En una sala totalmente oscura y rodeada por escalones que suben, cae Akuma en el centro rodando hasta detenerse boca arriba.
"Mira a quién tenemos aquí" Comenta una voz desde la oscuridad.
De la parte superior de las escaleras resaltan 9 figuras humanas una al lado de la otra, dando un paso al frente la última figura de la derecha, dejándose ver que es el hombre de la máscara junto a Tenjin detrás de este.
Una nueva figura aparece en el mismo piso que Akuma, siendo esta sombra más grande y corpulenta.
"Parece ser, que ni siquiera sirves para matar a un pequeño crío" Comenta una voz masculina adulta desde la gran figura oculta en las sombras.
"¿Quién eres tú?" Pregunta Akuma colocándose en pie poco a poco y mirando hacia la sombra. "¿Y que es este lugar?"
"Te encuentras en el lugar… Donde nacieron los nueve primordiales"
Akuma se levanta de golpe abalanzándose para intentar acercarse y golpear a la sombra, pero cae al suelo antes de poder ponerse en pie totalmente.
"¿Qué ha pasado?" Se pregunta mientras que se mira las piernas, viendo estas totalmente destrozadas y retorcidas.
"Nadie puede hacer nada si el te esta viendo"
Akuma desvía su mirada hacia las ocho sombras y donde se encuentra el enmascarado, viendo que la segunda sombra desde la izquierda, solo se pueden ver perfectamente sus ojos blancos claros y brillantes, mirando fijamente a Akuma.
'¿Qué me está haciendo?'
"Confié en que tú podrías acabar con él, pero no has servido ni como entretenimiento" "A partir de ahora, seré yo quien me encargue de erradicar este mundo. Y si me preguntas el porque… ¿Acaso no es natural querer gobernar siendo el más fuerte?" Termina de decir la sombra terminando con unas risas mientras se aleja.
"Podéis iros y esperar hasta que os de nuevas órdenes, menos tu, Perfección. Erradícalo"
7 sombras desaparecen al mismo tiempo que el hombre de la máscara, permaneciendo aquella que tenía los ojos abiertos.
Akuma recibe un golpe fuerte interno, obligándolo a caer al suelo apoyándose de sus manos mientras escupe gran cantidad de sangre.
'¿¡Qué es esto!? ¿¡Por qué no puedo recuperarme ni usar nada de aetherium!? ¿¡Amatsu, estás ahí!?'
Sin darse cuenta, Akuma levanta su mirada observando fijamente a los ojos de la sombra, que brillan con gran intensidad como si fueran divinos.
"¡Todo esto es por tu culpa, ¿verdad!?" "¡Responde, maldito desgra-"
Una explosión de sangre interrumpe a Akuma, dejando todo en un total silencio.
La sombra cierra sus ojos y se sumerge en la oscuridad, desapareciendo por completo, dejando la sala vacía, a excepción de la sangre esparcida en donde se encontraba Akuma.