—Hermana Yumo, ¿por qué eres tan buena conmigo?
Mengxi continuó apoyándose en el hombro de Yumo, mirando la palma de su mano derecha mientras hacía la pregunta lentamente.
En su tono, parecía no haber curiosidad, ni confusión y mucho menos de su anterior inocencia pura.
Su tono indiferente hizo que Yumo se sintiera ligeramente inquieta. La chica de pelo negro no pudo evitar fruncir el ceño y miró con perplejidad a la chica de pelo plateado a su lado.
Para ser honesta, el comportamiento de Mengxi hoy dejó a Yumo bastante perpleja.
—¿Por qué preguntas esto de repente?
Después de escuchar la pregunta de Yumo, Mengxi levantó la cabeza nuevamente, encontrándose abruptamente con los ojos carmesí de Yumo. En ese momento, los ojos morados claros de Mengxi recuperaron su inocencia anterior. Sus curiosos ojos parpadeantes eran tan cautivadores como las estrellas en el cielo nocturno.
—Solo curiosidad~