solo quería no tener a alguien en mi nave que se moviera en contra de mis objetivos. Sin embargo, saber que los dos estábamos en la misma página simplificaba mucho las cosas.
Volviendo mi atención a la tableta frente a mí, seguí revisando la historia publicada de La Alianza. Como estudiante y profesor de ciencias sociales, sabía que cualquier historia publicada siempre estaba escrita para ajustarse a una narrativa particular.