—¿Qué está pasando? —Un mer escondido dentro de su casa miró hacia afuera por la ventana de su dormitorio.
Justo ahora su corazón estaba lleno de todo tipo de pensamientos sombríos, incluyendo la idea de añadir veneno a la comida de su novia por engañarlo.
Aunque a las mujeres se les permitía casarse con tres meros, el hecho era que su novia le prometió que no tomaría un concubino mero hasta que pasaran tres años de su matrimonio.
También le prometió que su primer hijo sería de él.
Sin embargo, anoche ella lo llamó y le dijo que su nuevo novio ya estaba embarazado y le pidió que lo entendiera.
Siete años de amistad y cuatro años de relación, el mer sentía como si todo hubiera sido entregado a una perra.
Desde el momento en que recibió la llamada de su novia, el mer se había llenado de desesperación y con la Aura de la Penumbra surgiendo dentro de su corazón, ahora deseaba poder lastimar a su novia y a su nuevo novio mero.