Mmh? Mmh?!
Mi mano se detuvo mientras miraba hacia abajo sorprendido. El siempre tranquilo y elegante Señor Demonio tenía las mejillas y orejas encendidas. Presioné mis labios y moví mis dedos de nuevo, frotando la longitud de sus cuernos con mi pulgar, y Natha agarró la sábana con un pequeño jadeo.
...¿oh?
Mis dedos se movían con más ansias ahora, en un extraño sentimiento de emoción. Mis ojos, que antes se centraban en los cuernos, ahora miraban el rostro de Natha. Los ojos plateados estaban ocultos bajo párpados cerrados, y sus labios entreabiertos soltaban un sonido contenido de gemido.
Es casi como...
Sí...me recordó a mi primera noche aquí, cuando lo toqué.
Con el recuerdo de aquella noche en mi mente, agarré las duras protuberancias y jalé su cabeza para hacerlo enfrentarme, así podía ver su expresión sonrojada. Los ojos plateados se abrieron sorprendidos y parpadearon cuando apreté más allí.