Luo Huian no era tonta para revelar sus verdaderas intenciones pero al mismo tiempo, tampoco quería mentir.
Ella era una inmortal y siempre había seguido estrictamente la regla de decir la verdad tanto como fuera posible. Ella ocultaría la verdad, pero no mentiría a menos que llevara a consecuencias graves.
Al menos Luo Huian nunca mentiría como aquel hombre le había mentido a ella.
Pensó durante un rato antes de decir —Hmm... tal vez fue porque de repente quise hacer una buena acción.
—...No me interesa el culto que hayas empezado —Duan Jia Xu aclaró su postura tentativamente—. Gracias por salvarme a mí y a mi hermano. No tengo dinero para pagar las facturas médicas, pero puedo escribirte un pagaré.
—¿Por qué todos piensan que he comenzado un culto?! ¡Eso no es de lo que se trata! —Luo Huian declaró con un nuevo y próximo dolor de cabeza. Esto era simplemente demasiado, ¿por qué era difícil hacer que la gente confiara en ella?
Era más fácil pelear contra los Penumbra.