Día veintiocho...
—¡Señorita Abi! —Ethan corrió en dirección a Abigail, abrazando sus piernas en cuanto llegó a su lado.
—Pequeño Ethan, ya estás aquí —Abigail sonrió débilmente, acariciando su cabello. Este joven era tan dulce. Llevaba un ramo de flores en la mano.
—Sí. No tengo clases por la tarde así que decidí pasar. Además, te extraño —Ethan puso una cara de cachorro mientras le ofrecía una sonrisa encantadora. Luego se giró hacia Cherry para saludarla—. Hola, señorita Cherry. Gracias por cuidar de la señorita Abi en mi lugar.
—Es un placer, joven maestro Ethan. No hay de qué —Cherry revolvió el cabello de Ethan mientras se reía—. Este jovencito es tan considerado, amable y educado. Me gusta.
—¿Dónde está papá? —Ethan preguntó a las dos mujeres mientras miraba alrededor de la habitación—. ¿No está aquí?
Abigail asintió con la cabeza y agarró la mano de Ethan, guiándolo hacia el sofá—. Tu papá parece muy ocupado. Vendrá esta noche una vez que haya terminado su trabajo.