—Oww, duele, realmente duele...
En ese momento,
una chica de pelo plateado, casi desnuda excepto por un par de medias de seda, yacía débilmente sobre un sofá, aferrada a un trozo de tela negra en su mano, sollozando continuamente.
Los ojos de Mengxi ya estaban rodeados de rojo, llenos de lágrimas, y sus labios murmuraban, se veía realmente agraviada.
Lágrimas brillantes rodaban en sus ojos. Obviamente, Mengxi intentaba suprimir su impulso de llorar. Pero cuando el ardiente dolor de su trasero continuaba llegando, la resistencia de la chica de pelo plateado finalmente alcanzó su límite.
Luego, grandes y redondas lágrimas brillantes caían continuamente por el rostro de la chica, empapando nuevamente el sofá esponjoso.
Mengxi lloraba. Su voz no era alta, pero era muy penetrante y llena de un encanto conmovedor.
Junto con su bella apariencia inherente, evocaba simpatía de cualquiera que viera esta escena.
—Hermana Yumo, realmente no puedo soportarlo más, por favor no me pegues...