Esta sugerencia fue aceptada de inmediato por sus hermanos. Los seis recogieron un plato tras otro y luego se agacharon bajo la mesa antes de escabullirse.
Era mejor correr antes de ser atrapado en medio del fuego cruzado. De todos modos, sus padres se habían vuelto viejos y ahora se peleaban por la menor cosa.
Justo anoche estaban discutiendo porque la Madre Cai perdió un calcetín que resultó ser su calcetín de la suerte.
Más tarde se descubrió que el Padre Cai lo tiró de la casa porque ya estaba viejo y acabó rajándose en varios lugares.
No hace falta decir que la Madre Cai perdió los estribos con su esposo. Las peleas fueron tan intensas que los seis niños de la familia Cai no pudieron dormir ni un guiño.
Aunque el Padre Cai hizo todo lo posible por explicar que el calcetín estaba viejo y ya no se podía usar y que también avergonzaría a la Madre Cai si ella usaba un calcetín con agujeros, no cambió nada.