—Xu Qiao frunció el ceño y dijo: «¡No tienes que menospreciarte así! Eres un mer increíble, Hermano Meilin. ¿Qué importa que tú—tengas un problema?».
—«Pfft jajaja», Fan Meilin se rió mientras pasaba por el coche para dirigirse a su carro personal. «Bueno, para muchos mi problema podría parecer un poco más grande».
—Miró hacia el cielo antes de decir: «Sé que dije que la odio pero eso fue porque ella nunca me trató como a un humano. Aún la odio aunque—ella es un poco agradable, así que la odio un poco menos».
Mientras hablaba, un leve rubor cubrió sus mejillas.
—No, pareces un mer teniendo un amorío serio. No hay odio en tus ojos, ¡al menos esfuérzate un poco!
Mientras los dos se alejaban del estacionamiento, un mer que llevaba un uniforme de animador seductor, giró sobre sus pies y corrió hacia el otro lado del campo donde sacó su teléfono y llamó a Ji Yao.
El llamado sonó tres veces antes de ser contestado.
—«¿Hola?».
