Día cuatro…
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La expresión de Verónica se oscureció de furia cuando Abigail involucró descaradamente a Nathan en su apuesta. No ocultaba su intención de perseguir a Nathan.
Esta era la manera de Abigail de enfadar a Verónica. Podía decir que Verónica aún no había confesado sus sentimientos hacia Nathan. Quizás estaba dudando por su hermana, Mónica.
Verónica escondía sus sentimientos mientras esperaba el momento adecuado para confesar. Había una posibilidad de que Nathan aún no hubiera pasado página y no hubiera olvidado a Mónica. Verónica era cautelosa de no tomar riesgos a menos que estuviera segura de que Nathan estaba listo para volver a amar.
—¿Quiere que me vaya de la mansión? Hmm, ¡de ninguna manera! No renunciaré a esta lucha. ¿Qué más da si ella es la hermana de Mónica... mi rival amorosa? Ganaré a Nathan a toda costa. ¡Debo vivir! —Los ojos de Abigail estaban llenos de determinación.