—¿Así que lanzaste una rata muerta en la cara de nuestro profesor y también abofeteaste a uno de nuestros estudiantes? —La directora del centro de entrenamiento Lu Wen miró a Luo Huian con una expresión preocupada en su rostro.
Ella no sabía qué pensar sobre la repentina aparición de Luo Huian.
—Lo hice —respondió Luo Huian con una sonrisa dulce en su rostro.
—¿Me atrevo a preguntar por qué hiciste tal cosa? —preguntó Lu Wen con una sonrisa suave.
—¿Hm? Fue tu profesor —Luo Huian señaló al profesor que estaba detrás de Lu Wen con una expresión de indignación en su rostro—. Él fue quien me dijo que los niños estaban jugando con ratas muertas. Y que no era nada serio, bueno, donde yo vengo, eso se considera muy serio... de verdad.
—Pero como tu profesor dijo exactamente lo contrario, también quería jugar con ratas, quiero decir —Luo Huian movió los hombros de manera coqueta antes de decir:
