Una nueva mañana apareció frente a mí, el aire fresco llenaba mis pulmones, pero venía acompañado de un fuerte dolor de cabeza. Lo último que recordaba era haber salido a beber con mis compañeros de trabajo. Al abrir bien los ojos, un paisaje impresionante me iluminaba: grandes montañas a lo lejos y, en el cielo, la luna... **¡DOS LUNAS!?** ¿Dónde demonios estoy?
En ese momento noté que mi voz sonaba distinta. **Ahora que lo pienso... mis manos también se encogieron.** A lo lejos, se escuchaba gente. Intenté acercarme, pero un ruido detrás de mí me sobresaltó. Un caballo corría en mi dirección, con un símbolo de león en su montura. Detrás de él, una chica de pelo plateado corría a una velocidad que igualaba a la del caballo. El reflejo de la medalla del caballo me permitió ver mi cara por un momento. **Mi cara... cuando tenía 17 años...**
—¿Sorprendente, verdad? —dijo una voz desconocida, clara como el agua, pero que no venía de ningún lugar en particular—. "Él" logró duplicar tu cuerpo de hace años.
—¿Quién eres? ¿Y dónde estás? —pregunté, mirando a mi alrededor, en busca del origen de la voz.
—Pregunta trampa —respondió la voz—. Soy tu asistente en este nuevo mundo. Y estoy dentro de tu cabeza.
—¡¿Despierto y ahora tengo esquizofrenia?! —grité, sintiendo cómo el pánico comenzaba a subir.
—No, tarado —respondió el asistente con tono burlón.
Luego de una breve explicación, entendí la situación: había sido transferido a un "Nuevo Mundo" como uno de los peones del "Dios de la Creación". Cada 10 años, los dioses de este mundo seleccionan humanos de otra realidad para su entretenimiento. Estos "Héroes" son invocados para cumplir los deseos de sus invocadores: los dioses. A cambio, los dioses les otorgan habilidades y poderes acordes a la esencia de su invocador.
Mientras caminaba hacia el pueblo, el Sistema me mostró cómo usar sus funciones.
—Se siente como si estuviera en un videojuego de realidad aumentada, pero... comenzar sin habilidades ni herramientas para algo así es...
—Quejas, quejas, ¿es lo único que sabes hacer? —interrumpió la voz del Sistema.
—Para tu información, trabajé toda mi vida sin descanso y sin... Me da pena mi mundo ahora... —respondí con frustración.
—¿Terminaste? —replicó el Sistema, sin perder su tono sarcástico.
Al ponerme en marcha siguiendo las indicaciones del Sistema, llegué a un pequeño pueblo. Al entrar, noté que podía entender tanto el idioma hablado como la escritura, algo que me sorprendió de inmediato. El Sistema me explicó brevemente: [Te traduzco lo que lees y escuchas, pero tu tarea será aprender a escribir por ti mismo].
El ambiente y la gente del lugar me recordaban a mi mundo, pero de varios siglos atrás, como si estuviera en plena Edad Media. La variedad de razas era asombrosa: hombres bestia con garras y colmillos, elfos de orejas puntiagudas y piel pálida. Pero, entre todo ese espectáculo, algo llamó mi atención: una herrería vieja y desgastada por los años.
[Esa herrería...] dijo el Sistema, con una sonrisa en su tono mientras parecía desviar la mirada, como si ocultara algo.
—¿Qué pasa con esa herrería? —pregunté, sintiendo que había algo más detrás de sus palabras.
[Primer paso en este mundo: tienes que registrarte, o serás considerado un prófugo].
—¿Apenas llego y ya puedo ser un prófugo? —exclamé, un tanto incrédulo.
[En este mundo existen tarjetas de presentación, aunque son un tanto... especiales. Las otorga el gremio.]
—Pero no sé nada sobre este lugar... —respondí, sintiéndome abrumado.
[Lo sé, por eso debo explicarte cada una de las condiciones de este mundo. Eres demasiado trabajo, ¿lo sabías?]
—No me lo recuerdes... —murmuré, resignado a seguir las reglas de este extraño mundo mientras me acercaba a la entrada del gremio.
En mi búsqueda de más información, finalmente me encontré con el gremio del que tanto hablaba el Sistema. Sin embargo, fue mucho menos fantasioso de lo que había imaginado. El edificio, aunque imponente en el centro del pueblo, parecía más un bar que un lugar lleno de intriga y aventuras. Gente salía completamente roja por el exceso de alcohol, y al adentrarme, vi a varias personas desmayadas en el suelo. En una de las esquinas, una mujer de cabello plateado barría con calma los cuerpos inertes de los aventureros, como si estuviera absorta en su tarea, concentrada únicamente en su escoba.
—Una foto te duraría más, ¿sabes? —dijo de repente, sin siquiera mirarme, con una voz suave y agradable.
—¿Eres nuevo en el pueblo? —preguntó mientras dejaba lo que hacía. Se acercó tímidamente, manteniendo cierta distancia mientras observaba mi ropa con curiosidad.
[No te preocupes por eso, tu ropa es común para un extranjero] intervino el Sistema, tranquilizándome.
—Mi nombre es Lumina —dijo ella, con una sonrisa gentil y cálida que contrastaba con el frío de sus manos al estrechar la mía—. Soy una de las encargadas de manejar este gremio.
La calidez de su sonrisa desentonaba con la frialdad física que transmitía su toque, pero esa mezcla de contrastes me dejó intrigado.
Lumina comenzó a explicarme las funciones básicas del gremio. Era la organización encargada de registrar a los aventureros, asignarles misiones de recolección de materiales mágicos o caza de monstruos, y recompensarlos por sus servicios. Según sus palabras, nadie se molestaría en enfrentarse a un monstruo sin la promesa de una recompensa. Sin embargo, su voz se volvió sombría al mencionar a los "Invocados", seres traídos por los reinos una vez al año para proteger la paz de la humanidad. Cada uno de ellos poseía la fuerza de mil hombres y un poder casi ilimitado. Mientras hablaba de ellos, los ojos de Lumina comenzaron a llenarse de lágrimas.
—Lo siento —dijo, intentando mantener la compostura—. Es solo que... mi aldea fue arrasada por un grupo de Invocados hace tiempo y...
Antes de que pudiera terminar, sus lágrimas empezaron a caer. Quise consolarla, pero una voz estruendosa resonó a lo lejos.
—¡LUMINA! —gritó una pequeña mujer corpulenta de cabello rojizo mientras irrumpía en el gremio a gran velocidad, apartándome de un empujón que me lanzó contra la pared. Sin dudar, tomó la cara de Lumina y le limpió las lágrimas.
—¿Estás bien? ¿Te golpeaste con algo? ¡¿Quién te lastimó?! ¡Lo haré pedazos! —gritó la mujer mientras miraba a su alrededor con furia.
No pude reaccionar. El golpe había sido tan fuerte que perdí el conocimiento por un momento.
Cuando volví en mí, Lumina ya había aclarado el malentendido y me estaba ayudando a recuperarme de la caída.
—Perdón por todo el desastre —se disculpó Lumina, con su sonrisa siempre cálida—. Ella es Shevy, me protege cuando algo pasa.
Shevy era mitad enana, un ser humanoide con la musculatura de alguien que podría partirme en dos como si fuera una ramita. Apenas la miré, su físico imponente me dejó claro que no debía meterme con ella.
—Ahora, ¿podemos empezar con el registro? —preguntó Lumina mientras me entregaba un formulario—. Por favor, escribe tu nombre para comenzar.
Su sonrisa seguía siendo cautivadora, pero ahora me sentía un poco más nervioso. ¿Mi nombre? [Puedes conservar tu nombre de tu vida pasada], me dijo el Sistema. Decidí que, en este nuevo mundo, conservaría parte de mí.
—Mi nombre es Kaito Yumeji —dije mientras firmaba la hoja.
Al instante, la firma se desintegró en cenizas, dejando en su lugar una pequeña tarjeta con mi información. Todo parecía normal, hasta que vi la foto en la tarjeta. Mi rostro se tornó pálido al instante.
—¿¡En qué momento me volví más joven!? —pregunté, atónito.
[¿No te lo dije aún? No estás en tu antiguo cuerpo], respondió el Sistema, como si fuera lo más obvio del mundo.
—Para terminar con el registro, necesitamos evaluar tus aptitudes físicas y mágicas, así que le pediremos a Shevy que nos ayude con esto —dijo Lumina.
Shevy chocó sus puños entre sí, y solo pude tragar saliva ante la inminente paliza. Durante el combate a corto alcance, me vi obligado a evitar el gran martillo que se acercaba con ferocidad a mi rostro. Usé movimientos ágiles para esquivar su fuerza destructiva. Poco a poco, logré adaptarme a su increíble potencia.
—Con eso es suficiente, Shevy. Queremos comprobar que no lo mates —dijo Lumina.
Shevy dejó caer su martillo, siguiendo las órdenes de Lumina.
—Bien, pero no creo que ganes ningún combate si solo te concentras en esquivar. Se supone que debes esquivar a los monstruos o acabar con ellos, ¿no? —me advirtió.
[Sin armas, dudo que podamos hacer algún daño a un monstruo], comentó el Sistema.
—¿Qué tal si empezamos por un arma? —sugerí.
Ambas me llevaron sin dudarlo a una herrería cercana al gremio. En la entrada, un hombre de baja estatura y con una gran barba roja se encontraba junto a un martillo casi del tamaño del marco de la puerta.
—¿Un... enano? —murmuré.
El pequeño hombre se acercó, levantando su gran martillo con facilidad.
—¿Tienes algún problema con mi raza, muchacho? —me cuestionó, y noté que uno de sus brazos estaba calcinado por trabajar en la forja. A pesar de eso, movía el martillo con la misma facilidad que si fuera una escoba.
—No, señor... Solo que, de donde vengo, no había enanos.
Shevy se interpuso entre nosotros para cortar la conversación.
—Papá, tenemos algo que pedirte, ¿sí? —dijo, dejando caer su martillo contra el suelo mientras se daba la vuelta.
—Si viniste con Lumina, debe ser importante, ¿cierto, Shevy? Hablemos adentro.
Al entrar en la vieja herrería, llena de armas y cubierta de polvo acumulado por los años, noté que algunas armas tenían un brillo especial. Me acerqué a una espada que brillaba de forma magnífica, pero el viejo herrero se puso en medio.
—Si lo rompes, lo pagarás, muchacho —me advirtió.
Lumina se puso frente a él.
—Vinimos a pedir prestado un arma.
El herrero se rasgó la barba roja y sonrió.
—Por supuesto, ¿por qué no? —golpeó el suelo con fuerza—. ¡¿A QUIÉN MIER## LE PIDES UN ARMA?!
—No pienso dejar que un simple humano toque mis obras, incluso si es por el gremio —protestó, y el Sistema estalló en risas, dejándome aturdido por su carcajada.
[Ahora déjenmelo a mí, repite después de mí].
—[Querido Brom, ¿aún amargado luego de pelear contra una calamidad?] —repetí, sintiendo que mis palabras impactaban.
La cara del herrero se paralizó al escuchar esas palabras.
—Lumina y Shevy, salgan afuera un momento —ordenó, y ambas se asustaron al ver su rostro tan serio.
—¡AFUERA! —las echó a la fuerza, y el Sistema me guiaba mientras yo mantenía una sonrisa sombría.
—¿Cómo sabes sobre la "Calamidad"? —preguntó Brom, sentado mientras se servía una jarra entera de cerveza.
[Incluso con los años que nos conocemos, ¿no me reconoces en otro cuerpo?]
La cara de Brom se tranquilizó un poco.
—Hiciste lo que prometiste, ya veo. Te fusionaste con el Sistema.
Mi sonrisa se volvió más sombría, como si intentara intimidarlo.
[No solo eso. Soy el Sistema de un invocado].
El herrero, con su larga barba, estalló en risas, relajando la tensión en el aire.
—¿Te arrastraste entre los muertos hasta el Sistema de Dios solo para verme? No me hagas reír.
Agarró su gran martillo y encendió la forja, expulsando un calor intenso con solo una chispa.
[Un cuerpo ligero con unos filosos reflejos. ¿Qué puedes armar con eso?]
Él se quedó pensativo un momento hasta que vio una de sus armas especiales, creada hace décadas.
—Tengo una idea, déjamelo a mí, #### —dijo, pero lo interrumpí.
—[Nuestro nombre ahora es Kaito Yumeji. Recuerda eso] —le recordé.
Al salir de la herrería, el intenso calor del fuego se sentía hasta afuera, un calor insoportable para alguien común. Lumina corrió hacia mí con preocupación en sus ojos.
—¿Estás bien, Kaito? ¡No te golpeaste en ningún lado!? —preguntó, visiblemente alarmada.
Manteniendo mi sonrisa, miré a Shevy desde la distancia, cuya expresión de sorpresa hizo que la tensión se disipara.
—Brom no recibe visitas muy seguido, ¿no? —dije, con un pequeño chiste que disipó la sonrisa sombría y regresó a mi habitual expresión cálida.
Después de un registro exitoso en el gremio, Lumina me entregó un par de pequeñas dagas y una llave para un cuarto del gremio donde podría pasar la noche. Sin embargo, en lugar de quedarme todo el día en el gremio, decidí explorar un poco más la ciudad. Al caminar por las calles, noté que una gran cantidad de demi-humanos eran los ciudadanos más comunes por aquí. Sin embargo, el Sistema me advirtió que, incluso en un mundo de fantasía, el racismo por raza seguía existiendo.
[Los humanos son la raza dominante de este mundo. En sus propios reinos, es común ver esclavos demi-humanos].
[No te recomiendo meterte en problemas relacionados con los esclavos. Todos los invocados tienden a sentir desdén por su raza y por la nobleza].
—Es normal si lo pones así. En mi mundo, hubo una época en que los esclavos eran comunes... —respondí, un escalofrío recorriendo mi espalda al detectar una presencia. Pero, al instante, me di cuenta de que solo era el viento.
Al caer la noche, el cielo se presentó en su esplendor, lleno de estrellas y con dos lunas, una más grande que la otra. A pesar de la hora, la ciudad seguía muy animada. Antes de continuar explorando, decidí dirigirme al gremio para pasar la noche en el cuarto que Lumina había reservado para mí. Era un cuarto un poco pequeño.
[Mira el lado positivo, al menos tienes una cama], comentó el Sistema.
Al acostarme, un pequeño recuerdo de mi vida pasada me asaltó: ¿cuándo fue la última vez que pude dormir en una cama? La sensación de comodidad y seguridad me envolvió, un alivio que había echado tanto de menos. Cerré los ojos y dejé que el cansancio me llevara, deseando que este nuevo mundo ofreciera más sorpresas que solo recuerdos del pasado.
Alguien normal hubiera dormido cómodamente en esa cama, pero mis sentidos me molestaron toda la noche, el ruido de las casas vecinas zumbando en mis oídos. [Ya te acostumbrarás. Por ahora, sigamos como aventureros sin llamar la atención], me recordó el Sistema.
Me explicó que los Invocados poseen habilidades únicas, capacidades que solo los seres de gran poder pueden despertar. No se limitan a los humanos, sino a todos los seres vivos, quienes pueden alcanzar un enorme poder. Con una armadura de cuero que Shevy me preparó y las dagas que Lumina me otorgó, me sentía listo para mi primera cacería. Las misiones del gremio miden el nivel del aventurero.
[Actualmente estamos en el nivel más bajo de la cadena alimenticia, así que asegúrate de subir de rango sin llamar tanto la atención].
—¿Aún no sé cómo subiremos de rango? ¿Es simplemente hacer misiones? —pregunté, sintiéndome un poco perdido.
—Esa es la forma más lenta de escalar rangos. Las misiones de encargo son mucho más rápidas para avanzar —respondió el Sistema.
De repente, un extraño aventurero detrás de mí me dio un susto al no sentir su presencia. Al volverme, vi a un hombre con armadura plateada, cabello rubio y ojos azules. Tenía una insignia de acero con algunos grabados. [Es un aventurero veterano... qué problema]. Se presentó como Drake.
—Tú debes ser uno de los nuevos. Y, tal como estás vestido, supongo que Lumina y Shevy te debieron ayudar —dijo Drake, curioso por mi equipamiento.
Chasqueó los dedos con entusiasmo y continuó:
—Te propongo algo: te ayudaré en tu primera misión a cambio de que me debas un favor. No te preocupes, no te llevaré a una misión mía.
Su aura era sorprendentemente tranquila, pero el Sistema no parecía estar del todo de acuerdo con ese trato.
—Aceptar, pero no quiero que te ocupes de todas las peleas en mi primera misión —dije, intentando afirmar mi independencia.
Con el tiempo que pasé con Drake, me enseñó lo básico sobre la magia.
—El poder mágico se alimenta de las emociones del portador. Tienes que mantener tu mente concentrada, pero es más fácil si eres capaz de imaginarlo —me explicó. [Burn]. Una pequeña llama brotó de la palma de su mano. En ese momento, ambos sentimos una presencia que nos observaba a la distancia. Con un solo movimiento, lanzó el fuego a nuestro alrededor, creando una barrera. [Wall of Fire]. Las flechas que caían sobre nosotros se calcinaban al tocarla.
—¡Duendes! —exclamó Drake, su mirada se volvió sombría por un momento. Alrededor de él, un aura rojiza comenzó a emerger.
—Último hechizo del día, novato. Magia ofensiva: [Flame Arrow]. Disparó una flecha de fuego hacia el cielo.
—¡Tu flecha nunca les dará desde esa distancia! —grité, mientras los gritos de los duendes resonaban a lo lejos, suficiente para que pudieran escapar. Pero Drake solo sonrió.
—Novato, mis habilidades ¡jamás fallan! —aseguró, y la flecha, desde el cielo, cambió de dirección, dirigiéndose a gran velocidad hacia los duendes, causando una gran explosión y una escena asquerosa.
Las orejas de los duendes tenían un precio elevado para mí; el resto de sus cuerpos fueron incinerados para no atraer más problemas.
—Sistema, quiero aprender más sobre la magia —dije, con la esperanza de que pudiera ayudarme.
—[Me niego] —fueron las crueles palabras del Sistema, lo que me decepcionó.
—¿¡Pero por qué!? ¡No sería más fácil para nosotros si pudiera utilizarla!?
—[Respóndeme algo: ¿tú pudiste ver su Mana?]
—¿No era esa cosa roja de antes?
—[NO! Esa es su aura. Me sorprende que pudieras verlo, pero si no eres capaz de ver o sentir su mana, es imposible que puedas utilizar la magia.]
—¿Cómo lo sabes? ¡Si sigo subiendo de nivel, puede que en algún momento sea capaz de usarla!
—[Lo sé por mi anterior vida.] —las palabras del Sistema resonaron en mi mente—. [Fui un invocado como tú, que aceptó un trato con un Dios. Ahora soy parte de su sistema, y no permitiré que mis errores del pasado afecten a este mundo. Mis errores… convocaron al mal absoluto.]
Luego de esas palabras, el Sistema permaneció en silencio, y una sensación de inquietud se apoderó de mí. ¿Qué tipo de oscuridad había enfrentado en su vida pasada?
Durante la noche del tercer día en este nuevo mundo, me sentía cada vez más capaz físicamente.
—Me estoy adaptando rápidamente a este cuerpo. Comparado con mi antiguo cuerpo, este es más ligero y un poco más robusto —pensé mientras saltaba y corría por la habitación. Si alguien me viera, probablemente pensaría que estoy loco. A lo lejos, sentí ligeros pasos al otro lado de mi puerta. Por instinto, apagué las velas que apenas iluminaban el cuarto. Esa noche, no ocurrió nada nuevo.
—Sin el sistema, la noche es más intranquila —reflexioné.
Apenas salió el sol, decidí salir a completar algunas misiones. La primera era "Entregar 5 núcleos de Slimes menores." Eran unas bolas de gelatina del tamaño de un perro pequeño; su núcleo se encontraba en medio de su cuerpo transparente. Eran lentos y tenían poca defensa. Cortar a través de sus pequeños cuerpos y extraer el núcleo resultó ser fácil, evitando a los Slimes que el Sistema reconocía como Rango medio, una variante de Slime cuyo cuerpo estaba compuesto principalmente por ácido suficiente para derretir mis dagas.
—Cazar más Slimes puede ser productivo; sus núcleos pueden servir más adelante —pensé. [15 Núcleos de Slime menores obtenidos]
Las misiones fáciles eran ideales para un principiante. Quería subir de rango rápidamente, pero no podía quejarme.
—[5 de los Núcleos de Slimes menores han sido entregados]
[El usuario ha ganado experiencia]
[El usuario ha subido de nivel]
[Nivel actual: 4]
La experiencia se otorgaba tras completar misiones, no por matar monstruos…
—Qué problemático… —murmuré.
Después de ese decepcionante descubrimiento, me dirigí al bar del gremio. En mi vida pasada, era común verme borracho en casa con alcohol barato.
—Ojalá pudiera borrar esa parte de mi memoria —pensé, justo cuando una gran mano se posó sobre mi hombro.
—¿Algo para borrar la memoria? Qué interesante —dijo Brom, sosteniendo una buena jarra de alcohol como si fuera una bebida simple.
—Te apuesto 3 monedas de oro a que no aguantas la bebida de hada —me retó, sin dudarlo ni un segundo.
—¡Acepto! —respondí, sintiéndome emocionado por la apuesta. La noche se volvía prometedora, y con ella, una nueva oportunidad de olvidar un poco el peso del pasado.
Un sabor frío y dulce invadió mi paladar al probar la bebida de hada.
—[Bebida de hada, alcohol conservado dentro del valle de las hadas, adquiriendo sus propiedades mágicas]
[Advertencia: la gran cantidad de partículas mágicas será peligrosa para el usuario]
Las primeras gotas del alcohol eran suaves, pero mientras más bebía, su textura se volvía cada vez más espesa, como si se tratara de miel. [Advertencia: se han detectado propiedades mágicas en el alcohol de hada.]
—Se dice que el alcohol de hada es tan fuerte que puede dormir a un dragón negro con solo unos pocos barriles —bromearon Brom, quien reía a carcajadas al decir esas palabras, mientras ya había vaciado tres jarras a su lado.
Con cada sorbo, los mareos comenzaban a hacer efecto, y sentía que mi conciencia se iba apagando cada vez más.
—[Advertencia: El usuario ha entrado en estado de ebriedad.]
[La salud del usuario baja debido a las partículas mágicas.]
[Solicitando permiso del administrador para interferir.]
—¿Por qué siempre que me divierto acaba en problemas? —murmuré para mí mismo.
El sistema insistía en tratar de obtener autorización, pero a medida que la borrachera se intensificaba, la voz en mi cabeza fue apagándose poco a poco.
—[...]
[El administrador no se encuentra disponible.]
[El usuario está en estado de ebriedad.]
[Solicitando permiso para interferir.]
[El administrador no se encuentra en el momento.]
[La vida del usuario al 20%.]
La voz del sistema se desvaneció, y todo se tornó borroso.
Las luces del bar comenzaron a girar a mi alrededor, y el sonido de las risas y las charlas se convirtió en un eco lejano. En medio de todo ese caos, sentí que mis piernas flaqueaban y que el mundo se desvanecía ante mis ojos. Era un momento divertido, pero también peligroso.
Me dejé caer contra la barra, riendo tontamente al ver el rostro preocupado de Brom, quien parecía disfrutar de mi situación.
—¡Esto es increíble! —exclamé, intentando mantenerme erguido.
Mis pensamientos se mezclaban, y aunque la realidad se desdibujaba, había una parte de mí que aún quería seguir disfrutando de esa experiencia. Aún no sabía qué me esperaba, pero en ese instante, todo lo que importaba era el sabor dulce y embriagador de la vida en este nuevo mundo.
Luego de un rato, logré abrir los ojos y vi a Lumina discutiendo con Brom.
—¿¡Le diste alcohol de hada siendo un aventurero novato!? —exclamó Lumina, con una expresión preocupada.
—¡Pensé que él ya sabía lo que pasaba si bebía demasiado! —respondió Brom.
Un cosquilleo en mi columna comenzó a molestarme, así que me levanté para pretender que nada había pasado.
—Bien... ¿me perdí de algo? —dije, sorprendiendo a Lumina y a Brom.
Para el final del día, logré escapar de ellos.
—Odio a los médicos —murmuré.
Con el paso de los días, me di cuenta de que el pueblo era algo aburrido, más de lo que esperaba de un mundo de fantasía, hasta que apareció una oportunidad de oro: una propuesta tentadora.
—Kaito, ¿quieres aprender sobre la magia? —preguntó Drake.
Se pasó toda la tarde enseñándome el uso básico de la magia. Gracias a él, desbloqueé un apartado del sistema.
[La habilidad que se te otorgará definirá si eres importante o no].