—Hermana Mengxi, tus pasteles de pez de jade, pollo Shabeton y carne asada de dragón camello están listos~
A mediodía, Yumo empujó el carrito de comida hacia la habitación de descanso de Mengxi.
Al ver la llegada de Yumo,
Mengxi, sentada en la cama, mostró de inmediato una sonrisa brillante y feliz.
Sin preocuparse por la delgada bata de hospital que llevaba puesta y el riesgo de exponerse, Mengxi, con sus pies descalzos, se encontró instantáneamente rodeada de una luz blanca plateada y apareció junto a Yumo.
—¡Wow, Xiaomo es increíble! ¡Realmente los hiciste!
Al mirar los tres deliciosos platos, los ojos morados claros de Mengxi brillaron con emoción.
Después de haber sido vegetariana durante varios días, Mengxi había estado ansiando la cocina de Yumo.
No sabía si era porque sus papilas gustativas habían sido mimadas por la cocina de Yumo en el Bosque Invernal, pero ahora, la comida hecha por otros simplemente sabía insípida.
