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—¿Estás bien? —preguntó Fu Yu Sheng mientras se quitaba los auriculares Bluetooth de los oídos cuando Song Yan lo apartó. Aunque sintió que una parte de su sobretodo se mojaba, pero ni una sola vez miró hacia abajo a Song Yan, le dio el espacio personal que ella deseaba junto con un hombro en el que necesitaba apoyarse.
—Estoy bien —respondió Song Yan roncamente mientras se colocaba un mechón de cabello detrás de las orejas. Justo ahora no quería que Fu Yu Sheng viera su cara llorosa, por eso había cubierto por completo su rostro con su cabello haciendo imposible que nadie viera sus lágrimas.
Luego giró la cabeza para mirar al padre Song y examinó su rostro. Su cara estaba pálida y su tez parecía bastante mala, pero en comparación con cuando Song Yan lo encontró, su tez parecía haber mejorado mucho. Song Yan miró al Padre Song hasta que Fu Yu Sheng no pudo evitar preocuparse por su suegro. ¿Había algo que él no sabía?
