Luo Huian miró a la mujer sonriente antes de apartar la vista.
—Solo di que no eres confiable y sigue adelante —murmuró Luo Huian, haciendo que una vena en la frente de la Doctora Si palpitara.
—¿Qué has dicho? —preguntó la Doctora Si con una mirada furiosa.
—¿Qué qué? —Luo Huian se volvió para mirar a la Doctora Si con expresión de molestia. La observó de arriba abajo antes de curvar sus labios y mostrar los dientes—. Eres una doctora, deberías ser tú quien le diga a mi familia que me siento bien y que no necesitan seguir acaparando recursos médicos que podrían usarse para otros.
—Pero tienes miedo de hacer eso y ahora dejas ese asunto en mis manos? Si no eres una doctora en la que no se puede confiar, ¿entonces qué eres? —Luo Huian movió la cabeza mientras terminaba su apasionado discurso.
Sus palabras dejaron a la Doctora Si sin aliento y con ira, pero la cosa era que lo que Luo Huian decía era cierto y no tenía palabras para expresar su enojo.