—¿Por qué me voy a ir? ¿Acaso es ella la dueña de este maldito centro comercial? —Fan Meilin sacó un cigarro y encendió la punta con la ayuda de un encendedor—. No soy un cobarde que va a correr solo por verla, ese es su trabajo —alzó la barbilla hacia Luo Huian.
—Tenemos algunos equipos que se pueden usar en cualquier ocasión, ya sea para una fiesta o para las actividades normales del día a día —le dijo el vendedor a Luo Huian. Mientras hablaba, sacó un montón de equipos llamativos y los colocó en la superficie del mostrador.
Luo Huian miró los collares y anillos brillantes, frunció el ceño antes de decirle al vendedor:
—¿Puedes mostrarme algo más sencillo? Ya soy bastante llamativa de por sí, no creo necesitar estos collares y anillos brillantes para agregar más ostentación —Sería problemático si llegara a cegar a alguien.
—Te estás sobreestimando —Dong Geming soltó una carcajada—. No hay manera de que ciegues a alguien solo porque uses estas cosas.