Tao Guotin cerró sus ojos pero incluso después de cerrarlos, podía oír el sonido de suaves chapoteos en el agua, a medida que el sonido del agua chapoteando detrás de él se hacía más y más fuerte mientras la entidad que estaba detrás de él se le acercaba, su corazón empezó a golpear contra su pecho.
—Guotin~, mírame~ —la voz cantarina era suficiente para asustar a Tao Guotin pero cuando sintió algo húmedo y embarrado caer en la parte de atrás de su cuello, casi saltó. Si no fuera por Mei Xing apretando su mano y deteniéndolo de mirar hacia atrás, seguramente habría echado un vistazo a lo que estaba pasando detrás de él.
No es que quisiera hacer caso omiso de lo que había dicho Song Yan pero algo sobre la voz lo hacía imposible de ignorar. Era tan dulce y pegajosa, hacía que su corazón le picara... aunque sabía que la cosa detrás de él era un fantasma, simplemente no podía ignorarlo.
