Día Ocho…
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A pesar de que no querían atraer atención, Nathan y Abigail no podían evitar ser el foco. Se convirtieron en el centro de atención en el momento en que los dos procedieron hacia la pista de baile.
A pesar de las máscaras que cubrían la mitad de sus rostros, otros invitados asumieron que eran una encantadora pareja: un hombre hermoso y una dama bonita. Lucían bien juntos en la pista de baile.
Si esto fuera solo un Baile de Graduación, el anfitrión los anunciaría como el Rey y Reina del Baile. Por alguna razón desconocida, podían ver la química y la chispa entre la encantadora pareja parada en medio de la pista de baile.
—¿Estás contenta ahora? —Nathan susurró en su oído. Podía decir que Abigail se había aburrido hace un rato. Él se estaba concentrando en la reunión entre Sifiruz y Dragón Rojo, por eso pretendió ignorarla.
