Día Treinta y Uno...
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Nathan no permitió que Veronica pronunciara otra palabra. Agarró su muñeca firmemente y la alejó. Pero antes de irse con Veronica, dio sus últimas órdenes a sus hombres y oficiales de policía.
—Llévenla a la comisaría —ordenó Nathan a los policías. Se refería a Cherry. Después, se dirigió a los guardaespaldas y dijo —Escolten al joven maestro y a Abigail a la mansión.
Nathan desvió su mirada de los guardias a Abigail —Hablaré contigo más tarde. Sin esperar la respuesta de Abigail, Nathan se dio la vuelta, llevándose a Veronica con él.
Pequeño Ethan, que se había quedado en silencio, simplemente permaneció en su lugar. Su expresión era indescifrable. Observó en la dirección donde su padre y su tía habían desaparecido. Abigail no sabía qué decir. Podía sentir la culpa dentro de su corazón mientras miraba al joven chico.