Al día siguiente, Jessie y Miles fueron a la Oficina de Asuntos Civiles de Everland para solicitar el certificado de divorcio.
Jessie no tenía ni tristeza ni alegría en su corazón, solo una sensación de alivio.
Los ojos de Miles estaban inyectados en sangre y parecía que no había dormido bien la noche anterior.
Después de que el personal realizara los procedimientos prescritos, les preguntaron:
—¿Han decidido realmente divorciarse?
—Está decidido —dijo Jessie con firmeza.
Miles no habló, solo sacó su pluma y firmó primero con su llamativo nombre.
Después de firmar, se fue, su espalda decidida.
Jessie miró ligeramente y firmó con una pluma.
En este punto, los dos estaban oficialmente divorciados.
Miles le dio a Jessie muchas propiedades, incluyendo casas, terrenos, joyas, coches de lujo y tarjetas bancarias listas para usar.
Jessie se negó.
