—¡¿Qué acabas de decir?! —Al escuchar las palabras de Romni, Aurora quedó petrificada por un momento, sus ojos violetas llenos de incredulidad.
—¡No, es imposible! ¡Xia'er ya ha vuelto! ¡La Bestia Guardiana también la ha reconocido! ¡Tienes que estar diciendo tonterías! —Aurora, enfurecida, blandió su espada.
—Je, estoy diciendo la verdad, mi señora —La sonrisa de Romni se volvió aún más cruel.
—Lo recuerdo claramente. Cuando tu nieta fue llevada ante mí por Benjamín, tenía una sonrisa llena de felicidad. Pero cuando nos vio detrás de Benjamín y notó nuestras espadas manchadas de sangre, el cambio repentino en su expresión fue simplemente delicioso~ ¿No te parece, Benjamín? —Con eso, Romni buscó la afirmación de Benjamín, quien no estaba lejos y estaba protegido por miembros de la Secta del Castigo Divino.
