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—Tu cuerpo es mío esta noche hasta que consiga la cura —Abigail estaba sin palabras, tratando de asimilar la declaración de Nathan.
—¿¡Qué?! ¡Así que este es el costo de hacer un trato con el diablo! —Abigail entrecerró los ojos hacia Nathan.
Pero antes de que pudiera objetar su declaración, el teléfono había sido contestado y la voz del Dr. Zhao se escuchaba al otro lado de la línea.
—Hola, ¿quién habla? —Dr. Zhao le preguntó ya que la llamada provenía de un número no registrado.
—Dr. Zhao, soy yo, Abi. Nathan me pidió que— ¡Ay! —Abigail no pudo terminar sus palabras porque Nathan le mordió el cuello otra vez.
—Señorita Abi, ¿todo está bien? ¿Está lastimada? —Dr. Zhao le preguntó confundido. ¿Acaba de gritar?
—S-Sí, ¡cof! —se aclaró la garganta—. Estoy bien. Es solo que un mosquito grande me picó —dijo, fulminando a Nathan con la mirada.
Los labios de Nathan se movieron, ocultando la sonrisa que amenazaba con salir. Enterró su cara en el cuello de ella otra vez.
