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—¿Pasteles de queso, eh? —Luo Huian lo pensó antes de asentir, ya que no había nada que no pudiera hornear. También podría probar suerte haciendo ese pastel de queso del que hablaba este pequeño mer.
—¿Pero por qué preguntas? —Duan Jingli, que estaba sentado en el taburete junto a su hermano, cuestionó a Luo Huian. Movía las piernas de atrás hacia adelante mientras comentaba—. ¿Nos vas a comprar uno? ¿Se sentía mal por ellos y quería hacer algo por los dos?
N o pudo evitar tragar saliva al pensarlo, desde que su papá desapareció nadie le compró un pastel.
Ahora que Duan Jingli lo pensaba, en realidad era bastante lamentable. Era como un pequeño repollo abandonado en el campo para pudrirse y marchitarse.
Suspiro, qué vida tan triste la suya.
—¿Quién dijo eso? Voy a hacer uno para ti y tu hermano —claro, también necesitaba tratar el Aura de la Penumbra dentro de este pequeñín. Por si algo le pasaba o atraía a un Gloom o un Hueco sería trágico.