—¿Apenas un día? —golpeteé la cuchara contra mis labios, inclinando la cabeza en confusión—. ¿Es suficiente un día?
Quiero decir... no se habían visto por un mes, lo que significaba que Eruha no había estado absorbiendo magia en ese período, asumiendo que solo la tomaba de Lesta. E incluso sin tener en cuenta eso... si yo tuviera que estar lejos de Natha por un mes, no lo dejaría salir de mi vista por... bueno, más de un día.
—Como se esperaba de alguien que estuvo en ello por tres noches —comentó Opti, su sonrisa burlona se podía ver desde el otro lado de la mesa.
—¡Silencio! ¡No en la mesa de comedor! —le siseé, tomando de nuevo la sorprendida cabeza de Jade—. ¿Por qué la conversación giró hacia mí?!
Arta se rió en respuesta, pero Malta le dio un golpe en la cabeza al cambiaformas por mí. Gracias, pero... ¿eso significaba que ella también lo sabía?
Ugh, parece que casi todos ya lo sabían; ni siquiera veinticuatro horas después del aterrizaje de la aeronave.