—¿Qué clase de derechos estás intentando administrar frente a mí cuando simplemente me has dejado arreglármelas por mí mismo, eh? —Duan Jia Xu cuestionó mientras levantaba una ceja—. Incluso cuando tenía fiebre, incluso cuando mi hermano te pidió que vinieras a la reunión de padres de su escuela. Incluso cuando él quería irse de viaje, has hecho oídos sordos a todo.
—Fui yo quien tuvo que trabajar el doble en casa y fuera, si no fuera por mi determinación de dar lo mejor a mi hermano, ni siquiera habría tenido la oportunidad de terminar cuarto grado en su escuela y tú lo habrías sacado porque costaba demasiado.
—Una cuota de estudiante de primaria que es de solo cuatrocientos yuan era demasiado para ti y tu hija y aún así ahora quieres que te entregue cien millones de yuanes. ¿Para qué?