—Shita Yamamoto llegó en un Lincoln convertible y lucía muy rico.
Tiene un aspecto japonés típico, con párpados simples, cara plana y un puente nasal alto.
Vestido con un atuendo de samurái japonés negro, llevando calcetines tabi y pisando zuecos, al caminar sobre la alfombra roja, la palabra "orgulloso" estaba escrita por todo su cuerpo.
—Señor, ¿por qué no asistió a la ceremonia de apertura? —preguntó el reportero.
En la ceremonia de apertura hace dos días, solo Shita Yamamoto estuvo ausente.
—El señor estaba esquiando y sumergiéndose en aguas termales en el extranjero, y no tuve tiempo de venir —respondió el asistente a su lado.
—La competencia está por venir, ¿y el señor no se apresuró a entrenar, sino que viajó al extranjero en su lugar? —se sorprendió el reportero.
Esta vez, Shita Yamamoto respondió en persona.
Sabe hablar inglés, pero su acento tiene una cadencia indescriptible, y sus ojos están llenos de sarcasmo.