Día cuatro…
—Al día siguiente, Abigail no vio a Nathan puesto que él se había ido de viaje de negocios —comentó alguien entre la muchedumbre. —Pero ella ya suponía que ese viaje de negocios tenía algo que ver con la operación de la Mafia de Syphiruz en el extranjero.
Se quedó sola en la mansión ya que el Pequeño Ethan tenía que ir a la escuela. El Chef Min y sus ayudantes de cocina continuaban dándole a Abigail la fría espalda. La trataban como si fuera invisible en la casa.
Por supuesto, a Abigail no le importaban en absoluto. Pero tampoco era una persona que perdonara fácilmente. Le habían causado problemas al ocultar la alergia de Nathan y al tenderle una trampa, así que ella encontraría la manera de vengarse de ellos.
«Solo espera. Te daré tu karma, Chef Min», pensó Abigail para sí misma, sonriendo maliciosamente mientras observaba la cocina.