La pantalla titiló, mostrando una imagen vívida de un mundo más allá de lo imaginable. Las palabras flotaban sobre un cielo crepuscular, prometiendo aventura y peligro, mientras una voz suave y seductora llenaba la sala vacía.
"En un universo de infinitas posibilidades, donde lo divino, lo mortal y lo oscuro convergen... elige tu destino en Altera Visæ."
Los ojos de Lu Zhulie se iluminaron al ver el anuncio por enésima vez. Era como si el universo le recordara que su vida estaba a punto de cambiar. Altera Visæ era más que un juego; era la oportunidad que siempre había deseado. Desde pequeña, había soñado con perderse en mundos de fantasía, mundos donde pudiera escapar de la cruda realidad en la que vivía.
Recostada en su pequeño apartamento, con la luz tenue filtrándose por la ventana, Lu Zhulie tomó un respiro profundo. Los recuerdos de sus padres y los años difíciles que había pasado desde su muerte la hicieron aferrarse aún más a la idea de un escape. Había trabajado incansablemente en trabajos de medio tiempo, viviendo de manera humilde, solo para sobrevivir. Pero ahora, gracias a una afortunada encuesta, tenía en sus manos una entrada gratuita a "Altera Visæ", el VRMMORPG que había captado la atención de millones.
Ella ya había pedido un descanso en su trabajo y solo faltaban unas horas para el lanzamiento. El latido de su corazón se aceleraba. Se acomodó frente a su consola y, con manos temblorosas, ajustó su dispositivo de realidad virtual.
El mundo se desvaneció, reemplazado por una vasta sala de mármol blanco, brillante e inmensa. Frente a ella, paneles holográficos flotaban, invitándola a comenzar la creación de su avatar. Lu Zhulie sonrió; este era el primer paso.
"¿Qué aspecto debo tener?", pensó. Tal vez podría crear una versión completamente diferente de sí misma, pero no lo hizo. En lugar de eso, eligió un avatar que se pareciera a la persona que era en el mundo real.
Frente al espejo virtual, ajustó el cabello largo y oscuro, observando cómo los mechones caían suavemente sobre sus hombros. Sus ojos rojos brillaban como rubíes, un pequeño toque de fantasía en su apariencia cotidiana. Era alta, pero no demasiado, con una figura curvilínea: un cuerpo fuerte, pero elegante, envuelto en un traje de tonos rojos y negros que irradiaba poder.
"Perfecto." Lu Zhulie asintió, satisfecha con su creación. Confirmó su selección y, en un parpadeo, la sala blanca se desvaneció.
Cuando abrió los ojos de nuevo, estaba en un lugar completamente distinto. Una cálida brisa acarició su rostro, y el bullicio de una ciudad viva llenó el aire. La ciudad de Albores del Despertar, la urbe inicial de Mundatus, se extendía ante ella en todo su esplendor.
La arquitectura era una mezcla de fantasía y realidad: grandes torres de piedra y madera se alzaban sobre calles adoquinadas, mientras comerciantes y aventureros, tanto NPCs como jugadores, llenaban cada rincón. Los sonidos del mercado, los olores a comida y la sensación del suelo bajo sus pies eran increíblemente realistas.
"No puedo creerlo... se siente tan real." Lu Zhulie comenzó a caminar, observando con asombro cada detalle. Cada esquina parecía contar una historia, y los NPCs se movían con una naturalidad impresionante. Por un momento, olvidó que estaba en un juego. El mundo de Altera Visæ la había envuelto completamente.
Mientras caminaba por una amplia plaza, notó que algunos jugadores nuevos estaban practicando sus habilidades, lanzando hechizos o balanceando espadas. La emoción y la energía eran palpables; todos estaban ansiosos por comenzar su aventura. Pero algo captó su atención al otro lado de la plaza.
Un grupo de jugadores estaba reunido en torno a alguien, todos murmurando y apuntando con admiración. Curiosa, Lu Zhulie se acercó lentamente. Al frente del grupo, una joven jugadora se destacaba, su presencia era imponente, casi realzada por una armadura brillante y ornamentada. Su cabello plateado fluía como un río de luz bajo el sol, y sus ojos, de un azul gélido, parecían atravesar a quienes la miraban.
"Es ella... ¿ya está aquí?" murmuró alguien en el grupo.
"No puede ser. Ella es una de las mejores jugadoras del mundo, incluso en los otros VRMMORPG." Otro jugador asintió, claramente impresionado.
Lu Zhulie sintió una mezcla de fascinación y nerviosismo. Esta jugadora no era cualquier persona; parecía ser alguien con un gran renombre. ¿Quién era y por qué todos la admiraban tanto?
Sin embargo, antes de que pudiera acercarse más o preguntar algo, la jugadora levantó la mirada y sus ojos azules se encontraron con los de Lu Zhulie. Fue solo por un segundo, pero ese instante fue suficiente para que Lu sintiera un escalofrío recorrerle la espalda. La joven sonrió levemente, como si supiera algo que los demás no sabían, y luego giró sobre sus talones, desapareciendo entre la multitud.
Lu Zhulie se quedó inmóvil por un momento, con una pregunta rondando en su mente: "¿Quién era esa jugadora?"
Lu Zhulie caminaba por las calles de Albores del Despertar con una sensación de asombro que aún no podía sacudirse. El aire, los sonidos, las texturas... todo era increíblemente real. Pero no podía quitarse de la cabeza el momento anterior, cuando esa jugadora de cabello plateado y mirada gélida la había mirado directamente. ¿Por qué la miró? Ni siquiera la conocía.
"Quizá fue solo una coincidencia..." pensó Lu mientras pasaba por el bullicioso mercado, observando a otros jugadores y NPCs interactuar. "Debe ser una de esas jugadoras famosas de las que siempre hablan, pero no entiendo por qué me miró de esa forma." La incómoda sensación en su pecho persistía, pero decidió no darle más vueltas. Este era un mundo vasto, y seguramente se cruzaría con muchas personas interesantes. Tenía que enfocarse en lo importante: adaptarse y sobrevivir.
Después de caminar un rato, viendo cómo los jugadores se equipaban y hablaban con los comerciantes, algo llamó su atención. Varios de ellos parecían recibir misiones de los NPCs, lo que le recordó que también debía buscar una tarea para comenzar a ganar experiencia y familiarizarse con los combates. Al fin y al cabo, no había entrado a Altera Visæ solo para explorar. Estaba aquí para vivir una aventura.
Lu Zhulie llegó a una forja, el calor del fuego abrazador irradiaba desde el horno donde un herrero robusto, con brazos fornidos y barba espesa, martilleaba una espada. El NPC alzó la vista cuando Lu se acercó.
"¿Te interesa trabajar? Tengo un encargo que podría ser útil para una aventurera como tú." dijo con una voz grave, pero amigable. A su lado, un cartel mostraba varias misiones disponibles. Una en particular captó su atención: Subyugación de Goblins.
"Mata a ocho goblins y tráeme sus cuernos. Necesito esos materiales para reforjar estas armas." el herrero señaló varias espadas desgastadas en un estante cercano. "Los goblins suelen merodear al norte de la ciudad. Cuanto antes lo hagas, mejor para mí... y para ti."
Lu Zhulie sonrió, aceptando la misión. Sabía que era un objetivo típico de inicio en muchos juegos, pero ahora que estaba en este mundo, deseaba sentir la emoción del combate. Ocho goblins sonaban como un buen comienzo. Salió de la forja con una sonrisa en los labios, lista para afrontar el reto.
Al acercarse a las puertas norteñas de Albores del Despertar, Lu notó a dos guardias que vigilaban la salida de la ciudad. Eran imponentes, vestidos con armaduras brillantes y con lanzas en mano. Al verla aproximarse, ambos guardias le sonrieron y le hicieron un leve gesto de respeto.
"Buena suerte ahí afuera, joven aventurera," dijo uno de ellos, su tono cálido y acogedor.
Lu Zhulie, sorprendida por el trato amable, decidió devolverles el gesto con una sonrisa radiante. "Gracias, lo tendré en cuenta." Su voz sonó alegre, sintiendo una pequeña chispa de emoción mientras cruzaba las puertas que daban a las vastas llanuras más allá de la ciudad.
El paisaje se abrió ante ella: colinas onduladas cubiertas de hierba alta, bosques lejanos y, a lo lejos, montañas que parecían tocar el cielo. Respiró profundamente, disfrutando la brisa fresca. Había algo liberador en caminar por un mundo tan abierto, pero su misión la llamaba. Al norte se encontraban los goblins, y no iba a perder el tiempo.
Después de un corto trayecto por las llanuras, finalmente vio lo que estaba buscando. Entre unas rocas y arbustos, un grupo de criaturas verdes y horribles, de baja estatura y con rostros deformes, estaba reunido. Eran claramente goblins. Sin embargo, lo que realmente llamó su atención fue la figura detrás de ellos.
Una joven desnuda, con el rostro empapado en lágrimas, estaba acurrucada en el suelo. Los goblins, ajenos a su llegada, discutían en un idioma gutural, intercambiando risas y gruñidos. Aunque no podía entender sus palabras, era evidente lo que estaban planeando.
El estómago de Lu Zhulie se revolvió de furia. No era solo una misión de caza. Estos monstruos estaban a punto de hacer algo imperdonable. Sus manos apretaron con fuerza la empuñadura de su espada, sus ojos ardiendo de determinación.
"¡No los dejaré!" pensó mientras avanzaba con sigilo.
Uno de los goblins, el más cercano, no tuvo tiempo de reaccionar. Antes de que pudiera girarse, la espada de Lu Zhulie cortó el aire, y la criatura cayó al suelo con un grito agudo, muerto de inmediato. Sin embargo, el sonido alertó a los otros goblins, que rápidamente retrocedieron y comenzaron a lanzar piedras en su dirección.
Las piedras golpearon su cuerpo, causándole un dolor sorprendentemente real. Sus brazos, su abdomen, su rostro... sentía los golpes como si fueran heridas de verdad, y pronto su piel estaba magullada, con pequeñas cortadas sangrando. A pesar del dolor, Lu se mantuvo firme. Sabía que no podía fallar aquí, no con la chica en peligro.
Corrió hacia los goblins, quienes ahora parecían asustados ante la idea de que ella pudiera soportar sus ataques. Con fuerza y precisión, cortó a cada uno de ellos, sus movimientos fluidos y efectivos. Sin embargo, los goblins lograron herirla, y aunque ninguna herida era mortal, el dolor que sentía era exasperante. Su piel se rasgaba con cada golpe, algunos cortes profundos que atravesaban su carne. El dolor era insoportable, tan real que tuvo que morderse el labio para no gritar. Pero lo soportó, con los ojos clavados en su objetivo.
Cuando el último goblin cayó al suelo, Lu Zhulie respiró hondo, intentando calmar la adrenalina que aún recorría su cuerpo. Su cuerpo temblaba, pero lo peor había pasado.
Se acercó rápidamente a la chica, que la miraba con ojos llenos de terror, su cuerpo temblando. Lu se agachó, poniéndose a su altura, y le habló con voz suave, intentando calmarla."¿Estás bien?" preguntó con preocupación.
La joven asintió levemente, aunque su rostro aún reflejaba el pánico de la situación. "S-Sí... g-gracias." Su voz era apenas un susurro.
Lu Zhulie la miró con ternura. La chica estaba a punto de romper en llanto, y la situación que acababa de vivir era suficiente para destrozar a cualquiera. Sin pensarlo, Lu la abrazó suavemente, acariciando su cabello en un gesto reconfortante.
"Todo está bien," susurró Lu con una cálida sonrisa. "Ya están muertos. Nada ni nadie volverá a hacerte daño."
La chica dejó escapar un pequeño sollozo y se aferró a Lu, sintiéndose segura por primera vez desde que todo había comenzado.
La joven que Lu Zhulie acababa de rescatar temblaba entre sus brazos, todavía con miedo por lo que había ocurrido. Con delicadeza, la aventurera apartó un mechón de cabello del rostro de la chica, esperando que el contacto cálido le trajera algo de consuelo.
"Gracias, de verdad..." susurró la chica, con la voz aún temblorosa. Pero fue lo que dijo después lo que dejó a Lu completamente desconcertada. "Mi nombre es Violet Lumen, princesa del Reino de Lumen."
Lu Zhulie se quedó inmóvil, procesando lo que acababa de escuchar. ¿Princesa? ¿Acaso estaba soñando? Apenas había comenzado su aventura en Altera Visæ, y ya se encontraba salvando a alguien de la realeza. Esto no parecía real. Se suponía que ella solo debía matar a unos goblins para completar una misión básica, pero ahora había rescatado a la heredera de todo el reino.
"Espera... ¿Qué?" fue lo único que logró decir, estupefacta. Su mente giraba, tratando de asimilar la magnitud de la situación.
Justo cuando Violet terminó de hablar, un sonido familiar resonó en la mente de Lu Zhulie, y un mensaje del sistema apareció de inmediato.
_"Ding. Has completado la misión: Rescate Real. Obtienes 10,000 puntos de experiencia. Tu relación con la facción Lumen ha aumentado en 1000 puntos."
_"Ding. Has subido al nivel 2. Has subido al nivel 3. Has subido al nivel 4. Has subido al nivel 5. Has subido al nivel 6. Has subido al nivel 7."
Antes de que pudiera procesar lo que eso significaba, otro mensaje surgió en su mente._"Ding. Tu relación con la facción Real Lumen ha subido al nivel A+."
_"Ding. Puedes elegir tu clase entre: Guerrera, Maga, Asesina. Cada clase puede evolucionar en innumerables ramas. La primera evolución ocurrirá en el nivel 15."
_"Ding. Has iniciado la cadena de misiones de Violet: Princesa en peligro."
Una leve punzada de dolor cruzó la frente de Lu Zhulie mientras una ola de información llegaba a su mente de golpe. Las notificaciones, los niveles, las misiones... era demasiado para asimilar en un solo momento. "Por favor, basta..." murmuró para sí misma, llevándose la mano a la cabeza mientras intentaba ordenar todo lo que acababa de recibir. No podía creer que en tan poco tiempo ya hubiera alcanzado el nivel 7. Este juego era mucho más intenso de lo que esperaba.
Después de unos segundos, decidió que era mejor dejar de lado todo lo del sistema por ahora. Aún tenía a la princesa Violet entre sus brazos, una joven que había pasado por un infierno y que necesitaba regresar a un lugar seguro.
"¿Estás bien?" preguntó, mirándola con una mezcla de compasión y determinación. Violet asintió lentamente, aunque su rostro aún reflejaba el miedo que había vivido.
Con suavidad, Lu acarició su cabeza, intentando reconfortarla. "Vamos a llevarte de vuelta a la ciudad. Aquí afuera ya no estarás a salvo."
El camino de regreso fue tranquilo. El sol comenzaba a descender en el horizonte, pintando el cielo de tonos naranjas y rosados mientras las puertas de Albores del Despertar se alzaban frente a ellas. Cuando Lu Zhulie y Violet se acercaron a la entrada, los guardias que la habían saludado antes abrieron los ojos con sorpresa.
"¡La princesa Violet!" exclamó uno de ellos, sus ojos fijos en la joven heredera que caminaba junto a Lu. El otro guardia frunció el ceño, claramente confundido.
"¿Qué hacía la princesa fuera de la ciudad?" murmuró uno, pero ninguno de los dos guardias se atrevió a preguntar más. La situación debía ser delicada, y preferían no interrogar a la aventurera que había traído de vuelta a alguien tan importante. Ambos inclinaron la cabeza con respeto mientras Lu Zhulie pasaba, y ella les devolvió una pequeña sonrisa.
"Parece que nadie puede creerlo... y honestamente, ni yo puedo," pensó Lu mientras continuaba guiando a Violet hacia el interior de la ciudad.
El castillo de Lumen se alzaba imponente en el corazón de la ciudad, sus torres bañadas por la luz del atardecer. Al acercarse a las puertas del castillo, Lu sintió una mezcla de nerviosismo y alivio. Estaba a punto de cumplir su misión de manera más impresionante de lo que jamás imaginó.
Una vez dentro del castillo, los sirvientes y guardias parecían aún más sorprendidos al ver a Violet. Las noticias de su desaparición debían haber corrido rápido, porque no pasó mucho tiempo antes de que alguien corriera hacia ellas.
Una mujer de una belleza indescriptible se apresuró a acercarse, con sus largos cabellos plateados ondeando tras ella. Sus ojos, de un verde tan profundo como la naturaleza misma, estaban ligeramente rojos por las lágrimas que había derramado. El simple hecho de verla hizo que Lu Zhulie contuviera la respiración.
Era Astrea Lumen, la Reina de Lumen, y madre de Violet. Su belleza era tan extraordinaria que, por un momento, Lu Zhulie casi perdió el equilibrio. Astrea era pequeña de estatura, pero su presencia era abrumadora. Su cabello caía en cascada hasta su cintura, y sus ojos reflejaban una tristeza que hacía que su belleza fuera aún más cautivadora. Su piel era perfecta, sus facciones refinadas con una precisión casi divina.
"¿Cómo puede alguien ser tan hermosa...?" se preguntó Lu, su rostro poniéndose rojo de vergüenza al darse cuenta de que estaba mirando demasiado fijamente. Durante un instante, incluso comenzó a cuestionarse a sí misma. ¿Acaso esta mujer era tan perfecta que podía hacerla dudar de su propia sexualidad?
Con un leve suspiro, Lu apartó la mirada, avergonzada por lo que acababa de pensar."Gracias..." la voz de Astrea era suave y melodiosa, pero cargada de una profunda gratitud. "Gracias por salvar a mi hija. No puedo expresar cuánto significa para mí tenerla de vuelta."Lu Zhulie asintió, aún un poco aturdida por la presencia de la reina. "Hice lo que cualquier aventurera habría hecho..." respondió con modestia, intentando recuperar la compostura.
Astrea sonrió con ternura, aunque aún se notaba la preocupación en sus ojos. "Por favor, permíteme recompensarte adecuadamente. Quédate en el palacio esta noche. Ordenaré que preparen una habitación para ti."
Lu se sintió desconcertada. "¿Quedarme... en el palacio?" No era lo que esperaba, pero la reina ya había dado las órdenes a los sirvientes para que prepararan una habitación para invitados. Antes de que pudiera objetar, un sirviente ya había comenzado a guiarla hacia sus aposentos.
Lu Zhulie se dejó llevar, todavía procesando todo lo que había ocurrido. Había entrado al mundo de Altera Visæ con la esperanza de comenzar una aventura tranquila, pero en tan solo unas horas, ya había salvado a una princesa, ganado el favor de la realeza y se encontraba a punto de pasar la noche en el mismísimo castillo del Reino de Lumen.