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La última elección de la Diosa: Caza del estudiante

Ryasamori
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Synopsis
Un estudiante común y corriente estaba en su salón de clases esperando a que comenzara su clase, cuando una luz cegadora lo envuelve a el y a todo su entorno, para luego de eso estar presente delante de una mujer sentada en un trono mirandolo fijamente.
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Chapter 1 - Prologo: Mi vida

Mi nombre es Ren Nakamura y puedo decir que soy un estudiante común y corriente que actualmente tiene 15 años, pero hay algo que siempre me ha atormentado durante toda mi vida. ¿Por qué es tan importante la vida?

Todos pueden pensar que puede ser muy hermoso el ver a una persona nacer, pero nunca sabrán que clase de sufrimiento puede llegar a pasar solo por el simple hecho de nacer. En realidad pasa lo mismo con cualquier cosa que nace y crece, ya sean plantas, humanos o animales, ya que en realidad pueden ser cuidados de la mejor manera, pero al final pueden ser asesinados por las personas que los cuidaron en algún momento.

Desde que tengo memoria nunca pude pensar en nada positivo acerca del término de . Luego de la muerte de mi padre me quedé con mi madre, quien se consiguió pronto un nuevo esposo que solo me hacía a un lado y me decía cosas negativas, pero nunca le hice demasiado caso. Por parte de la familia de mi padre, eran demasiado creyentes de personas que supuestamente iban a limpiar el alma de mi padre dándoles dinero, por lo que siempre estaban al límite cada mes con los pagos.

Aparte de eso no es que haya pasado nada demasiado especial en mi vida para tener una clase de pensamiento especial, nunca he pasado hambre y siempre tuve personas alrededor, así que... ¿Por qué tengo que pensar en algo tan trivial?.

Probablemente yo ni siquiera esté capacitado para vivir en este mundo donde abunda la maldad, viendo que ya es algo completamente normal los actos que están mal, pero que se disuelven de la memoria de los demás solo porque supuestamente han sido obligados por circunstancias de la vida, para mi simplemente eran palabras de alguien que no quería aceptar la verdad, pero la vida se refería a eso. Aceptar las cosas que te ponían, sin importar si te gustaba algo o no.

Pensando un poco en mi vida escolar, supongo que no había nada malo ni interesante, siempre estuve en buenos términos con todos mis compañeros de clase, pero nunca fui parte de ningún grupo en especial, probablemente muchos pensaron en mi como alguien que era popular con todos, pero en realidad me siento como si no encajara en ningún sitio, ya que aunque siempre pudiera reírme con los 'populares' o divertirme con los 'nerds' nunca era uno de ellos, al final siempre estuve solo, sin importar que estuviera rodeado de tanta gente.

Durante toda mi vida anhelé momentos de sinceridad, de conexión genuina. Me gustaría poder hablar sobre mis miedos y sueños con mis personas queridas, pero lamentablemente no tengo ninguna. 

Hablando un poco más de mí, asistía a la academia Okawa. En esta escuela habían personas que podrían considerarse como 'elites' por sus familias, características o talentos, pero incluso en eso era el único que no encajaba con ninguno de ellos. En realidad solo asisto a esta escuela ya que el director era un viejo amigo de mi padre y no quería dejarme sin educación, por lo que habló con mi madre para inscribirme en su escuela sin costo de matrícula ni cuota mensual, por lo que al escuchar que no tenía que pagar nada aceptó sin dudarlo.

Nombrando algunos nombres podría mencionar a la delegada de clase (Nori Kobayashi), que era una chica delgada con su pelo azabache largo colgando hasta su cintura, sería fácil describirla como una de las chicas más hermosas de la escuela, además de tener una personalidad agradable y chistosa, pero que sabía equilibrar su actitud para no ser molesta en un momento serio o algo así. Hablando de otra chica hermosa estaba la líder de las chicas populares (Miyuki Nishimura), ella era prácticamente el polo opuesto de la delegada, siempre tenía una actitud con los demás bastante desagradable, además de tener varios problemas con nuestros compañeros de clase, pero sabía ganarse a los demás con su actitud relajada.

Luego de eso habían otros nombres, como el deportista (Sato Yamato), el chico popular (Haruki Omada), la callada (Sana Inoue), el friki (Denki Yamamoto), el otaku (Yuto Takahashi) y otras personas más, se podía decir que mi salón de clases era uno con gente bastante diversa, pero igualmente siempre se reunían entre ellos sin importar sus diferencias.

Como regularmente llegué temprano al salón de clases, encontrándome con la delegada hablando con sus amigas, pero al verme me dio una sonrisa y me saludó, así que sin querer parecer maleducado le respondí el saludo.

Sin mas que hacer luego de eso me dirigí a mi asiento esperando a que iniciara la clase, pero al ver entrar al friki me levanté en dirección a su asiento.

''Buen día, aquí tienes lo que me prestaste'' dije mientras dejaba un pequeño libro en su mano, el cual tenía la portada de un personaje muy famoso con traje de mayordomo.

''Buen día, muchas gracias por devolverlo tan rápido, ¿te gustó el manga?'' dijo con aparente frialdad, pero incluso siendo ciego podría darme cuenta que por dentro de sus ojos brillaban con curiosidad.

''Supongo que si, aunque debo decir que el Isekai no es mi género favorito, además de que noté que fue muy forzado que se convirtiera en el mayordomo de esa noble'' 

No es que no me gustara el género en lo absoluto, solo que me gustaban más los Slice of life e inclusive el seinen, pero igualmente no era algo que odiara como el shonen básico.

''Ese es el punto, idiota'' dijo mientras me miraba como si fuera excremento y dejaba de prestarme atención.

—agh— murmuré mientras veía la posibilidad de hacer un amigo imposible.

Ahora sin esperanza volví a sentarme en mi asiento esperando a que empezara la clase.

La clase pronto comenzó a volverse aun más ruidosa, pero algo raro estaba sucediendo cuando el salón estuvo completamente lleno, y es que no importaba si supuestamente ya debía de comenzar la clase, todos seguían hablando y ningún profesor llegaba.

De la nada una luz apareció delante de mis ojos cegándome completamente, durante un rato no supe lo que estaba sucediendo, pero luego de un buen rato pude abrirlos lentamente, encontrándome con una mujer hermosa sentada en una especie de trono hecho con cuarzo, su piel parecía tan blanca igual que la porcelana y su pelo dorado parecía tan brillante que no creía poder llamarla como una persona rubia, pero dejando de lado su apariencia tan deslumbrante... sus ojos eran completamente opacos, parecidos a los de muñeca que solo me hicieron notar el aura gélida que había a su alrededor.

''¿Quien eres?, ¿Dónde estoy?'' le pregunté mirando mi alrededor, encontrándome con un espacio infinitamente blanco

''Bienvenido héroe de otro mundo, pronto resolveré todas tus preguntas, pero primero que nada me gustaría preguntarte... ¿Te gustaría salvar la vida de los demás?''

Con su simple comentario mi mente se quedó completamente en blanco por un momento, pero pronto recuperé la compostura para comenzar a pensar nuevamente, ¿A que se estaba refiriendo?.