—Dama Mengxi, ¿por qué has venido aquí sola? ¿No te pidió el Obispo que esperaras?
Un Caballero de la Iglesia con cabello dorado resplandeciente y ojos rojos profundos se acercó a Mengxi, guiando a los miembros de la congregación de Asumos hacia la plaza. Se apresuró hacia la zona de asientos VIP y se paró al lado de Mengxi.
—No es apropiado que estés sola así. El obispo está bastante molesto, ¿sabes?
Preocupado por la expresión algo sombría en la hermosa chica de cabello plateado frente a él, el joven Caballero de la Iglesia se inclinó más cerca del oído de Mengxi y susurró discretamente.
En respuesta a sus palabras, Mengxi respondió con despreocupación,
—Oh, entiendo. Podemos hablar de ello más tarde.
...
Después de hablar, la chica de cabello plateado lo ignoró y desvió su mirada hacia los representantes de las diversas facciones importantes que estaban ingresando gradualmente al lugar. Con todos los invitados reunidos, significaba que la ceremonia comenzaría pronto.
