Veintidós...
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Abigail estaba esperando que repitiera sus palabras. Pero Nathan permaneció en silencio, frunciendo el ceño en una profunda mueca.
—¿Estás enojado otra vez? Entonces déjame en paz. No te molestaré, así que no me molestes —Abigail estaba a punto de cerrar la puerta pero Nathan se movió rápidamente, avanzando un pie para detener la puerta.
—¡Argh! —gruñó él, sorprendiendo a Abigail en el proceso.
Ella no esperaba que Nathan intentara bloquear la puerta con su propio pie. Reflejamente, Abigail abrió la puerta y miró hacia abajo para ver si su pie estaba lastimado.
Nathan sonrió por dentro cuando vio la expresión de preocupación en su rostro. Sin embargo, cuando Abigail alzó la vista, su expresión volvió a su fría habitual.
—Es tu culpa por poner el pie adelante —Abigail levantó la ceja mientras culpaba a Nathan por lastimarse el propio pie.
