Chereads / Amague / Chapter 6 - Detectives y demonios.

Chapter 6 - Detectives y demonios.

La tensión entre los uniformados al interior del hospital era evidente, los dos evocadores no contaban con ninguna clase de arma, pero los oficiales sabían que ello era casi irrelevante. Seguían siendo una amenaza considerable.

Llevaban meditando estos asuntos por largo tiempo, y las conclusiones definitivas solo fueron entregadas a una lista de selectos oficiales que el capitán Marcelino consideraba realmente confiables.

Todo se trató con una delicadeza absoluta, tanto así que se crearon versiones alternas de dichos informes oficiales finales para "disminuir" la extravagancia de los términos.

Lo que se evidenciaba gracias a las cintas y a los testimonios de muchos policías ya no podía negarse, en todo esto había algo que solo podía catalogarse como "paranormal", a secas, y como no podía ser de otra manera, estas cuestiones generaron escándalo y rechazo entre otros altos mandos.

La mera posibilidad de que el cuerpo de policía pronunciara alguna clase de comunicado o informe donde se concibiese lo "paranormal" como cosa plausible era ridícula, por eso, al publico siempre se le entregaron versiones que alegaban por "histeria colectiva" o "manipulación de material documental" para explicar los fenómenos que comenzaban a hacerse conocidos.

El capitán Marcelino asumió el inmenso riesgo de apegarse a lo que la evidencia directa y los testimonios apuntaban, nunca quiso darle un nombre legitimo a dichos fenómenos, poco le importaba si era cosa de fuerzas sobrenaturales, lo que él creía es que, de fondo, todo ello debía tener sus respectivos principio y explicaciones, y que sí eran capaces de desentrañarlos, entonces podrían conformar un verdadero contraataque.

Quince minutos después de la llegada de los uniformados, Emilia hace acto de presencia en la sala de espera de aquel hospital, por supuesto, Amadeo no había desaprovechado la oportunidad para mandarle un mensaje a su compañera, esperando que ella encontrara un modo más conveniente de resolver todo el embrollo, la respuesta de la muchacha fue un simple "yo me encargo".

Ni siquiera en una situación así la muchacha desaprovecho la oportunidad de vestir con gran estilo, la elegante gabardina color beige y la coqueta boina típica eran los elementos más destacables.

Con una avidez y confianza desconcertante, Emilia se acero a Amadeo y al oficial que le servía de custodio, gentilmente inclino su mano sobre el hombro del oficial y murmuro palabras cortas e irreconocibles, sin mayor tardanza, el hombre de ley sufrió una transformación total en su semblante y en su ánimo, y así, sin demora alguna, guio a la señorita hasta donde se encontraba su superior y su compañero.

El poder de los daimones de Emilia había demostrado su enorme versatilidad, después de todo, bastaba un toque por parte de la propia evocadora o por parte de alguno de los dos pequeños daimones para que su influencia se apodere de cualquier memoria humana, así poseía el poder de alterar a voluntad cualquier memoria lejana o inmediata, bastaba con mover y adaptar una serie de recuerdos e ideas para cambiar por completo la narrativa de una persona.

Pocos minutos después, fue Emilia quien salió del fondo del pasillo, advirtió la presencia de Amadeo una vez más y se acercó para explicarle que todo estaba resuelto y que lo esperaría cerca de la entrada mientras terminaban de tratarlo.

Casi una hora después, un agitado Amadeo avanzo por la entrada principal de la clínica para encontrarse con su compañera, en esta ocasión, no se realizó ningún cobro por la asistencia médica de urgencias para el muchacho.

--Tardaste más de lo que esperaba... – Dijo ella—

--Ah… si por eso, esas cosas pasan cuando te meten un tiro en el hombro…--

--¿Y cómo te sientes sobre eso? Deberíamos ir a buscarte algo para beber… perdiste bastante sangre—

--Da igual, por cierto, el saco que me prestaste quedó desecho, la enfermera debe estar buscándome… pero no hay tiempo, vámonos…--

Con algo de extrañeza Emilia se decidió a seguir el avance del muchacho, después de una pequeña parada en una tiendita local se decidieron en pedir algún auto para partir de ahí de una buena vez, ya en el interior del auto, continuaron la charla:

--Podemos llamar a un viejo medico conocido de mi familia, a lo mejor y necesitas una segunda revisión en esa herida…--

--No, tranquila, solo… necesito comer y beber algo ahora y estaré bien en récord, eso dijo la tipa que me atendió, aunque eso si… debo tener cuidado de no arruinar la sutura. –

--Mh… aun así considera lo del médico, no te caería mal… ¿Qué vamos a decirle a tu abuela cuando lleguemos a casa? –

--Nada, no creo que se entere de todas formas… --

--Y… ¿Te sientes bien con todo lo que paso hoy? ¿Nada te inquieta de todo lo ocurrido? –

--Solo sé que obtuvimos lo que buscábamos, eso me basta, lo demás… bueno, se ira resolviendo con el tiempo. –

--Así es, parece que la información que le había sacado al tipo que te salvó la primera vez era correcta, iban a tener un pequeño ejercicio de reclutamiento en el lugar que destruiste, por supuesto… no era para obtener nuevos miembros comunes y corrientes, buscaban nuevos evocadores, ese tal… ¿Cómo se llama? Cristian, eso… él iba a ser el encargado de todo ese proceso, parece que todos los altos mandos solo comparten la fórmula que buscamos entre ellos, por si te da curiosidad, Cristian solo habló con los peces gordos mediante su teléfono, todo por llamada, hasta donde pude revisar, jamás les vio el rostro. –

-- ¿Y cuál es esa fórmula de la que estamos hablando? –

--Ah… pues veras, parece ser que ese viejo no nos contó lo suficiente sobre todo el asunto de los daimones, con relación a lo que saben ellos, nosotros somos completos ignorantes, la cuestión es que, efectivamente, se pueden fabricar nuevos cascabeles, pero lo relevante no es solo el material… el bronce es esencial, pero hace falta un símbolo… y parece ser que existe una enorme lista de símbolos—Emilia busco en su pequeño bolso el teléfono de Cristian y una vez pudo desbloquearlo gracias a que ya conocía la contraseña, busco en la galería de imágenes unas cuantas imágenes sobre unos antiquísimos documentos—Aquí están… para nuestra fortuna, podemos componer lo que yo supongo son palabras mediante la combinación de los símbolos, ignoro por completo si se tratan de letras o de números, lo importante es que, de esta lista de más de cien, solo necesitas mezclar dos, grabarlas al interior del cascabel y listo… solo faltaría buscar a nuevos evocadores.—

Amadeo toma el teléfono y escudriña aquellos símbolos con gran curiosidad.

--¿Se supone que son jeroglíficos? – Duda Amadeo—

--Ni idea… pero no se me parecen tanto, si usas el buscador de imágenes no te arroja ningún resultado, puede que por la imagen en si o porque no existe registro de esos símbolos… incluso, cabe la posibilidad de que ni siquiera sea un lenguaje como tal, podrían ser… ¿números? Yo que se, lo importante es que los tenemos y sabemos cómo usarlos, hoy mismo mandare a hacer un par de cascabeles. –

--¿un par? ¿no deberíamos invitar a más gente? –

--Yo no conozco a tanta gente a la que podamos involucrar en esto, ¿y tú? –

--Yo… la verdad que no…--

-- En mi caso, ya tengo mi candidato, un viejo amigo… tu busca alguien que pueda sentirse interesado por todo esto, amigo… familiar, lo que sea. –

--Por cierto… ¿Qué le hiciste creer a la policía? –

-- Solo los vinculé a todo nuestro plan, ellos ya saben que estamos del lado correcto, cuando conformemos nuestro… um… pequeño grupo de seguridad privada, entonces les daremos la noticia… todo sobre ruedas, como debió ser desde un inicio, y todo, por supuesto, gracias a ti Amadeo, de verdad te lo agradezco. –

--No es nada, después de todo tenemos este asunto de un objetivo relativamente común, solo espero que no vuelvan a dispararme…--

--Hum… sobre eso, es posible que no tengamos que volver a lidiar con esa clase de peligros—

--¿Por qué tan segura? –

--Hm… el ultimo tipo que apareció, pudo detenerte con un solo silbido, ¿verdad? –

--Si... así fue –Amadeo resopla ligeramente con desagrado—

--¿y no te parece que, de cierta manera, el poder de ese tipo era bastante más amenazante que el nuestro? –

--Eso creo… ósea, podría haber otras variables como que yo estaba herido, pero supongo que poder detener a la gente con solo silbar es un gran truco-- 

--El punto es que los poderes de los daimones no son del todo arbitrarios, gracias a ese "deseo" que se pide al evocarlos, es decir que las intenciones del evocador juegan un papel importantísimo, nosotros al pedir nuestro deseo debíamos tener ciertas cosas en mente y por ello nuestros daimones resultaron como lo hicieron, pero todos los que vengan detrás de nosotros pueden tener objetivos mucho más específicos, es una especie de carrera armamentística donde los que primero entran al juego son los más vulnerables, cada vez aparecerán daimones más capacitados para eliminar a otros evocadores, pero eso es algo que también podemos usar a nuestro favor, los idiotas de esa pandillita lo saben, es algo que pude confirmar en los recuerdo de ese tipo, definitivamente no la van a tener tan fácil…--

--Aja… entonces, nosotros solo tenemos que conseguir a un evocador que virtualmente pueda vencer a todos los demás—

--Exactamente, cuando les demos el contexto completo, tendrán un panorama realmente amplio, por suerte ya empecé a recopilar toda la información ¡eso tambien es importante! Debemos anotar todo lo que pueda sernos útil, con esto en mente, nuestros dos candidatos a evocadores tendrían el potencial de vencer a quien sea cuando sea, nuestro trabajo luego será pan comido, además, estamos justo a tiempo—

--¿justo a tiempo? –

--Así es, desde hace tres días se registra actividad de esos inadaptados muy cerca del centro histórico de la ciudad—

--Pero… eso es muy cerca del centro, no tenia en cuenta que se hubiesen propagado tanto—

--Por desgracia así fue, pero ahí entramos nosotros, vamos a enfriarles el avance. -- 

--Es verdad… por fin vamos a dar un verdadero contraataque, solo me inquieta que… ellos ya deben saber que nosotros tenemos la formula. –

--Puede ser, eso es otra cosa que tenemos en contra, debemos tener a nuestro jugador estrella antes de que sus esfuerzos por dar con nosotros den resultado, por eso, en nuestro primer acto, debemos darles un mensaje contundente, ya verás… perderán las ganas de buscarnos. -- 

--Me impresiona que pensaras en todo esto tu sola, lo tienes todo presente… quien lo diría, no eres solo una niña consentida—

--Ah… pues por supuesto que no, que cosas dices…--

Amadeo quiso reír, pero el movimiento de su brazo le hizo temblar por el dolor, poco después la pareja alcanzaría su objetivo.

Ya cerca de casa, ambos se dirigieron a un pequeño supermercado:

--Disculpa si aún no te dejo descansar, pero tengo que hacerle un pequeño favor a alguien—

--Ah, no tenías que tomarte la molestia, de verdad que aún estoy sediento—

--No estaba pensando en algo para ti, pero si de verdad quieres ya te comprare algo. –

--¿Entonces para quién? ¿Es para los candidatos que vamos a llamar mañana? –

--No… es un regalo para mis daimones—

--¿Para ellas? No veo para que, lo que entiendo es que ellos no pueden interactuar con nada en el mundo—

--Eso no es del todo cierto—

--¿Qué cosa le puedes comprar a un espíritu? –

--Dulces de mora, no me agradan mucho, pero ellas dicen que les agrada mucho el sabor, después de todo, nosotros somos lo único con lo que los daimones pueden interactuar realmente-- 

Amadeo nunca lo había considerado de ese modo, era consciente de que, a fin de cuentas, estos espíritus ven y sienten a través de sus evocadores, pero nunca creyó que tuvieran deseos tal y como los tienen las personas.

El muchacho no pudo evitar sentirse extraño al respecto y se mantuvo en silencio durante todo el viaje a casa, incluso se le ocurrió hablar con su propia daimon, pero al final se decide por no hacerlo.

--Por cierto… --Dijo Amadeo con algo de titubeo-- ¿de casualidad les diste nombres? –

--Si, de hecho, si, Amy y Emi…Ni se te ocurra burlarte. –

--Es algo gracioso ponerles a dos gemelas un nombre tan similar—

--Claro que no, les queda como anillo al dedo, además, estoy segura de que tu no le has puesto un nombre a tu daimon—

--No creo que sea tan necesario… después de todo, si son tan listos, ponerles un nombre cualquiera seria tratarlos como… yo que se, perros, eso no es lo mío. –

--Ugh… no es para nada lo mismo, no digas idioteces, si lo hubieras intentado, sabrías que ellos no tienen nombre, tú eliges si dárselo o no, ¿Por qué no se lo preguntas? –

--Si, si… claro, puede que lo intente esta noche…--

Para ese momento ya eran más de las cuatro de la tarde, ahora convenia entrar a casa para retomar fuerzas y perfeccionar cualquier plan de acción.

Esa misma tarde, no muy lejos de aquel supermercado, una silueta se detiene frente a los mostradores de una pequeña tienda de repostería, a la primera figura más alta y ágil le sigue una pequeña de movimientos disimulados.

Un muchacho de ojos celestes y cabellera rubia aprovecha para inclinarse sobre su reflejo y revisar su aspecto. La segunda figura, una pequeña de cabello claro y overol azul le pide a su hermano que no se detenga, parece que ambos se dirigían a algún lado con cierta prisa, pero el muchacho no se ha detenido por mera vanidad, quiere contestar una llamada y siempre ha sido de los que se detiene en algún lado para hablar.

La conversación es bastante breve, alguien desea tener un encuentro con él, el joven tantea su frente con el dedo medio, parece que medita un instante respecto a si valió o no la pena aceptar aquella invitación. 

--¡Puedes pensar y andar como todo el mundo! –

--No vamos tan tarde, no seas dramática…--

--¡Siempre dices eso! –

--Oye, ¿tú crees en los espíritus y fantasmas? –

--Ya tienes más de veinte años, esa clase de preguntas las debiste haber resuelto hace mucho… --

--No digas esas cosas, a veces me parece que los niños de tu generación hablan como adultos demasiado pronto…-- El muchacho alza la vista para calcular la distancia entre ellos y su destino—

--¡Quedan quince minutos! –

--Ya… te lo preguntare después, a lo mejor y tu opinión me sirve de algo –

Con evidente irritación, la pequeña toma ventaja respecto a su hermano, como si quisiera dejarlo atrás lo más pronto posible.

Laureano y su querida hermana avanzaron por la poco transita senda ladrillos rojizos y relucientes.

Un amplio y novedoso centro comercial, destacable por su curiosísima estructura exterior decorada con inmensos arcos de concreto y ventanales curvados, se coronaba al final de los distintos caminos de ladrillo que conformaban una amplia zona comercial, allí Emilia y Amadeo se dedicaban a buscar un buen lugar para almorzar, de paso, comprarían algo para la abuela de Amadeo.

Mientras avanzaban por los amplios pacillos, teniendo a mano izquierda una interminable hilera de restaurantes, Emilia se permitió desviar la mirada hacia el primer piso desde el borde del barandal principal, abajo se evidenciaba un pequeño espectáculo.

--Pero mira, están en el evento de Mimicho, hace años no veía nada relacionado con el…--

--¿Mimicho? –Pregunto Amadeo mientras se acercaba a su compañera –

--¿No te suena? Era un personaje bastante famoso hace unos once años, creo que venía de un comercial contra el uso de drogas…--

--Ni idea, yo no era de ver mucha televisión –

--Mira, ¿Cuánto crees que cueste uno de esos peluches? –

Aquellas palabras revitalizaron una extraña sensación que permanecía dando vueltas al interior de Amadeo, y era que tras muchos años esto era lo más próximo que había tenido a una cita con una chica, por supuesto, no le inquietaba en absoluto que cada tanto un transeúnte desviara rapazmente la mirada en dirección a Emilia para apreciarla, sentía que podía jactarse un poco al compartir una pequeña caminata con una chica linda.

Aun así, el no sentía demasiada compatibilidad entre ambos, y entendía que todos los gestos nobles por parte de la muchacha podían reducirse a un simple negocio, y entre las distintas consecuencias imprevistas de la ejecución de dicho negocio estaba la necesidad de salir juntos, Amadeo a veces pensaba que, de ser un inconveniente para ella, esta le pediría que comieran por separado, pero hasta ahora, dicha propuesta nunca había sido pronunciada.

--Pues mira, aún tengo un poco de plata por si acaso quieres que compremos alguno de esos peluches después de comer…--

El propio Amadeo no pudo evitar extrañarse de sí mismo tras hablar de ese modo, quizá valía la pena empezar limar asperezas.

--Si tú quieres… ¡ah! Mira, ese lugar de allá no parece tener tanta fila, ¿no se te antoja una hamburguesa? –

--Supongo que no está mal… aun así a mi abuela no le gustan esas cosas, si quieres fórmate mientras busco otro lugar que me apetezca más. –

--Hum… lo que digas, aunque… no es por ser entrometida, ¿pero por qué tu abuela nunca nos acompaña a estas cosas? –

-- Dice que la aturden estos lugares, creo que en su vida visitó más de tres centros comerciales como este… --

La imagen mental de semejante trio avergonzó un poco a Amadeo, ello reducía al máximo cualquier aura mínimamente romántica, quizá si Emilia lo consideraba era porque no veía todo esto más que como una salida a comer con un amigo cualquiera.

Al final, el muchacho se decidió por un restaurante de comida típica, pidió dos sopas y dos almuerzos simples y salió para buscar a Emilia en la plazoleta de comidas. Para su inmensa sorpresa, pudo verla a los lejos, compartiendo mesa con otro joven, aquel era Laureano y su pequeña hermana.

--Pues fue una gran coincidencia… --Dijo Laureano mientras sacudía algunas migajas restantes sobre la mesa—La verdad esperaba que tuviéramos que vernos hasta la noche, pero no cae mal hacer una pequeña sesión preliminar –

--No podemos hablar de esas cosas con tu hermana alrededor… --Respondió Emilia—

--No creo que se lo tome muy enserio… ¿O será que solo lo dice para parecer valiente? –

--Mira, de eso hablaremos en la noche…--

Amadeo idea un pequeño plan para acercarse a la mesa sin generar un momento incomodo, por lo que avanza mientras actúa distraído, como si estuviese en otro asunto más importante, le menciona a Emilia que pudo encontrar un buen lugar y después finge sorpresa al ver a Laureano, esperando que Emilia los presente a ambos. Aquello nunca llega a ocurrir, y los dos jóvenes sentados en la mesa estallan en carcajadas por la extraña actitud de Amadeo.

--Lo siento… es que no entiendo a qué viene todo eso –Emilia intenta recuperar la compostura—Él es Laureano, un viejo amigo de la escuela, y bueno… es mi candidato a evocador—

Ambos muchachos se estrecharon la mano. Emilia siguió hablando.

--Laureano, él es Amadeo, es el que me ha estado ayudando en todo esto, él es el único otro evocador que esta de nuestro lado… por ahora claro. –

--Un gusto Amadeo… no tienes idea de lo interesante que es todo esto…--

--Igualmente, un gusto… am… me permiten si me siento a comer, me cuesta bastante sostener cosas ahora mismo—

Finalmente, todos se acomodaron para comer, como la curiosidad de Laureano era difícil de dominar, aprovecho que su hermanita se dirigió a los juegos de toboganes a pocos pasos de allí para hacer pequeñas preguntas.

--Entonces… como ya sé que esto no se trata de alguna broma pesada, imagino que debo empezar a tomarme enserio todo este asunto de los daimones y los evocadores… --

--Por supuesto que debes, es un asunto de… como decirlo, importancia capital—Menciona Emilia—

--¿En qué sentido? ¿si las cosas no salen bien terminaremos en el fin del mundo? —

--Obviamente no lo sé, pero mira todo lo que ocurre en las noticias, esos delincuentes ya están a pocos pasos de alcanzar el centro histórico de la ciudad y la policía no ha podido darles un solo golpe desde hace meses, ahí es cuando nuestro pequeño negocio entra en juego…--

--Ah es verdad, tú quieres tu propio emprendimiento con ideario sobrenatural y todo, ¿Ya te imaginas cuanto podrás sacar nada más con el primer mes? –

--Obviamente no es solo por la plata…-- Emilia pareció algo avergonzada--

--Es verdad –Intervino Amadeo—Lo más importante es demostrarle a esos imbéciles que no pueden hacer lo que se les antoje con quien se les antoje…--

--¿Esos tipos te hicieron algo? Ósea… estas aquí porque quieres venganza—

--Aunque no me hubiesen hecho algo directamente, seguiría buscando lo mismo, creo que es el sentimiento más común del mundo—

--Supongo que es verdad—

--¿Y tú porque quieres ser evocador? –

--Hum… bueno, comparto un poco la opinión de Emilia, si esto se sale aún más de control puede tener implicaciones demasiado serias, imagina si ese tal poder de los daimones cae en manos de uno de los grupos guerrilleros que quedan, o aún peor, que pasa si ese poder lo obtiene alguna secta, existen demasiadas posibilidades, pero mira… la cuestión es… si el mundo se vuelve un caos para mañana mi hermana no podrá vivir lo que es ir a la escuela, estar con sus amigas, salir juntas, viajar, ir al cine, cenar en un buen restaurante, ¿Entiendes? Lo mismo aplica para todos los que tengan a alguien que les importe, si alguien quiere cambiar el mundo para mal o para bien, pues que mínimo siga las reglas del juego, usar a los daimones es, en definitiva, hacer trampa, y no me gusta que un grupo de extravagantes arruinen el mundo con ese poder, creo que tambien es un sentimiento muy natural… ¿No te parece? –

--Si… creo que es algo con lo que todos podemos sentirnos implicados…--

Los tres jóvenes cambiaron rápidamente el rumbo de la conversación cuando la hermana de Laureano volvió de su juego, al final se decidieron por separase después de la comida.

Justo cuando salían, Amadeo preguntó a Emilia si aún buscaba comprar aquel peluche, como la primera opción era demasiado cara, se decidieron por comprar un pequeño llavero…

--Me da algo de curiosidad saber cómo pudiste convencer a alguien de que todo esto era verdad…-- Dijo Amadeo mientras avanzaba junto a Emilia—

--A mí me parece que es un presentimiento que está en el aire, la gente ya sabe que algo muy raro está ocurriendo, quizá por eso están dispuestos a considerar esa clase de nuevas verdades—

--¿Enserio? —

--Pff… para nada, le leí la mente en una pequeña charla que tuvimos, simplemente quedó impactado al ver que no podía mentirme de ninguna manera y accedió a recibir la pequeña explicación que daré hoy en la noche, hablando de eso, más te vale tener tu candidato para esa hora, mande a hacer dos cascabeles y deberían llegar a eso de las ocho…--

--Si, creo que ya tengo a mi candidato, no sé cómo hacer que me crea sobre todo este temita, pero intentare convencerlo de que venga a la reunión. –

--Si necesitas ayuda con eso podemos aplicar lo mismo que con Laureano , además, siempre conviene más que los miembros del equipo ya hayan pasado por ese pequeño examen…--

--¿A qué te refieres con pequeño examen? —

--Hablo de que es mejor saber que piensan y que buscan antes de otorgarles un daimon, puede que suene extraño, pero definitivamente es más fácil confiar en los demás después de que les lees la mente. –

--Eso quiere decir que aún no confías del todo en mi—

--Definitivamente no es lo mismo, ya hemos convivido demasiado para decir que creo que tienes malas intenciones…--

--No ha sido tanto tiempo… o quizá sí, al menos que digas eso ya es un progreso—

--Definitivamente, pero eso da igual, lo importante es que traigas a esa persona hoy mismo—

--Si, no te preocupes, así será…--

Con cada hora transcurrida se iba gestando en los involucrados una sensación de ensimismamiento y nerviosismo considerable, pronto la noche se apodero de la bóveda celeste y como alguna clase de augurio, el cielo nocturno fue coronado por una luna llena como pocas veces se ha visto en los últimos años.

Emilia, comprobando que todo parecían convenir para la realización del plan, aprovecho para cerrar todas las cortinas que daban a la sala, en el primer piso, pronto los dos muchachos se asegurarían de que la anciana en el piso superior estuviese dormida, era obvio que querían ahorrarse los esfuerzos de tener que explicar todo esto a una mujer de setenta y ocho años.

Sumado a esto, la joven colocó unas cuantas velas blanquecinas en una vieja mesita de noche del cuarto de invitados, Amadeo solo se dedicaba a verla con cierto desconcierto. Los dos cascabeles recién entregados se habían colocado al interior de dos viejas cajas de buen aspecto (parecían ser los empaques de alguna clase de colonia o perfume), y por supuesto, ambas cajas estaban dispuestas en medio del pequeño grupo de velas en medio de la mesita, todo aproximado al centro de la sala.

El ambiente definitivamente hacia remembranza al típico rito nocturno, hasta donde Amadeo podía recordar, todo ello era en suma medida innecesario, pero parecía que Emilia disfrutaba aquel pequeño juego, por lo que no dijo nada.

Algo así como una media hora después de que todos los pequeños preparativos estuviesen listos, el comunicador de la cocina anunció que había llegado un invitado, Emilia solo tuvo que descolgar el aparato y preguntar el nombre de ese supuesto invitado, era Laureano, era lógico que llegase antes, puesto que vivía relativamente cerca.

El muchacho, como primera impresión ante el extraño escenario que le esperaba al interior del departamento, no hizo sino inclinarse hacia la ventana principal para abrirla un poco.

--Me hace falta algo de luz, disculpen – Dijo el rubio—

--Me arruinas la escena. – Replicó Emilia—

--Para nada –Continuó Laureano —Mira nada más esa luna, esto le da diez puntos de más a todo el ambiente…--

Quince minutos después, se emite un nuevo llamado desde el citófono, quien se anuncia es un tal Benito, Emilia menciona esto a Amadeo y este afirma que ese es a quien ha invitado, finalmente lo dejan pasar.

Ya en la puerta, dan todos una agradable bienvenida a un muchacho que se demuestra más tímido que todos los demás, en esta ocasión es Amadeo quien le da la bienvenida antes que nadie, con un gentil abrazo, el más bajo en estatura de los dos agradece por todo:

--Es lo mínimo que puedo hacer –Murmura Benito—Después de haberte dejado así sin más cuando nos atacaron en el negocio de mi abuelo, no tienes idea de todo lo que me preocupe, y temía que pensaras que soy alguna rata que no ayuda a sus amigos…--

--Ya pasó, no importa, en tu lugar yo tampoco habría podido hacer absolutamente nada, pero eso cambia ahora mismo, tenemos suerte de que hubieses sido testigo de todo lo raro que ocurrió esa tarde, de otro modo hubiera sido muy difícil convencerte de esto…-- 

--Si… supongo que eso cuenta como algo bueno, en realidad no… quiero decir que fue algo conveniente, muchas personas en el barrio aún se niegan a creer que algo de lo más extraño está pasando, sobre eso, me alegra que también hubieras sido capaz de buscar otro lugar para vivir, los sicarios de los primos te estaban buscando, nunca me dijiste que tenías familia en el lado más lujoso de la ciudad…--

--Por supuesto que cuenta como algo bueno, nos facilita las cosas, respecto a ese otro tema, este lugar no es de ningún familiar mío, es de ella, su nombre es Emilia. —

Emilia, notando que la han mencionado, se acerca para saludar a Benito.

--Un gusto tenerte aquí, ya nos habíamos visto de reojo en el hospital, pero no habíamos tenido oportunidad de conocernos. em… Amadeo me habló mucho de ti –Amadeo mira a la muchacha con extrañeza, nunca habían hablado de Benito- y no sabes cuanto te agradezco que hagas parte de nuestra pequeña empresa, te juro que valdrá mucho la pena—

--Mu-muchas gracias, eres muy amable, por supuesto que hago esto para ayudar a mi amigo. –

De súbito, la luz de la sala se enciende, ha sido Laureano, quien sostiene entre sus dedos uno de los cascabeles.

--Disculpen, me mataba la curiosidad, es solo que es raro pensar que un simple cascabel puede atraer demonios…--

--¿Demonios? –Dice Benito con algo de inquietud –

--No son demonios… son daimones, tranquilo, no dejes que te inquiete —Menciona Emilia para tranquilizar a Benito—

--Pues no puedes negar que todo esto se parece bastante a uno de esos rituales de pelicula, además… daimones suena como a una versión arcaica de demonio, ¿no serán lo mismo? –

--Les digo que no son lo mismo, … Laureano, no seas infantil, eso quiere decir que ni siquiera leíste los artículos que te mandé—

--Ah… y-yo no me siento muy cómodo lidiando con cosas del demonio, pero si no hay de otra estoy dispuesto a seguir con esto… --Menciona Benito con un nerviosismo cada vez más evidente—

--Esa es la actitud, a mí en lo personal no me importa hacer un pacto de esos, si a cambio obtengo algo realmente útil --Laureano sigue sin apartar la mirada de la pequeña pieza de bronce--

--¿Algo realmente útil? … --Agrega Benito pensándolo demasiado—

--Emilia suspira con hartazgo y camina para terminar en medio de todos—Bueno, viendo que no tienen demasiada idea de lo que estamos haciendo por aquí, aprovechare para hacer la pequeña explicación introductoria, recuerden que todo lo que están a punto de escuchar es sumamente importante—

--Vale, luces fuera entonces –Laureano baja el pequeño interruptor de la luz—

--¡Ahora no! Enciende la luz mientras hablo, de otro modo se van a distraer…--

--Como ordene capitana… --La luz regresa—

Emilia arregla sutilmente su cabello y se aclara la garganta para hablar:

--Primero lo primero, estuve leyendo un poco al respecto, sobre que era un daimon y de donde venían, por si les da curiosidad, la única razón por la que conocemos esta palabra es porque nuestros propios daimones y el viejo que conocimos para obtenerlos la utilizan, así que, haciendo lo que todos ustedes debieron haber hecho, me decidí a investigar, lo bueno es que este término incluso tiene su pequeño artículo en la Wikipedia, sino me equivoco, la palabra daimon es la raíz etimológica de la palabra "demonio" ¡pero no se inquieten! Estas criaturas no son demonios, aquella palabra se usaba para denominar a entidades que parecían estar en medio de los seres humanos y los dioses, a veces sirviendo como enviados de estos últimos, parece ser que una de las primeras personas en contar con un daimon fue el famoso Sócrates, aquel acompañante le servía a Sócrates como una especie de espíritu guardián… justo como ocurre con nosotros. –

--¿Sócrates? ¿El filósofo? Estás fumada… --Dijo Laureano con un ligero tono burlón—

--Esta todo comprobado, me creerían si hubieran leído lo que les mandé…--

Benito levanta la mano para tomar la palabra.

--Si, eh… Benito, que tienes que decir— Dice Emilia cediendo la palabra—

--En resumen… eso quiere decir no estamos lidiando con nada malvado, ¿verdad? –

--Así es, no es nada malvado, en teoría estas criaturas son más antiguas que toda esa idea de los demonios tal y como los entendemos hoy—

Benito levanta la mano para seguir el juego, Emilia le cede la palabra:

--Me pareció que dijiste que ustedes se toparon con un viejo y ese viejo les otorgo esos "demonios" ¿se puede saber bajo que circunstancias se pueden encontrar con alguien así? –

--Hum… eso será para después… a menos que Amadeo quiero compartir su propia versión…-- Emilia dirige la mirada hacia el muchacho, quien era el más apartado del grupo—

--Yo…ah… pues no fue nada muy extraordinario, unos delincuentes me iban a matar por querer defender a un niñito, y por escapar terminé en el bosque. Ahí me encontré con un viejo que me habló sobre todo esto y poco más, esa sería la historia…--

--Espera… no me digas, esos mismos que te perseguían fueron los primeros criminales que obtuvieron el poder de los daimones. – Sugirió Benito--

--Pues… si, así debió ocurrir, después de ese primer encuentro fue que se desató todo este caos en la ciudad. –

--¿Y el viejo ese de donde vino y porque anda dando semejante poder a quien sea? –

--Yo… no sabría decirte a ciencia cierta —

--Estaría bastante bien averiguar esos detalles algún día… --Laureano se recarga contra la pared tras hacer su intervención—

--Ejem… si, gracias por las intervenciones de todos, pero bueno, ya les di una idea de lo que pude descubrir sobre los daimones, en síntesis… em… son alguna clase de espíritus protectores de los cuales no tenemos mucha información…

--E-entonces… ahora pasaremos a hacer el pacto con uno de esos daimones? —Sugiere Benito—

--No, aún no es el momento, de hecho, antes de explicarles los pasos para hacerlo, deben saber algo sumamente importante, y es que el futuro de nuestra empresa y quizá de media ciudad depende de ustedes dos, Benito y Laureano , si ustedes fallan no nos quedaría de otra que buscar a más gente para reclutar, lo que nos quitaría precioso tiempo, así que, por favor… escuchen con atención…Los daimones tienen la particularidad de que aparecen gracias a un deseo, esto no es lo que define del todo las habilidades del espíritu en cuestión, pero si es algo de peso a la hora de hacer la evocación, ahora, mi daimon y el de Amadeo no son los más adecuados para un enfrentamiento directo contra otros espíritus, debido a que cuando los "trajimos" a nuestro lado, no estábamos considerando que entraríamos a este gran conflicto, ustedes cuentan con esa ventaja, necesitamos que a la hora de hacer la evocación, tenga en mente el objetivo de "superar" a los espíritus acompañantes de nuestros enemigos, no estoy segura de que así funcione la cosa, pero necesitan proyectar ese deseo interno de "superar" a la hora de hacer el pequeño ritual, deben estar casi seguros de que el resultado final pueda derrotar a quien sea, si lo hacen, tendremos el éxito asegurado…--

Laureano meditó un instante y habló para todos:

--Oye Emilia, ¿tu habilidad se reduce a todo ese asunto de controlar y leer mentes? –

--Hm…pues si…--

--Y tú, Amadeo, ¿En qué consistía tu poder? —

--Pues… puedo forzar acontecimientos poco probables, esa es la idea…--

--Bien… ahora, quiero que ambos me digan la idea dominante en sus cabezas durante ese momento, me imagino que aquella idea estaba relacionada a lo que termino siendo el poder característico de su daimon, ¿Verdad?

--Amadeo fue el primero en responder—Ahora que lo mencionas, si tenía en mente la idea de que un arma podía detonar en las manos del tirador, y que era un evento casi imposible… luego, no sé muy bien porque, pude recordar a mi abuelo, él tenía algo así como una obsesión por el azar y la probabilidad… supongo que eso explica mucho –

--¿Cómo? Entonces a tu abuelo le gustaban mucho las apuestas… --Anota el rubio—

--No en ese sentido… --

--Bien ,bien, --Volvió a intervenir Emilia algo más dispuesta—Creo que entiendo a qué quiere llegar Laureano, a lo mejor si se concentran mucho en cierta idea y la relacionan con sus propias experiencias el resultado sea más conveniente, así que… sobre eso, no sé qué más decirles, simplemente, sean muy ingenioso, y recuerde que después de nuestro primer encuentro con los primos, ellos tendrán la oportunidad de traer nuevos daimones y estos podrían estar pensados para superar a los nuestros, en fin, el proceso de evocación es el siguiente, simplemente tomen el cascabel entre sus manos, dejen caer al interior del mismo algún liquido corporal… supongo yo que la saliva es lo más sencillo, y pidan el deseo, entonces todo estaría hecho, prefiero que no lo hagan al mismo tiempo en caso de que algo salga mal, así que… ¿Quién quiere ser el primero?—

--Seré yo, ¿o prefieres ser tú el primero, Benito? —

--N-no tengo problema con que seas el primero, adelante…--

Habiéndolo decidido, Laureano cambio de lugar con Emilia para quedar en medio de la sala, ya había seleccionado un cascabel asumiendo que no habría demasiada diferencia entre ambos, coloco la reluciente pieza de metal entre sus manos y sin mucho decoro dejo caer al interior una ligera gota de saliva, entonces cerró los ojos y pidió su deseo.

Al despegar sus parpados, se encontró en un escenario asombroso, la sima de una colina extrañamente familiar, ante él, una noche estrellada y fantástica, en todas direcciones parecían presumirse estas pequeñas fuentes de luz, la ventisca era ligera y en las inmediaciones no se distinguía una sola obra humana, aquel basto desierto parecía impoluto, entonces, desde sus espaldas, fue capaz de captar una nueva voz femenina; "Para ti, que tanto empeño has puesto en especular sobre su poder, se te otorga un vínculo con el poder de los grandes astros, a cambio, tus sentidos servirán a mis intenciones, ese es el pacto legendario entre daimones y hombres…"

Entonces, mientras el muchacho permanecía inmerso en aquel mundo deslumbrante, pudo ver como una diminuta pieza de estrella descendía de los cielos, se agitaba con la misma sutileza que uno esperaría de una partícula de diente de león, la pequeña partícula de luz descendió sobre la palma de aquella mano ansiosa, y al verla, el joven pudo comprobar que sobre su mano retozaba el potencial de un universo, retoño de fuerzas supremas, poderes hasta hace muy poco ocultos del entendimiento humano. Signo del estrecho vínculo entre las fuerzas fundamentales del universo y el melancólico vistazo a una estrella solitaria…

Ni el mismo Laureano o alguno de sus acompañantes habría dado testimonio sobre un suceso imprevisible, porque aquella noche había nacido el primer daimon cuya fuente de ser no era una cuestión íntimamente humana, algo muy distante a los conceptos de fuerza, mente, suerte, vida…

Laureano solo tuvo que rememorar a un viejo amigo, amante de las estrellas para hacerse con semejante poder, Aquellas vistas ahora proyectadas en el pacto correspondían a sus días más felices.

Una vez pudo desprenderse de aquella visión, noto como todos le miraban con expectativa, Laureano respondió a aquellos gestos con una sonrisa confiada, extendió su mano derecha y al separar sus dedos, se materializo aquel destello fantástico ya visto en el mundo onírico, la intensidad lumínica de aquella partícula ínfima fue suficiente para opacar el poder de la iluminación interior.

--Y… ¿bien… que se supone que hace tu daimon? –Dijo Emilia tras apartar la vista de aquella fuente de luz—

--Pues vamos a verlo… --Laureano se dirigió a la puerta que daba al balcón—No se me ocurre nada más así que… me gustaría que la primera prueba fuera tan definitiva como sea posible, tú, Amadeo, hacer caer un rayo, eso cuenta como un suceso poco probable, ¿no es así? –

--Si… claro, ya lo he hecho antes… acaso quieres que…--

--Si, es precisamente lo que te imaginas—

--Emilia intervino—Ni lo crean, podrían quemar todo el departamento…--

--Eso no ocurrirá–Dijo Laureano mientras que, ya situado en el balcón, extendió su mano hacia lo cielos-- ¿Listo Amadeo? Cuando quieras—

Amadeo vio con duda hacia el rostro de Emilia, quien ya parecía abnegada, luego miro a Benito, quien parecía a la expectativa del espectáculo, luego, consulto a su daimon, aquella criatura determino como plausible el hacer caer un rayó contra Laureano.

--Antes de nada, deberías darnos detalles… ¿Estás seguro de que tu daimon puede detener un rayo? – Preguntó Emilia aun conservando un buen grado de inquietud –

--Los relámpagos están constituidos principalmente de plasma, así que en teoría debería poder con esto, no demoremos más, quiero saber lo que se puede hacer con este poder—

Con un último vistazo dado entre todos los miembros del grupo, parecía que se había dado el visto bueno a la prueba, Amadeo confiaba en lo que mencionaba Laureano, puesto que ya había sido testigo de alguien deteniendo un rayo.

Un nubarrón distante da señales de vida, de éste brota el signo de poder más legendario conocido por la humanidad, la luz inunda el ambiente nocturno en un instante, el flujo de energía que se extiende con su característico crecimiento ramificado alcanza la mano del muchacho en el balcón, el trueno obliga a todos al interior del hogar a cubrirse los oídos.

La iluminación típica del lugar vuelve a reinar, solo unos cuantos vecinos se asoman desde sus hogares para comprobar si el rayo ha dado contra algún edificio, por suerte, Laureano ya se encuentra al interior del apartamento, una vez más, un orbe luminoso reposa como un fantasma levitante sobre la mano derecha del joven, Aunque Amadeo ya ha visto algo semejante, no puede evitar sorprenderse, aquel orbe de puro poder no es idéntico al creado por Mute, no solo su brillo, sino el agradable calor que este emana lo hacen distinguirse, y no solo eso, la presencia eléctrica del orbe es fácil de percibir.

Benito es quien se demuestra más asombrado, jamás soñó con poder ver a su amigo siendo capaz de manipular los rayos, y mucho menos esperaba encontrarse con un desconocido capaz de atrapar aquel rayo como si de una pelota se tratase.

--A lo mejor y aún tienen más dudas, créanme, yo mismo tengo bastantes… pero no se me ocurre alguna demostración de este poder que no implique acabar con el departamento de Emilia…--

--Ah… si, te agradezco que no quieras destruir mi casa, lo importante es que te veo bastante confiado… ¿acaso tienes el poder de manejar la electricidad? –

--Algo así, supongo que es una manera sencilla de verlo –El orbe de energía se disipó, haciendo que todos los presentes sintieran la energía fluyendo cerca de sus tobillos—Me imagino que todos aquí han oído del estado plasmático de la materia…--

--¿De la materia? ¿Que no eran solo fuego, agua, tierra y viento? –Dice Amadeo—

--Esos son los cuatro elementos… --Agrega Emilia—

--Si recuerdo algo al respecto… --Agrega Benito—El plasma precisamente puede verse en nuestro planeta manifestado en los rayos y es de lo que están formadas todas las estrellas, si tuviera que pensar en un estado de la materia que representara la energía pura… definitivamente seria ese. –

--Aja, tienes una buena idea al respecto, me sorprende que Emilia no lo recuerde, juraría que se lo explique varias veces mientras estábamos en la escuela-

--Lo que sea… no sé muy bien que aplicaciones puedas darle a un poder así… pero por lo que dicen debe haber muchas… --Menciona Emilia—

--S-supongo que entonces sigo yo… --Menciona Benito tomando el cascabel entre sus manos—Espero poder sacar algo tan impresionante como lo de Laureano —

--No te presiones demasiado, sé que dije que todo esto era super relevante, pero puede que si te concentras únicamente en eso no tengamos buenos resultados…solo, piensa en un buen poder…-- Emilia da una pequeña sonrisa a Benito tras hablar—

--Espero que así sea…-- Benito da un nuevo vistazo a la pequeña pieza de metal—

Con algo de vergüenza, el muchacho deja caer una pequeña gota de saliva entre sus manos, y una pequeña parte de esta logra filtrarse hasta el interior de la pieza, entonces, pide su deseo.

Una vez ha cerrado los ojos, se encuentra en un ambiente nebuloso y extraño, a su alrededor nada más que alta vegetación, enredaderas densas y gritos presurosos de fondo, le parece que, a la lejanía, puede ver a un único hombre que se aparta de la montaña, tras este, un grupo de tres hombres armados, quien huye es un hombre escuálido y bigotón cubierto por una humilde ruana, sus perseguidores, visten prendas militares a la antigua.

Benito quiere acercarse a la acción, le inquieta como pueda resultar todo, el perseguido se limita a buscar refugio en un viejo establo de adobe, justo cuando alcanza la entrada de la estructura, sus perseguidores toman posición para abrir fuego, todo se detiene en aquel instante, Benito se permite avanzar en dirección a la estructura, no sabe muy bien porque, pero desea ver el rostro de aquel hombre, ya en el interior, puede destacar la fisionomía típica del mestizo, aquel reza e implora, fijo en el tiempo, la escena logra conmover al muchacho, pero es capaz de recordarse a si mismo que nada de esto es cierto, que él todavía debe permanecer en aquella sala, a pesar de este último razonamiento, se inclina sobre el hombre para verlo mejor, le parece que alguien se acerca desde su espalda y solo logra distinguir con el tacto el frio cañón de un arma que se posa contra su nuca, el mundo imaginario retorna a una nebulosa densa que hace imperceptible todo lo externo, una voz masculina habla desde el lateral del joven; "Pero que sueño seria para todos no ceder nunca ante el dolor y el daño, que fantástico seria si ningún mal pudiera amenazarte nunca… y seria aún más fantástico que esto fuera cierto para los valientes, por eso, te concedo esa posibilidad, a cambio, podre aprender a vivir gracias a tus sentidos, ese… ese es el pacto legendario entre la humanidad y los daimones" una lagrima acaba de caer sobre la superficie metálica del cascabel, Benito se encuentra una vez más entre sus compañeros, en el aquí y el ahora, todos se alarman un poco cuando lo ven tambalearse, pero no pierde el equilibrio del todo.

--Dios mío, ¿estas bien? ¿nos escuchas? –Menciona Emilia con evidente nerviosismo—

Amadeo es quien primero se acerca a su amigo para sostenerlo

--Si… tranquilos… solo que, me parece que vi algo muy raro… --Menciona Benito mientras se limpia las lágrimas por vergüenza—Laureano, ¿tú que fue lo que viste? –

--¿Qué vi? Sobre esa pequeña ilusión antes de pedir el deseo… pues solo la podría definir como la mezcla de un sueño y un recuerdo—

--Ya veo… se sintió muy real, fue un buen susto, perdón si los inquieté, no quería… en fin… lo siento muchachos, me parece que no he entendido muy bien la habilidad de mi espíritu guardián… --

--Ah… no te preocupes puedes preguntarle directamente, recuerden que si no los vemos ahora es porque están dentro de ustedes, es como…una posesión supongo, solo que ellos no pueden controlar nada… --Menciona Amadeo y junto a él se proyecta la figura de su daimon—

Siguiendo este primer ejemplo, Emilia decide proyectar a las dos criaturas que le sirven como espíritus guardianes, Benito y Laureano se ven con extrañeza por un instante, entonces el último de estos se permite presentar a su daimon, una joven de cabello grisáceo, mascara de gas y vestimenta bastante más moderna que el resto de los espíritus presentes, usa una de las mangas de su gaban como una clase de bufanda.

El siguiente es el daimon de Benito, una figura alta y esbelta, especialmente vistosa por un peto de hierro que porta, parece la vestimenta de un soldado realmente antiguo, resalta sobre su mascara un vistoso bigote postizo.

--N-no me lo creo… son verdaderos fantasmas, justo delante de mí… dios mío… --Benito se da la bendición con rapidez y no deja de analizar a todas esas apariciones que prácticamente le rodean—

--Bueno, recuerda que técnicamente no son fantasmas, no sé muy bien porque tienen apariencia tan humana… pero definitivamente no son personas que han muerto en el pasado, ¿verdad? –Dice Emilia para luego dirigirse a sus dos daimones, las pequeñas no se dignan a tomar distancia de su evocadora y niegan con la cabeza—

--E-esperen, y… ¿no podemos enviar a estos fantasmas directamente a la acción? Eso sería mucho más seguro… --Sugiere Benito—

--No es posible –Aclara Amadeo—Ellos son incapaces de hacer cualquier cosa sin nosotros, de hecho, no pueden ni ver, ni oír ni oler sin nosotros—

--Que locura… pero eso hace que tenga más sentido lo que me dijeron en ese sueño, en fin… --Benito alza tímidamente la mirada hacia su daimon,—¿podrías aclararme mejor tu poder? –

--Por supuesto… lo que te mencioné en un principio era bastante literal, y te lo recalco ahora que me lo pides gentilmente, jamás volverás a recibir ninguna clase de daño físico, y te lo digo con toda certeza, un buen batallón podría apuntar toda su artillería en tu contra, abrir fuego, y tras dispersarse el humo, se encontrarían con que no te han hecho el más mínimo daño…--

--Oigan, no se ustedes, pero no escucho absolutamente nada, solo veo al daimon de Benito moviendo los labios… --Dice Laureano —

--Pues la verdad yo tampoco escucho nada… --Agrega Amadeo—

--Solo quienes estén en contacto directo con el daimon, además de su evocador serán capaces de percibir su voz –Dice la acompañante de Amadeo al interior de su cabeza—

--¿Qué te dijo, Amadeo? – Dice Emilia después de ver el movimiento en los labios de la daimon de Amadeo—

--Parece que solo quienes estén tocando al daimon o el propio evocador podrán escucharlo…--

Emilia toma la mano de Amadeo y después sujeta la de Laureano, notando que sus respectivos daimones mantienen el contacto físico con sus evocadores, le pide al espíritu acompañante de Amadeo que diga algo.

--Un gusto saludarlos… a lo mejor y esta es la primera vez que son capaces de escuchar mi voz—

Los tres muchachos y sus respectivos espíritus fueron capaces de oír aquella voz.

--Funciona –Agrega Emilia—¡y tiene una voz muy bonita! –

--Te lo agradezco… me alegra que pienses eso –Así repuso la daimon de Amadeo—

--Disculpen… si ya comprobaron eso que querían saber… ¿Podríamos separarnos? –Dijo la acompañante de Laureano con voz baja y entrecortada. –

Habiendo escuchado esto, todos dejaron de tomarse las manos.

--Parece que a tu daimon no le gusta mucho conversar –Menciona Amadeo dirigiéndole la mirada a Laureano —

--Eso parece… no pensé en ningún momento que tuvieran personalidades y todo eso… definitivamente estoy boquiabierto. –

Benito volvió a acercarse a los demás, demostraba cierta aura alegre y renovada

--Muchachos, no me lo van a creer, pero parece ser que soy… "invulnerable", es una locura, justo como un superhéroe, ¿lo habrían imaginado? Según lo que dice mi daimon, debería ser incapaz de recibir daño sin importar a que me enfrente…--

--Hm… suena muy bien, es decir, las posibles aplicaciones de ese poder son algo más limitadas, pero suficientes…-- Dice Emilia mientras se le nota algo pensativa—

--El problema es que no entiendo muy bien como podrás atacar con ese poder… no es por juzgar ni nada, no te preocupes—Agrega Amadeo—

--No pasa nada, tienen razón, pero no se preocupen, pensare en algo para ampliar las posibilidades de este poder, por otra parte, definitivamente voy a necesitar algo más que mis manos para ayudarlos—

--No te preocupes, mandé a pedir algunas armas de electrochoque—Emilia medita un momento antes de seguir halando—No digo que eso sea lo mejor, pero deberían ser de utilidad–

--¿Y para que pediste algo como eso si se supone que nosotros vamos a hacer el trabajo con el poder de nuestros daimones? --Indaga Laureano —

--Ah, pues muy fácil, es simplemente el "paquete" inicial obligatorio para cualquier agencia de seguridad—

--¿Agencia de seguridad? –Benito se nota sorprendido— Por lo que Amadeo me comentó, parecía que estaríamos listos para salir y enfrentarnos a los delincuentes, pero pensé que… sería algo menos formal. –

--Para nada, eso solo daría problemas a largo plazo, verán, hace poco tuve… como decirlo, una pequeña "charla" con un alto rango de la policía, ahí no solo saque a Amadeo de un buen lío, sino que además lo convencí de darnos una pequeña mano, después de todo, convencer a las personas de algo es muy fácil cuando controlas sus recuerdos… en fin, solo le dije que estuviera a la expectativa de nuestro pequeño debut, que convenientemente empatara con el próximo gran movimiento de los primos, por si las dudas… si, se de ese movimiento gracias a lo que vi en la mente de ese oficial, pero ese no es el asunto, el estará al tanto para ayudarnos si todo sale de control, por supuesto, todo esto se sale bastante de las normativas, por lo que debemos ser muy prevenidos con todo lo que hacemos, esto era clave, de otro modo jamás nos habrían dado la oportunidad de siquiera intervenir—

--Vale… entonces, ¿nos metemos en el papel de ser una nueva agencia de seguridad y aparecemos en medio de todo el despelote para detener a los malos? – Dice Amadeo—

--Obviamente no es tan sencillo, después de todo, no somos oficiales de la justicia, es más conveniente que actuemos como una iniciativa privada, la gente ve nuestro primer acto, se da cuenta de que somos los únicos que podemos vencer a los primos, todos nos contratan para defenderlos, el negocio crece, los primos dejan de ser un problema y final feliz…--

--Disculpen, pero… ¿No sería mejor darle este poder directamente a la policía? – Dice Benito—

--No lo creo –interviene Laureano —Justamente algo que Emilia menciono me hizo pensar en eso, y es que, si la policía tuviera que legislar sobre los daimones para poder usar su poder correctamente, no solo llevaría mucho tiempo… sino que este pasaría a ser un asunto completamente público, y eso definitivamente no nos conviene, mientras más gente tenga este secreto, será peor para todos, mientras que, con nosotros, no estamos obligados a dar los últimos detalles—

--Pero tarde o temprano la policía nos obligará a declarar sobre todo esto, y entonces dará igual—

--No creo… tanto el gobierno como la gente verán que somos lo único que pueden oponerse a quienes los amenazan, obviamente no buscaran detenernos y hacer las preguntas necesarias, aunque técnicamente sea lo correcto. – Declara Laureano--.

Benito lo consideró una vez más, ahora cobraba algo más de sentido.

--Por eso digo que debemos ser prudentes en extremo – Agrego Emilia—

Parecía que habían entendido el punto central, posteriormente, acordaron que todos se quedarían a dormir allí mismo para no perder tiempo mientras volvían a encontrarse, además, mañana recibirían los uniformes y las armas de electrochoque directamente a la dirección de Emilia, por supuesto que había espacio para que todos se quedaran a dormir, al final ninguno se negó.

Todo parecía precisamente planeado, unos conocidos de la familia de Emilia, dueños de una reconocida franquicia hotelera, servirían como los primeros clientes de la recién nacida agencia (tanto así que todavía no estaban formalmente registrados).

Uno de los hoteles estrella de dicha franquicia, se vería seriamente amenazado por el "desfile" de los primos, resulta que, según la información obtenida por la policía gracias a distintas intervenciones en líneas telefónicas y espionaje de mensajes en línea, los primos harían una demostración de poder con una redada directamente en la zona histórica de la ciudad, posteriormente, anexarían dicha zona a su creciente territorio, en cuanto Emilia se enteró de todo esto gracias a la información que encontró en la mente de los oficiales durante la visita al hospital, no dudo en ajustar todo ello a los planes.

Así fue como se determinaron las cosas, la gran exhibición de poder de los primos ser duramente aplastada, así enviando un mensaje contundente a la población en general.

Lo único que mermaba el temor de todos los jóvenes en el carácter imprudente de su plan era la naturaleza intuitiva del poder de los daimones, eso les brindaba cierta confianza en su futuro actuar.