Fan Ehuang miró fijamente a Li Na, finalmente, apartó la mirada y corrió hacia Tao Guotin y los demás. Al verla huir, Li Na suspiró antes de sonreír por última vez y su cuerpo fue arrastrado bajo tierra.
Si Tao Guotin y Kong Kun se cagaron de miedo por la muerte de Shi Caihong, no podían ni empezar a imaginar el terror que sintieron al ver a Li Na siendo arrastrada bajo tierra. Sus rostros estaban pálidos de miedo y sus piernas parecían haberse convertido en gelatina; si no fuera por Mei Xing que los arrastró consigo, ya podrían haber caído al suelo.
El Gordito no estaba en mejores condiciones, con lágrimas y mocos bajando por su cara, empujaba su cuerpo ondulante para correr lo más rápido que podía; no sabía de dónde sacaba la fuerza, pero corría tan rápido que dejó atrás a Mei Xing y a los demás.