Shiro
Caminar sin un destino claro se había convertido en una rutina. Todo me parecía monótono, sin brillo, sin desafío. Hoy, no era distinto… o al menos eso pensaba.
Estaba en camino para encontrarme con un viejo amigo, alguien que hacía tiempo no veía. Pensé que sería una distracción más, un escape momentáneo de la monotonía, pero el destino tenía otros planes.
Apenas crucé una esquina, algo cambió. Escuché murmullos detrás de mí y antes de poder entender lo que pasaba, un tipo furioso se abalanzó sobre mí. No tenía idea de quién era ni por qué estaba tan alterado, pero sus golpes llovieron rápido. Pude bloquear algunos al principio, pero pronto me vi superado. Caí al suelo, incapaz de reaccionar ante la fuerza bruta de mi oponente.
—¡Mira a tu alrededor! —gritó el tipo, jadeante, mientras me miraba desde arriba con desprecio. Sus ojos ardían de ira, pero no entendía por qué. La gente se había detenido a mirar, pero no era la típica pelea callejera que atraía atención por mucho tiempo.
—Nunca podrías vencer a un jugador profesional de Alma, —escupió con desprecio antes de alejarse, su novia siguiéndolo rápidamente, confundida y avergonzada por la escena.
"Alma", pensé. Ese nombre resonaba vagamente en mi mente, pero nunca había tenido interés en videojuegos, y mucho menos en ese.
Todavía en el suelo, la derrota me quemaba por dentro, pero no por el dolor físico. Era una sensación nueva, casi extraña. No podía recordar la última vez que había perdido. De hecho, tal vez nunca lo había hecho. Me sentí desconcertado. ¿Podía ser esto lo que había estado buscando? ¿Un desafío?
Un objetivo…
Escuché una voz conocida.
—¿Shiro? —Era mi viejo amigo, que acababa de llegar. Su expresión cambió de alegría a preocupación al verme golpeado y ensangrentado en el suelo—. ¡¿Qué te ha pasado?! ¿Estás bien?
Me levanté con esfuerzo, limpiándome la sangre del labio con el dorso de la mano y forzando una sonrisa.
—Lo siento, —le dije—. Tendré que despedirme por hoy.
—¿Despedirte? —preguntó, visiblemente confundido—. ¿Por qué estás sonriendo? Estás todo golpeado.
Me reí, un poco sorprendido por mi propia reacción.
—Porque… ahora tengo un objetivo.
Shiro
Corrí. Mi mente bullía de pensamientos. "Alma", el juego que nunca me interesó, ahora era mi siguiente reto. Necesitaba saber más, jugarlo, entender qué lo hacía tan especial para que aquel tipo estuviera tan seguro de su superioridad.
Sin dudarlo, fui directo a la tienda de tecnología más cercana y gasté todos mis ahorros en el equipo necesario. El casco de realidad virtual que compré no era el más avanzado, pero era suficiente para comenzar. Me lo llevé a casa, la emoción recorriendo mi cuerpo de manera inexplicable. Esta sensación… era nueva, como si finalmente estuviera despertando de un largo letargo.
Me dejé caer sobre la cama, el casco en mis manos. Lo observé detenidamente antes de colocarlo sobre mi cabeza. No me importaba que fuera el modelo más barato. Lo único que importaba era que este sería el inicio de algo grande.
Ya en posición, tomé una respiración profunda, mis pensamientos fijos en un solo punto: superar aquel obstáculo que, por primera vez en años, parecía inalcanzable.
—Comenzar. —susurré, sintiendo la palabra resonar en mi mente mientras el mundo se apagaba a mi alrededor.