La voz quejumbrosa de la cosa se desvaneció después de llamar a Shao Li Jun, pero no se rindió. Uno a uno, todos en el grupo cerraron sus ojos y taparon sus oídos, los chicos seguían estando mejor que las chicas porque al menos se mantenían de pie incluso después de ser atormentados por la cosa, pero Mei Xing y Fan Ehuang cayeron de rodillas mientras cerraban sus ojos y miraban a cualquier parte menos a la cosa que se debatía en el suelo.
Song Yan inclinó su cabeza y miró al fantasma que estaba poseyendo a Ki Yiqian y resopló —¿Ya terminaste? Si no puedes sentirlo... te diré que tengo prisa y estás perdiendo mi tiempo.