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Chapter 3 - Capítulo 1: Despedida para un iluso

Las piernas no paraban de tocar el suelo, era un "tick" nervioso, y, cada vez que el talón de mi pie tocaba el suelo, un ligero eco se podía escuchar en el pasillo del hospital. Estaba claramente nervioso, no paraba de respirar de manera irregular y a veces hasta entrecortada.

Mi cuerpo entero estaba temblando, no había ni una pizca de mi alma que esté en calma en ese momento, y difícilmente podía hablar. Estaba sentado en un banco pegado a una pared de ese mismo pasillo, era brillante, debido a las luces, las cuales de vez en cuando parpadeaban, había algunas menos brillantes que otras, siendo la que más destaca por su tenue brillo la que me ilumina.

Al parecer, no había pasado casi nada de tiempo desde que ella… bueno, desde que pasó eso y desde que yo llegué a casa, por lo que la ambulancia no llegó tarde como para que ella ya estuviese muerta, ya que su herida, además, no era tan profunda como para matarla al instante o fijar su muerte, pero seguía siendo algo mortal, no solo por la herida en sí, pero también por la pérdida de sangre debido a esta.

En su momento no sabía todo esto, pero me lo dijeron una vez empezaron a intentar estabilizarla. Lo que sí estaba claro es que ella había perdido la consciencia.

En cuanto pudieron, la policía, la cual también vino al no haber dicho nada de un posible suicidio, llamó a mi padre, el cual no tardó nada en ir al hospital, ahora mismo está al lado de la habitación de emergencias donde la están tratando, yo, en cambio, estaba lejos, en un pasillo completamente aleatorio, en frente de una puerta desconocida, ni siquiera sé quien o que hay detrás de ella, pero no estoy aquí por esa razón.

Cada segundo que pasaba se sentía tanto como una eternidad como una tortura, y, a pesar de ser altas horas de la noche, no tenía ni una pizca de sueño, lo cual, es normal.

Tenía la cabeza apoyada a mi mano, la cual la sujetaba desde mi frente, además de apoyar el brazo de esa misma mano en mi pierna, mientras el sudor de me cara bajaba lentamente.

No me había molestado en limpiarme para nada, ni siquiera en quitarme el cosplay, hasta tenía el pelo que recordaba al personaje, aunque claro, despeinado completamente. Tenía el pantalón ligeramente manchado, además de unas manchas, específicamente 2, en la chaqueta, además de tener la mejilla derecha sucia con esa sustancia también.

Pasaron horas y horas, en las cuales estuve sentado, sin ir a ver a mi padre, o sin mover mi vista del suelo, no podía mirar al frente, es como si algo me retuviera de hacerlo. Las pocas enfermeras que pasaban enfrente mía me preguntaban si estaba bien, supongo que por mi estado, y sobre todo, por las manchas. Respondí a todas que sí.

No sabía que pensar, no sabía que hacer, no sabía nada. Como podría?

No pensaba en nada, pero sí imaginaba, solo imaginaba resultados, buenos, malos, trágicos, horribles, catastróficos, cada parpadeo eran 10 historias completamente diferentes en todo, excepto en una cosa. La pérdida.

En todas imaginaba lo mismo, el resultado que, por muy obvio que sea, quiero evitar, pero a la vez no paro de predecir. De vez en cuando una fuerte nausea invadía mi cuerpo, a veces me entraban ganas de vomitar, de tirarme al suelo y desmayarme, o de pegarle puñetazos a la pared hasta destrozarme los nudillos, pero lo aguanté todo, y me quedé allí, esperando a que alguien viniera y me diera las noticias que ya sabía.

Sobre las 4 de la madrugada, mi padre vino a donde yo estaba, no es como si me hubiera escapado, este era un pasillo por el que estábamos pasando para llegar a la sala de urgencias, pero decidí quedarme aquí, mientras que mi padre siguió adelante. Él tenía una cara seria, con un toque de disgusto y melancolía, en vez de furia y tristeza.

Al principio, se quedó de pie, mirándome, intentado decir lo que sea que haya pasado allí, pero no pudo. Incluso en sus cortes al intentar hablar, se nota el tono débil que tenía. Y, cuando vio que no podía hablar así, se sentó al lado mía. Hubo un silencio notable, el cual duró un rato, hasta que decidí, después de mucho tiempo, hablar.

"Ha muerto, no?" dije, con la voz agitada, pero un tanto seria.

Mi padre no dijo nada, pero, apretó los dientes, y con una cara más expresiva, mostrando su frustración, asintió.

Incluso si fui yo el que lo preguntó, cuando él asintió me impactó de todas formas. Mis piernas dejaron de moverse, mi cuerpo dejo de temblar, y alcé la cabeza, aunque mi mirada todavía estaba dirigida al suelo.

"Los médicos me han dicho que no han conseguido estabilizarla a tiempo, sobre todo por la falta de sangre en su cuerpo, lo cual la ha llevado a un Shock Hipo…, da igual, ha muerto por falta de sangre, se ha desangrado" El peso de cada palabra que decía mi padre se notaba, su voz sonaba decaída y derrotada, lo cual era algo que no podía ocultar por mucho que lo intentara.

Cuando oí esto, empecé a pensar en las razones por las que no han tenido tiempo para ayudarla. Si por culpa de los médicos, si por culpa mía, o por azares del destino. Pero, lo que más me inquieta fue lo que me dijo después.

"Casa, y que, por como es veía la escena, parecía un corte relativamente reciente. Ya estoy suficientemente agradecido de que llegaras a casa tan pronto, pero… Porqué?"

Reciente?

Esa pregunta resonó en mi cabeza como si estuviera en una cueva, y cuando enlacé eso al significado que yo inventé, me llevé la mano a la frente.

Si hubiera llegado antes, todavía estaría viva? Habría podido pararla? No, si no hubiera ido a la convención en primer lugar, no habría hecho eso en primer lugar, pero, si tan solo hubiera salido antes, no hubiera hablado con nadie, no hubiera perdido el tiempo haciendo tonterías…

No, incluso antes, si la hubiera ayudado a abrirse, o presionado para que lo haga, si hubiera estado a su lado, si…

No me dejes sola.

Si hubiera estado a su lado siempre que pudiera, si hubiese insistido en dormir con ella cada noche, si tan solo la hiciera compañía cuando estaba sola… Porqué nunca pudo tener amigos?

Amigos…

Es culpa de donde vive, la gente que la rodea son todos unos imbéciles, unos cerdos de mierda que no saben apreciar lo que es bueno y lo que no.

"Entonces por eso la has abandonado tú también?"

No… Yo no he hecho nada, la he ayudado todo lo que he podido, he intentado que ella confiara en mí, que no se viera a ella y a sus problemas

como una carga, solo quería pasar más tiempo con ella…

"Tus manos están sangrando"

Eh?

Abrí ambas palmas, las cuales claramente estaban vacías, pero cuando vi eso, me levanté del sitio.

"Puedo llamar a alguien para que te lleve a casa si no quieres seguir aquí, pero, vas a irte ahora?" Mi padre me dijo eso después de levantarme. Solo a qué te refieres con que me voy a ir ahora?

Él no se levantó, se quedó sentado, viéndome, como si entendiese como me siento.

"Cuando te llamé, será para irme" le contesté. Él asintió.

Dejé el lugar, y fui directo al único lugar al que tenía que ir ahora, no sabía exactamente donde estaba, por lo que tuve que preguntarle a los médicos que recién salían de la operación. La mayoría del hospital estaba oscuro, solo las luces de algunos pasillos estaban encendidas, lo cual hasta parecía una guía de a donde tenía que ir.

Cuando llegué a la sala, la puerta estaba abierta, y afuera había un médico, el cual preguntó por mi padre, yo le dije donde estaba, y este fue a buscarlo.

Me dejaron entrar a la sala, el hedor en esta haciendo que mi cuerpo se revuelva por cada paso que doy. Habían dos médicos más en la sala, o lo que sea que fueran, ambos frustrados, incluso si tenían las mascarillas puestas, sus ojos lo decían todo. Cuando vieron que estaba dentro de la habitación, ambos no tardaron nada en disculparse formalmente, a lo que yo no respondí, solo pregunté una cosa.

"Puedo verla?"

Ellos me preguntaron si en verdad quería hacerlo, si estaba seguro, ya que ella estaba cubierta por una lona. Dije que sí.

Me acerqué a la camilla en la que estaba, no tenía prisa, fui a un ritmo calmado, por mucho que estuviera más tenso y nervioso que nunca, pero, por alguna razón, no sentía nada más. Sentía a mi cuerpo agitado, pero no tenía ninguna emoción dentro de mi en ese instante.

Alcé mi mano, dirigiéndome a la lona, cogí un borde, y fui quitandola poco a poco, hasta que todo su rostro fuese visible.

Era como si simplemente estuviese dormida, sin contar el pelo de detrás de su cabeza, no estaba manchada en lo absoluto. Quería hablarle. Decirle todo lo que tenía dentro mía. Sentía que podía sacudir su hombro ligeramente, y así ella despertaría. Su cara ni siquiera estaba pálida todavía.

Quedé petrificado por un momento al ver su cara, y, después, moví mi mano hacia ella, tocando ligeramente su mejilla por un segundo, después, quise poner mi mano por debajo de su nariz. Quería saber si de verdad eso era todo, y, incluso si ya lo suponía, ella no estaba respirando.

Me dí la vuelta en cuanto comprobé esto. No reaccioné, ninguna emoción me invadió, nada me estaba consumiendo. Si, nada…

Salí de la habitación, y mi padre ya estaba en frente de la puerta, cuando salí por ella, el dirigió su atención a mí por un momento, y me volvió a preguntar si quería irme o no.

"Ahora sí...estás seguro de irte?" dijo mi padre, con remordimiento en su cara y voz.

No me arrepiento de haber venido aquí, y de haber hecho esto, no me arrepiento, porque sé que solo está dormida.

Mañana volveré a verla cuando despierte, incluso si salgo del hospital, esperando a que una tía mía venga a recogerme, sé que todo va a estar bien.

Este sábado, primero, antes que nada, le enseñaré la figura que le he comprado, le pediré su opinión en como me quedaba el cosplay, y que opina sobre él. Le diré lo que he hecho, y la gente que he conocido. Le diré como estaba ahí arriba, en el escenario, cantando junto a &$%"! . Luego jugaré con ella, hablaré con ella, y, cuando confíe más en mí, haré que me cuente que le pasa, como se siente, la consolaré mientras ella llora desesperadamente, notando sus lágrimas cayendo en mi pecho.

Luego, por la tarde, iré con ella a la cuidad. Veremos mil y un lugares y cosas interesantes, haremos millones de cosas entretenidas, incluso si estoy volviendo a casa, saldré del coche para volver junto a ella. Y, ya que estamos afuera, cenaremos en algún lugar que veamos, puede ser en un puesto de ramen, en un restaurante, en un servicio de comida rápida, donde sea. Claro que pagaría yo, aunque seguro que ni me dejaría, excusándose con que ella es la mayor, y que le toca hacer ese tipo de cosas.

En el tren de vuelta a casa, ambos nos dormiríamos en medio del viaje, o por lo menos yo, apoyando mi cabeza en su hombro, y ella apoyando su cabeza en la mía. Al llegar a casa, estaríamos cansados y agotados, por lo que iríamos directamente a la cama. Ella estaría reacia a dormir conmigo, sobre todo por la vergüenza, a pesar de que ya lo ha hecho antes, por lo que dormiríamos cada uno en su habitación.

El domingo, da igual si estoy en casa, y hasta me cuesta subir las escaleras, ando con náusea a su habitación, destacando la falta de un desastre que había antes en el suelo, pero ignorándola de todas maneras, tirándome en su cama, con la mente completamente en blanco, da completamente igual, desayunaría con ella y con mi padre, teniendo una conversación entre los tres sobre cualquier cosa, las noticias, una serie, incluso videojuegos, o la vida en general.

Por la mañana dejaría que tuviese espacio personal, sobre todo porque ella misma me dirá que parezco una polilla atraída por la luz, balbuceando que si ella es así de guapa, pero solo yo la busco, entonces sería un desperdicio, además de llamarme asqueroso y bicho raro. Después de un rato de tontear, la dejaría en paz e iría a mi habitación a hacer cualquier cosa.

Comeríamos juntos, los 3, espontáneamente hablando sobre algo, lo que sea, pero sería un almuerzo tranquilo. Después, ayudaría a recoger la mesa, por una vez, al menos, después, al haberme motivado, ayudaría a mi hermana a adelantar algunas tareas de casa, la colada, limpiar el salón, sacar la basura, y, cuando me canse de hacerlo, me daría una ducha.

Por la tarde, quedaría para salir con mis amigos, todos. Y, sintiendo curiosidad por lo que piense, le preguntaría a mi hermana si quería salir con nosotros.

Al principio rechazaría la oferta, pero, la conozco suficiente como para saber que solo le da vergüenza acceder así como así, por lo que se lo preguntaría otra vez, y luego otra, y en una de esas, me dirá que sí, que saldrá un rato, bueno, yo ya sé que va a salir durante toda la tarde, pero, en fin, que piense lo que ella quiera.

Será divertido salir todos juntos, haríamos cualquier cosa que queramos, dar una vuelta como si estuviéramos perdidos, o hablar del tema que salga, de lo que hemos hecho, de que hemos pensado, con hablar me basta.

Acabaríamos todos exhaustos antes de hablar, reír, y correr por ahí como si fuéramos animales. Sería feliz. Si, sería feliz, porque en ningún momento habría tenido tiempo de pensar.

Siempre que pienso, de la nada, lo que antes era algo feliz, me es algo amargo. Estoy feliz, pero nunca siento como es el estarlo, o razonar lo que es ser feliz. Que es ser feliz?

Cuando vivo el momento, me rio por cualquier cosa, y nunca me siento triste. Cuando pienso en el momento, me rio solo con las cosas que me hacen risa, y a la mínima que me pierda en mi cabeza, todo se tiñe de negro. Se puede ser feliz sabiendo que uno es feliz? Es el ser feliz algo incons-ciente? Cuando lloro, no pienso en otra cosa nada más que en llorar. Es estar feliz lo mismo?

De que estaba hablando? Ah, si, estaba llorando.

De que? No lo se. No me acuerdo.

Que ha pasado hoy? Estoy cansado.

No me olvido nada? Debería irme a dormir.

Que he hecho hoy? Tengo sueño…

Porque no estoy en mi habitación? Buenas noches…

"Buenas noches, y, no me abandones, si dejas de estar conmigo, no sé que haré"

Si, no te dejaré sola, siento tu calor, tu olor, tus latidos, todo. Quiero sentirlo todo, por eso, no te voy a dejar, nunca más.

"Amaya… AmÇ+a… ^[Ç+a… ^[Ç+?…"

Riku no tardó nada en dormirse. No pensó nada durante toda la noche. No quiso hacerlo en primer lugar.

Un olor familiar fue lo que me despertó, no venía de afuera, pero de dentro, de donde estaba ahora mismo, espera, donde estaba?

"Ah, es verdad… Al final acabé durmiendo aquí…"

Estaba levantándome de la cama, pero, después de pasar de estar tumbado a estar sentado en ella, me quedé mirando al suelo, como si alguien me hubiera apagado en ese momento.

No sé cuanto tiempo estuve así, porque cuando miré el reloj, es cuando salí de esa especie de trance. No es que no estuviera pensando en nada, al revés, estaba pensando en todo, pero, no quería moverme, y cuando lo hice, tan solo fue para coger mi móvil, y ver la hora, era la una de la tarde.

Me levanté de la cama, fui un momento a mi habitación buscando mi botella de agua, la cogí y fui a la cocina a rellenarla. No tardé en darme cuenta de que mi padre no estaba en ninguna parte, aunque tampoco es como si hubiese mirado en su habitación, seguramente esté durmiendo, o, si lo miras por el lado malo, estará ocupado.

Después de llenar la botella, volví a la habitación en la que estaba, cuando entre, por un momento, pensé que la luz estaría dada, o que la ventana estaría abierta, pero me recibió un ambiente oscuro.

Perdí bastante el tiempo allí. No hice nada más que tirarme al suelo, y de vez en cuando dar vueltas, o pensar en porque no quería hacer nada, que estaba harto de no hacer nada, pero luego seguir igual. Me sentía aburrido, pero tampoco quería distraerme con algo. Pensé en echarme una siesta, pero si lo hiciera, estoy seguro de que me dolería la cabeza al despertar.

Al final, me acabé decidiendo por trastear lo que había en la habitación, ya que no sabía que podría haber por ahí tirado. Aunque… siento que me olvido de algo.

No tenía que traer algo yo aquí? No, aún más importante…

"Me tengo que cambiar la ropa…"

Si, todavía llevaba el cosplay. Sinceramente no se como he podido dormirme llevando un chandal, encima con cremallera la chaqueta, y con lo incómodo que es en general dormir con ropa normal, para algo existen los pijamas.

Así, empecé a quitarme la ropa, aunque, me dí cuenta que primero debería de arreglarme el pelo, después de todo, tuve que ensuciarlo con gomina para que se me quedara como quería. Por mucha pereza que me diera, acabé dándome una ducha, sin música, la verdad, no me apetecía escuchar nada en ese momento. Me habría dado igual volverme sordo.

Al salir, mientras me secaba el pelo, me miré al espejo, bueno, ya me estaba mirando de antes, pero, ahora no estaba fijándome en el pelo, le prestaba atención a mi, a ese yo el cual el espejo reflejaba. Estaba en un estado deplorable. Tenía ojeras y los ojos ligeramente rojos, se había secado el pelo mal, estaba tan flaco que se le notaban ligeramente las costillas, pero no era un riesgo de salud, siempre he estado así, y siempre he estado bien.

Pero, sentía como que este cuerpo no era mio, al menos, por un momento. Por un momento sentí que tenía a alguien detrás mía, a mi mismo, sentía que me estaba viendo por detrás, intentando controlarme, pero solo pudiendo ver lo que acabo haciendo yo solo.

Cuando el secador empezó a quemarme la cabeza, bajé de las nubes, y me lo aparté de la cabeza lo más rápido que pude.

"No me veo peor que de costumbre?" Dije en voz alta, sin pensar siquiera en hablar.

No le dí muchas vueltas al asunto, quizás solo me había levantado con el pie izquierdo hoy. Aproveché también a cambiarme la ropa, cogí mi ropa interior de mi habitación, y la traje a la otra, luego abrí el armario y busqué algo para ponerme. Toda la ropa que había allí era de mi talla también, por lo que podía ponerme lo que quisiera.

Acabé optando por un pijama de color azul cielo, no era nada del otro mundo, aunque me dí cuenta de que venía con un gorro aparte. Nunca he entendido porque estas cosas existen, el único día del año en el que veo este tipo de gorros es en navidad, pero para dormir nunca lo he entendido, en los animes siempre quedan bien, pero en persona pareces gilipollas llevando uno.

Incluso si ya tenía algo puesto, seguí rebuscando en los armarios, ya que no solo había ropa, sino que también trastos aparentemente aleatorios.

Juguetes, revistas, cajas, había de todo, aunque claro, la mayoría eran solo basura, y solo tenían valor por una razón. De vez en cuando recordaba cierto momento con un juguete o una manualidad de ahí, pero poco más. Terminé vaciando el armario, y cuando me dí cuenta de que tenía que recoger todo lo que había sacado, pasé completamente y lo dejé allí en el suelo.

Me quedé mirando a la habitación después de eso. A la estantería que tenía, bueno, las dos estanterías que tenía, las cuales estaban decoradas de una manera ordenada y hasta cierto punto bonita. Se nota que quien lo hizo, lo hizo con cariño y cuidado. Había mayormente libros y mangas, con alguna figura de vez en cuando, pero no era algo aleatorio, estaba todo organizado de manera que tuviera sentido. Aunque, ojalá poder decir lo mismo de la otra estantería. Esa sí que era un caos, tenía cualquier cosa que te imaginaras, era como el bolsillo de doraemon.

Me aburrí de mirar en cuando vi ese desastre, por lo que me senté en la silla de la habitación, y alcé mi cabeza, mirando al techo.

No tenía nada, eran una fila de tablas de madera juntas, no había casi huecos entre ellas, y los que había eran prácticamente invisibles.

Mientras tenía mi mirada fija en los tablones, mi mente se quedó en blanco por un momento, en blanco, sí, en blanco…

"Buenos dias!"

Eh? Papa? No, cuando miro a la puerta de la habitación, sigue cerrada, y definitivamente nadie ha entrado a la habitación, Ahhh, me estoy volviendo loco del aburrimiento o que?

Salté de la silla bruscamente, y busqué por la habitación algo que hacer.

Aunque, tardé tanto en hacerlo, que ese "Algo que hacer" me buscó a mi.

*Beep*

"Mh?"

Fui a por mi móvil, pensando que sería un mensaje de &$%"! , o de mi padre, ahora mismo no querría afrontar ninguna de esas 2 opciones, por lo menos, ahora. Contrario a lo que pensaba, era un número que no tenía registrado.

"Será?…"

Después de entrar en Line, leí lo que ponía:

["Hola ! Que tal ha ido la noche, Riku?"]

["Ah, si, soy Izumi, de la convención, te acuerdas, no? Espero que lo hagas…"]

Pues he acertado… Y por qué me escribe ahora? En todo caso, me habría escrito ayer si quisiera haber hablado conmigo. Me tumbé en la cama, pero al estar en una dirección incómoda, ya que el sol me daba en toda la cara, acabé tumbandome en sentido contrario del que lo harías, o vamos, el lado que más cerca está de la puerta.

[Hola, completa desconocida. No se quien eres. Si eres spam, te pienso bloquear.]

["Sé que estas mintiendo!"] Escribió, seguido de un emoji enfadado.

[Ni que tuvieras cámaras en mi casa]

["Pues si, muchas, tengo muchas!]

[Ahhh? Y entonces que estoy haciendo ahora?]

["Sacándome el dedo"]

[...Oye, no irás en serio, verdad?]

["Es serio he acertado?…"]

[Si. Voy a llamar a la policía si no apagas la cámara]

Por un momento me pareció extraño que haya tenido tanta suerte al adivinar eso, bueno, solo espero que de verdad no haya cámaras por aquí…

["Dejando eso de lado, que tal estas? Te he preguntado y no me has respondido."]

[Estoy bien]

["Poco has tardado en responder…"]

[Y tú? Estas bien? O te da vergüenza responder?]

[Y poco has tardado en reírte de mi también!!!]

[Eso no responde a mi pregunta!!] "Ah, ojalá poder expresar sarcasmo por escrito, ahora parece que estoy enfadado/sorprendido… Y aún así prefiero hablar por chat, menuda figura…"

["Estaba bien!"]

[Ah!? Y porqué ahora no? Soy demasiado bueno para ti que te deprimes al entender que nunca serás como yo?]

["Hahaha! Ya quisieras!!"]

Oye, de verdad estoy hablando con la chica esa que había en la japan? No es esta Ayame?

[De verdad eres Izumi?]

["Pero y este ataque personal a que se debe ahora?!"]

[Era una pregunta en serio]

["Pues si, soy Izumi, decepcionado?"]

[Ah, no, solo me parecía raro]

["Me voy a chivar a mi hermana…"]

[Qué?] Después de eso, Izumi me mandó un audio de voz. Obviamente, era Ayame.

"Le estás haciendo cyberbulling a mi hermana, no? Pues que sepas que ahora sé donde vives, así que preparate, porque-"

"-Te voy a hacer una cena tan mala que te vas a morir!"

"Que?!"

En mitad de la frase, Izumi, la cual ya se estaba medio riendo desde antes, corta a Ayama, la cual estaba diciendo esas tremendas barbaridades de que sabe donde vivo con un tono sarcástico, además de que ella también se estaba riendo un poco… Ah, es verdad, yo les dije donde vivía.

[Bueno, no sabéis la dirección, por lo que buena suerte encontrándome!]

Izumi tardó un poco en responder.

["Bien, ya he escapado de mi hermana!"]

[Enhorabuena]

["Tienes suerte de que mi hermana no te haya cocinado nada, todavía"]

[Se le da mal?]

["Decir que lo suyo es cocinar mal ofendería a la gente que cocina mal"]

[Entonces debería de ofenderme?]

["Seguro que lo tuyo es peor"]

[Ahora dímelo a la cara]

["A que lo hago!"]

[Mh! No tienes huevos!] Después, ella me mandó un video, en el salía ella con la cámara del móvil en modo selfie, apuntando a su cara, y Izumi mirandola fijamente.

"S-seguro que lo que tu haces en la cocina e-es un crimen!" Es la amenaza más patética que he odio nunca, no por el mensaje, si no por la voz… Se nota que se está muriendo por dentro, jeje...

[Ahora sin estar más avergonzada]

["Cállate!"]

El resto de la conversación no fue relevante, en su mayoría, es más, ni era una conversación después de esto, nos tirábamos preguntas y las respondíamos, mayormente sobre como es cada uno y todas esas cosas, aunque, de vez en cuando nos reíamos del otro o decíamos cosas de drogadictos, al menos yo. Y eso que estoy limpio.

Lo digo como si me hubiera tirado horas así, pero tampoco es que habláramos tanto, ya que ni media hora tuvo que pasar para que acabara la conversación.

[Hehe, Chica plátano]

["Como sigas con esa broma te voy a bloquear…"]

[Vale vale, ya paro. Chica plátano]

Usted ha sido bloqueado por --------, no puede mandar mensajes a-

"Ah… bah, luego me desbloqueará…"

"Espero..."

Me eché un poco para adelante, ya que me iba a tumbar, y así hice, por el momento, había perdido las ganas de hablar, y había vuelto a como estaba antes, mirando al techo, sin saber que hacer, era como si cualquier cosa que tuviera pensada hacer en este momento se hubiera escurrido por debajo del colchón…

"Oye, no es esta almohada un poco rara?"

Empecé a dar ligeros cabezazos a la almohada, y algo me paraba antes de lo esperado, era más o menos duro, o al menos así se sentía hasta cierto punto, era como si algo sobresaliese del colchón, o en este caso, de la almohada.

"Pero que…"

Abrí la almohada y no había nada dentro, la toqué y ,sí , el problema no era eso. Comprobé si era solo en el sitio en el que estaba yo, y no, era por todo el final de la cama, estaba ligeramente elevada, como si le hubiera salido un bulto de la nada.

Miré debajo de las sábanas también, y, al igual que con la almohada, no había nada raro. Me daba mucha flojera en ese momento abrir el colchón, pero ahora que lo miro, la cremallera de este está en la otra punta, así que dudo que haya algo dentro.

"Entonces, solo queda un lugar en el que mirar…"

Levanté el colchón ligeramente, no pude hacerlo a la primera porque lo estaba agarrando mal, por lo que intenté levantarlo ahora desde el final, y ahí si me dejó. Al levantarlo, se veía claramente lo que hacía que saliera un bulto de la cama, era del mismo color de la madera, que era similar a la de un Tatami, pero más oscuro. Era una cuerda.

"Qué?"

Solo era un extremo de esta, el otro lado no podía verlo todavía ya que el colchón estaba encima de él, por lo que, en vez de levantarlo, la que eso sería imposible para mí, decidí tirar de la cuerda. Salió relativamente fácil, aunque, eso para nada era lo que me sorprendió. En el otro extremo de la cuerda, había un nudo hecho, el cual no era ni uniforme, era más como un matojo de cuerda, pero, el final de la cuerda formaba una horca

Solté la cuerda al instante y dí unos pocos pasos hacia atrás. Estaba sorprendido al inicio, pero en mi cara rápidamente se plasmó signos tanto de desesperación como de angustia.

Yo ya sabía esto. Sabía que algo así iba a pasar, no, sabía que esto había pasado. Desde que estuve en el hospital lo sabía, &$%"! tenía razón. Si me lo dijo era por algo, entonces porque le dije que dejara de pensar en esas cosas?

No veo a Amaya haciéndolo, lo que es normal, pero no es una persona que se deprima fácil, y nunca llegaría a una solución tan estúpida y desesperada.

Las palabras que dije en aquel momento volvieron a mi cabeza como si de una broma se tratara. Porque pensaba en eso? Porque nunca pensé de manera distinta? Tanto miedo tenía de juzgarme a mi mismo? Es que soy un puto hipócrita o que?

Acaso ella nunca llegó a confiar en mi lo suficiente como para...

Riku, que piensas sobre mí?

No no no, eso no es verdad, incluso si se viera preocupada, se notaba que no estaba deprimida, solo quería escuchar mi opinión sobre ella, no es eso normal? Que lo haya hecho una vez no significa que-

"Eso pasó hace 4 días"

Fue tan reciente?… Pero entonces, cuando ha empezado a sentirse así?

"Nunca lo vas a saber"

"Porque?"

"Porque ella nunca quiso decirlo"

"Y porque tuvo que quedarse callada!?"

"Porque nunca tuvo alguien con quien hablar sobre eso, no es obvio?"

"Eh?"

"Nunca le ofreciste ayuda, por lo que ella nunca quiso confiar en ti"

Acerqué lentamente mi mano a la cuerda, la cogí como si fuera un cristal, y fijé mi vista nublada al nudo que tenía. Era patético.

Solo quería reírme de lo horrible que estaba hecho, no era un nudo, era un lio el cual ni el que lo hizo podría arreglarlo. Incluso si estaba mirando y comentando algo completamente irrelevante, mi cuerpo sabía que era lo realmente importante; ya que estaba temblando.

Las imágenes se proyectaron en mi cabeza como si fuese una película una y otra vez, pero, no podía recordar nada, nada salvo ese momento, en el que abrí la puerta, y…

Caí de rodillas, con mi cabeza completamente caída, derrotada. El color azul de sus ojos, y el rojo se mezclaban en mi vista como si fuesen el ying y el yang, sin juntarse en ningún momento, o así sería si no interviniese alguien. Yo. Yo rompí el equilibrio. El rojo empezó a invadir el espacio del azul, y el azul el espacio del rojo. En medio de todo este caos de colores, surgió algo completamente nuevo. El color morado. No tenía un significado, no sabía a que asociarlo, por mucho que entendiese el proceso. Ahora mismo no lo comprendo, pero en ese momento, lo tenía claro.

Me lo he repetido mil y una veces, pero, siempre que me defiendo, sé que tengo razón, yo no hice nada, solo intenté ayudarla, yo…

"Dejé que muera en este mismo suelo."

Al acercar mi mano al suelo, podía sentir como mi alma poco a poco se concentraba en la punta de mis dedos, como todo el cuerpo se volvía más y más frio, hasta que pude hacer contacto con la madera.

Estaba fría. Da igual el calor que haga afuera, o el calor que haya tenido, el suelo estaba frío. De solo pensarlo se me revuelve el estómago, no podía soportar esa sensación perpetrando mi cuerpo entero, el cual, como si fuera intencionado, perdió parte del calor que tenía. Es como si el suelo me lo hubiera robado, como si poco a poco, me congelara hasta morir…

Primero, mis dedos perdieron esa calidez que tenían, luego le tocaron a mis palmas, por último, mi brazo. Sentía un frio horrible, no mortal, pero uno que hacía que cada fibra de mi cuerpo rogara recuperar ese calor el cual he desperdiciado. Había pasado de estar a mitades de Septiembre a inicios de Enero.

Pero, ahí no acabó. Mis manos estaban todavía tocando el suelo, la palma entera haciendo contacto con los tablones, si no ha caído ninguna gota de sudor al suelo, seguramente sea porque se hayan congelado, pero el suelo estaba lleno de estas, por lo que lo único congelado aquí es mi mente.

Poco a poco sentía como si supiera donde estaban cada átomo de cada trozo de madera que cubría mi mano, y, al intentar sentirlo, mis manos poco a poco recuperaban la calidez perdida, pero más que una sensación placentera y reconfortante, era una asquerosa y repulsiva.

Un liquido rojizo subía por los huecos de las huellas de mis dedos. Sangre. Era de un tono oscuro, y avanzaba lenta y uniformemente, cubriendo cada vez más y más carne.

Me exalte al ver esto, e intenté quitar las manos del suelo, pero no podía, estaban pegadas al suelo; no, algo me impedía quitarlas, una fuerza me mantenía quieto para que no pudiera escapar.

Poco a poco, mis dedos se fueron sumergiendo en la sangre, cuyo olor metálico se clavaba en mi nariz sin piedad alguna. Lo que antes era una fina capa ahora se había convertido en una masa cada vez más densa, y, eventualmente, la sangre me cubrió toda la mano. A partir de ese momento pude moverme.

No dudé ni un segundo al notar esto, y intenté quitarme la sangre de encima. No se me pegaba al intentar removerla, no solo eso, si no que pude quitarme de encima una cantidad considerable, pero, todavía tenía mis manos bañadas en ese tono carmesí.

Podía hasta notar que la sangre estaba seca, pero, no quería rendirme, por lo que empecé a rascar y a rascar, sin resultado alguno, pero no tenía otra opción, no quería estar así, esto no era por mi culpa, no lo era, no lo era, no lo era. Yo no he hecho nada, esto no es un resultado de mis crímenes, es una prueba de mis intentos, desesperados, pero bien intencionados.

Si… He hecho lo que he podido, y si aún así no lo he evitado, entonces es que era algo inevitable, yo… No podía hacer nada.

Aunque hubiera estado a su lado todo habría acabado igual, no importa lo mucho que la aprecie o lo el tiempo que esté con ella, lo mucho que la ayude o lo mucho que la presione, todo habría acabado igual.

Por lo que, soy inocente, no he hecho nada malo, yo…

"Podrías haber hecho lo imposible"

No, no, eso no tiene sentido, lo imposible no se puede hacer porque no es posible, por lo tanto, no podía hacer nada.

"Que sea posible o no y que puedas hacer algo o no son preguntas distintas. Si ese algo que quieres hacer es algo que existe, algo que puede ser real, entonces es perfectamente posible hacerlo, solo es imposible hacer algo si es algo que no existe o algo que no puede ser real bajo ninguna circunstancia"

Entonces, porque no pude hacer nada?

"Ya lo sabes mejor que nadie. Ella no quiso acudir a ti. No confiaba en ti. Tú no eras capaz de ayudarla porque-"

Ella no aceptaba mi ayuda?…

"No, porque nunca se la ofreciste a ella, y ella nunca te la pidió a ti"

Estas siquiera sano? Yo le pregunté si estaba bien, ella me respondió y me pregunto que opinaba de ella, si yo no hablaba con ella, y ella no hablaba conmigo, entonces quienes estaban hablando en esa conversación?

"No te equivoques, tú estabas hablando con ella, y ella estaba hablando contigo. El problema es que esa "ella" con la que tú hablabas, era la "ella" que estaba diseñada para enfrentar al mundo, y de que ese "tú" con el que ella hablaba, era el "tú" que el resto piensa que eres"

Con quien o como tenía que haber hablado entonces?

"Conmigo"

"Y conmigo"

Una segunda voz se unió a la conversación, no veía a nadie, claro, nunca hubo nadie en el cuarto en primer lugar, pero era distintiva de la voz repulsiva que estaba escuchando hasta ahora, era una mucho más suave y amable.

"No pienses que vas a llegar a ningún lado si solo te enfrentas tú a lo que te rodea."

"Ya que si no dejas que ese "tú" vea y se resista al mundo en el que vives, nunca podrás vivir"

"Solo vivirás en el mundo que tú has creado para "ti" mismo"

"Un mundo creado por ti, vivido por tú, pero reconocido por nadie"

La casi imperceptible caída de mi última gota de sudor fue lo que hizo que despertara de ese trance, estaba de rodillas en el suelo, con las palmas de mis manos tocando el suelo, estas desprendían cierta calidez, la cual compartían con la fría madera que tocaban. Mi cuerpo no estaba temblando, aunque todavía estaba alterado y nervioso, pero no al punto de estar hiperventilando. Lo único que resaltaba de mi figura y estado eran mis manos, las cuales tenían marcas de un rojo tenue en ellas, como si alguien las hubiera arañando, pero, de todas estas marcas, había una mucho más viva, una marca que abandonaba la categoría de tenue, para pasar a ser rojo vivo, más bien, era una herida.

Una gota de sangre empezó a salir de la herida que tenía en la mano derecha, era del tamaño de la yema de un dedo, y era ligeramente profunda, como si hubieran arrancado una o dos capas de piel de la pobre zona.

"… En serio me he hecho esto yo mismo?" Dije, con un tono de voz preocupado a la vez que sorprendido.

En cuanto reconocí la herida, empecé a sentir más calor en mi mano, a la vez que una leve sensación de escozor. Junto a esto, dejé de tocar el suelo, volviendo a mi posición de rodillas, con mi espalda erguida, ahora, dirigiendo mi atención a la mano herida, viendo como la gota de sangre que ya había salido cae de esta. Por suerte, cae en el suelo en vez de en mi pijama, aunque al ver esa misma mancha en el suelo, siento una sensación de incomodidad por todo mi cuerpo.

Quería al menos ponerme una tirita o algo por el estilo, más que para que se me curara mejor o no se me infectara, para que no me saliera más sangre y manchara todavía más cosas. De entre las mil y una cosas que había en los armarios de la habitación, habían 2 paquetes de tiritas, uno con unas pocas, además de que estaba abierto, y otro sin estrenar.

Ambos eran tiritas para niños, porque eran más pequeñas de lo normal, y tenían dibujos de personajes raros, los cuales parecen ser de una serie la cual ahora mismo no logro recordar. Por suerte, con una sola tirita me bastaba para taparme la herida. SI hubiera hecho falta, me habría puesto 3 solo para taparla.

También cogí una toallita del paquete encima de la encimera de la habitación para limpiar la gota de sangre en el suelo, tampoco iba a usar la fregona para tan poco, sería un desperdicio de lejía, aunque eso no es la razón por la que la estoy limpiando así. Me da mucha pereza ir por la fregona.

Pues nada, ya está… ah, no, me falta esto…

Eso es lo que pienso al darme cuenta que me falta por deshacerme del elefante en la habitación: La cuerda. No sé porqué me he estresado sobre ella en primer lugar, es tan solo una cuerda ordinaria, no es el arma de un asesino, o algo que forma parte de un plan morboso.

Deshice el horrible nudo que esta tenía, que, por mucho que lo diga a la ligera, me tomó más de media hora desatar, sin lugar a dudas un horror, no quiero volver a repetir algo así, me ha dejado los dedos hechos polvo.

Decidí dejarla en el cobertizo del "Patio" de nuestra casa. Mi casa es de ese tipo que el salón tiene una pared entera que se basa en dos ventanas enormes que se pueden deslizar, las cuales dan paso a una zona relativamente pequeña la cual o no tiene nada salvo césped, o además de este tiene un pequeño cobertizo en el que se guardan cosas no deseadas, pero que de todas formas no quieres tirar, recuerdos, o herramientas. En el caso de la mía, el apartado de recuerdos es lo único que faltaba.

Tan solo espero que a mi padre no le parezca raro que de repente haya una cuerda aquí dentro, aunque bueno, tampoco es como si sepa exactamente todo lo que hay aquí dentro…

Ahora sí, había acabado con el problema que yo mismo había causado, solo uno de ellos, porque todavía tengo que recoger las cosas que he sacado, y ya de paso reconocer cuales de ellas son basura y cuales no.

Junto con esto, al estar viendo el otro armario, me pregunto si mi padre me habrá dado alguna ropa de mi hermana… No siento que esto sea de ella, salvo quizás por el color o el estilo. Vale que es un pijama lo que llevo ahora, pero hablo de la ropa del armario. Son cosas que no me desagradan, lo cual se basan en sudaderas ,chaquetas y camisetas, y pantalones largos o cortos, ya que estamos en septiembre, hay días en los que hace mucho calor para ir con pantalón largo, y mucho frio como para ir en pantalón corto, no se pueden decidir las temperaturas por un clima o qué?

Bueno, es una tontería pensar en esto, si por alguna razón tengo ropa vieja de mi hermana, pues todos salen ganando, yo estoy a gusto con ella y mi padre se ahorra dinero.

En verdad, espero que hayan hecho eso…

Por lo menos he tenido algo interesante que hacer hasta ahora, al estar hablando con Izumi y desatando esa cuerda, y porqué estaba en esta habitación en primer lugar?

Estaba dando vueltas por la habitación, observando las zonas cuidadas de esta, las cuales solo son la estantería y encimera. En la encimera había nada más y nada menos que un ordenador, el cual se notaba que era bueno, o al menos el aspecto que tiene lo da a saber.

Que yo sepa, se lo compraron a mi hermana cuando aún estaban mis padres juntos, por lo que tampoco fue un golpe muy duro a la cartera de mi padre, ya que la zorra la cual ahora mismo no quiero mencionar quiso trabajar tiempo después de que mi abuela falleciera, confiándole a mi hermana y a mi las tareas de casa, aunque siempre era mi hermana las que las hacía. Siempre he sido un vago…

En mi caso, también tengo uno, aunque claro, no es igual de bueno, pero me es suficiente, con que pueda jugar a lo que quiero de buena manera me basta, y eso lo cumple, aunque últimamente me gusta cada vez más y más leer. Espero no quemar ese hábito tan pronto.

Si confío en mi memoria, debería de saberme la contraseña de este ordenador, pero si me fio menos de mi memoria, sé que por algún lado hay un papel escondido con la contraseña, por lo que si no doy con la contraseña, puedo ponerme a buscarlo. Ahora sí, creo que no estaba en lugares como cajones o en la estantería escondido, por lo que me va a tocar rebuscar todavía más la habitación.

Seguro que me voy a topar con el cartucho de un juego porno, un manga porno, o una revista aún más porno.

Fuente? Ninguna, es algo que me he inventado nada más que para molestar, aunque cada vez pierde más la gracia, y a quien se lo voy a decir de todas formas, aparte de a mi hermana?

Si tengo que ponerme a buscar ese papel, puedo aprovechar y limpiar la habitación, no es que esté especialmente sucia, pero puedo quitar el polvo que ya tiene.

Pues nada, manos a la obra.

Me senté en la silla, enchufé la regleta conectada al ordenador a la corriente, y encendí el ordenador. Es el típico ordenador de torre, con sus tropecientas luces RGB, aunque está ajustado para que todas las luces sean una combinación de diferentes tonos de azul. Que envidia, pero que buenos gustos a la vez. Viva el color azul.

Y así, acerqué mis manos al teclado, y me puse a adivinar.

Y adivinar, adiviné poco, no di con la contraseña en lo que fueron unos 20 minutos, tampoco es que sepa al 100 por 100 cuanto tiempo estuve allí, tecleando como un mono.

Bueno, todo se resume en que me toca buscar… Que asco. Las ganas que tenía de hacerlo se me han ido más rápido que las ganas de hacerme una… ejem, en fin.

Ahora no voy a ponerme a limpiar, a pesar de haber dicho que lo haría hace nada, aunque tampoco me importaría encontrar alguna cosa secreta por ahí escondida.

Donde metería yo ese tipo de cosas?

Pensé en la estantería llena de libros, lo cual es la opción más viable, es un lugar que destaca, pero no lo suficiente como para que uno piense que algo está escondido ahí, que mal que yo me sepa sus trucos.

Me levanté de la silla, me dirigí a la estantería, y antes de hacer nada, le saqué una foto a como estaba todo colocado, no quería arruinar la tremenda organización que esto tiene. Empecé a quitar libros, los iba dejando en la cama, y de paso, mirando a ver si dentro de uno había algo, aunque sería raro, la verdad.

Pronto, dejé la estantería vacía, sin rastro de ninguna nota, o algún secreto perturbador que esté escondido por aquí. Se puede notar lo decepcionado que estaba de no haber conseguido nada con eso con tan solo mirarme a los ojos.

Me decidí en reorganizarlo todo como estaba antes después de entrar en el ordenador, por lo que me puse a mirar sitios rebuscados de narices para ver si había algo en ellos.

Aunque, incluso si aún tenía esperanzas de encontrar algo, estas se desvanecieron al cabo de un rato, ya que me quedé sin lugares en los que buscar. Me senté en la silla, derrotado.

"En serio, cual era la maldita contraseña?"

Como es que hay gente que pueda disfrutar cosas así? No puedes simplemente apuntar la contraseña detrás del monitor, o dejar el papel debajo de la torre?

Ah. Es verdad. Ya me acuerdo.

Resulta que el papel estaba debajo de la torre, lo cual no se me había ocurrido hasta ahora. Que bien, ahora tenía más trabajo que hacer después de esto, gracias, yo.

Bueno, que más dará, ya tengo lo que quería de todas formas. Aunque de todas formas me siento decepcionado, no he encontrado ni una revista, ni una!!! No estoy enfadado, solo ligeramente decepcionado.

No dudé ni un instante en teclear la contraseña en el ordenador, el cual, al aceptarla, no tardo casi nada en encenderse.

Normalmente, mi hermana tenía el ordenador con la mitad de la pantalla llena de accesos directos a juegos, y cosas de ese estilo, con un fondo de pantalla animado, pero, eso parecía un delirio al ver el ordenador ahora.

Sobre todo, quería meterme aquí para aprovecharme de las cuentas que había en el ordenador, además de pasar todos los archivos importantes al mío. No quiero quedármelo, sería una falta de respeto enorme, aunque, la razón principal no era esta, por mucho que lo evada, sabía que me iba a encontrar algo así.

El fondo era de color negro puro, todos los iconos que antes había han sido borrados sin piedad alguna, y el fondo de pantalla que antes adornaba a este monitor ha quedado sustituido por nada, no había nada en la pantalla que destacara, salvo una carpeta en medio de esta.

La carpeta tenía una palabra por nombre: ÁBREME.

No estaba sorprendido, sabía que iba a ser algo así, pero, no quería abrirla, sabía que tenía que hacerlo, pero no quería. Tenía miedo. Sé lo que hay aquí dentro pero no sé que me voy a encontrar, pensé.

Sin darle más vueltas, pinché en la carpeta. Esta mostró varios documentos de texto, cada uno siguiendo un patrón claro:

Para Riku; Para Papá; Para Mamá; Para &$%"! …

Estaba claro que algo así iba a aparecer, había en total unos 10 documentos, cada uno dirigidos a una persona distinta, familiares, o incluso a &$%"! ? Y a más gente.

Todas estaban dirigidas a alguien, excepto la última, esta tenía por nombre "Disculpa" .

Todo mi ser estaba ardiendo de los nervios, y no en un buen sentido. Tenía que leerlo, iba a ser el primero en hacerlo, ya tenía una tarea definida después de esto, pero aún así, no quería hacerlo.

Quité mis manos del ratón y el teclado, y puse ambas en mi regazo mientras observaba la pantalla, sin hacer ni un solo ruido, con el tick nervioso de mi pierna presente otra vez.

Solo sentía una cruel sensación, la sensación de no sentir nada. No estaba pensando en nada, no estaba fijándome en nada, es como si mi cabeza estuviera intentando procesar una información la cual evita recibir.

Pero, no podía estar sí mucho tiempo.

Cogí el ratón con una de mis manos, y pinché en el último documento de la carpeta. La aplicación del documento se abrió, y, en el breve tiempo que tardó en cargar, tan solo apreté mi mano libre en forma de puño, como si fuese una manera de darme fuerza para-

El texto cargó, interrumpiendo cualquier pensamiento que tuviera en ese instante, no perdí ni un segundo, ya que empecé a leer al instante.

"Hola, sé que muchas personas van a leer esto, bueno, no muchas, pero, si en verdad llego a usar esto, y estas leyéndolo, gracias. Hoy es 10 de Agosto de 20**, si lo estás leyendo de donde creo que lo estarás leyendo, sabrás quien soy, pero, si alguien te ha pasado esto, déjame explicarme. Yo soy ^[Ç+?, y he muerto. Al menos, así debería de ser, si no es el caso, por favor, no digas nada a nadie. Esto está escrito en todos los documentos, la parte única empieza ahora."

10 de Agosto…

La fecha me dejó sin aliento. Ya solo con esto sentí como si una densa capa de oscuridad estuviera poco a poco consumiéndome, siendo la luz de la pantalla lo único que me rescata de ser devorado al completo.