El Anciano, dándose cuenta de lo mismo que Plata, miró al otro lobo. —Ella va a ser uno de los seres más cazados del universo conocido en cuanto su presencia se sepa. Él va a tener que aprender a compartir o estar dispuesto a matarse a sí mismo. Matar a la Ethawainian ni siquiera es una posibilidad remota. Ella es la única de su especie que queda viva hasta que tenga una hija. Si es que llega a tener una hija.
El Anciano se detuvo un momento, tratando de pensar si se le estaba olvidando algo, pero por más que intentó, no lo recordó. No debe ser tan importante.
—Eso es todo —dijo con una afirmación definitiva de cabeza.
—Gracias, Anciano —dijo Plata, inclinando su cabeza. Ahora tenía muchos planes que hacer para asegurar que su Alfa pudiera permanecer lo suficientemente cerca de la hembra.