—¿Por qué estoy aquí? —sentándose lentamente, Pequeño Ethan se frotó la frente.
—Me ocurrió algo extraño. Necesito confirmar algo —Ethan saltó de su cama, saliendo precipitadamente de su habitación. Se dirigía a la misma sala donde se mantenía a Phantomflake.
Pero en el momento en que estaba a punto de entrar en la habitación, Nathan y Stephen lo vieron, parados frente a la puerta de acero. Nathan dio grandes zancadas para alcanzar el lugar de Ethan. Inmediatamente agarró su hombro, impidiéndole entrar en la habitación.
—Ethan, ¿qué haces aquí? —Nathan le preguntó a su hijo.
—Papá, yo... —Ethan echó un vistazo a la puerta cerrada. Luego volvió su mirada hacia su padre.
Stephen se acercó más a Ethan y se unió a la conversación. —Pequeño Ethan, no deberías estar aquí. Esta sala está prohibida.