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La Intervención

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Chapter 1 - La intervención

⚜Capítulo 1⚜

Bajo la regencia de Jethro Signum Liber, hijo y sucesor de Derian Liber en Casiopea.

Una tormenta azotaba el pueblo de Orión a horas de madrugada, dejando en ruinas la pequeña casa de una humilde habitante de las afueras del pueblo, su gallinero entero escapó entre la densa niebla, La mujer llamada Danna Siderum tomó a su hija ciega Asul Siderum de tres años en sus brazos, envolviéndola en una manta corrió para buscar refugio en el pueblo, pero la niebla y la oscuridad del lugar la llevaron a adentrarse más en el bosque. Nunca se había visto una tormenta de tal magnitud, el cielo parecía cerrarse con un ciclón que levantaba las ramas del suelo.

Entre lágrimas de frustración Danna con su hija en brazos corrió buscando donde refugiarse, con los pies descalzos hundiéndose en el barro, las ráfagas de lluvia le impedían ver con claridad, al pisar en falso no pudo evitar caer por una pendiente muy inclinada.

Danna se levantó desorientada entre el barro y al darse cuenta de que su hija no estaba en sus brazos comenzó a buscarla desesperadamente bajo la lluvia de aquel bosque pantanoso y lleno de neblina, comenzó a marearse, tenía una estaca enterrada en su vientre y perdía sangre de manera lenta y dolorosa, al ver una extraña luz blanca incandescente salir de entre los árboles pudo divisar a su hijita parada frente a lo que parecía ser un hombre de piel luminosa, aquel hombre hacía movimientos con sus manos sobre la cabeza de Asul y desprendía un destello parecido a los rayos de aquella tormenta, Danna asustada quiso proteger a su hija, con valor maternal se acercó e intentó tomar a Asul para correr lejos, pero ese extraño ser con tan solo mirarla logró paralizarla, el ser tocó su frente y la de su hija.

—¿quién eres? ¿Y qué le haces a mi hija? —

Dijo Danna con llanto y voz temblorosa

El ente sin expresiones en su frío rostro miró a Danna

Entre jadeos y muy moribunda insistió

—¿qué haces?, suelta a mi hija—

Danna cerró los ojos por un instante al comenzar a sentir hormigueos recorrer su cuerpo, luego al abrirlos se encontraba en el suelo sin ninguna herida, Asul tomando a su madre de la mano y tirando de ella para que despierte, la tormenta había pasado a ser solo una leve lluvia.

Danna se quedó en silencio, pues no podía hablar de la confusión

Sin mirar a los lados se levantó y corrió hacia el pueblo con su hija en brazos, Un caballero del reino llamado Allan Nova Aurora que patrullaba los bosques junto a sir Martin y dos soldados más, vio a Danna y la siguió hasta alcanzarla

—¿se encuentra usted bien? —

Preguntó Allan a Danna.

Danna le comentó lo sucedido con su casa sin mencionar aquel extraño encuentro con un ente desconocido, pero él ya lo sabía, pues de lejos pudo ver la luz, pero por motivos personales decidió proteger a Danna, aunque los demás soldados no compartían la idea de ocultar el avistamiento, pues sus intenciones eran contrarias. Sir Martin sentía profundo resentimiento y envidia hacia Allan, despreciándolo por ser de piel oscura y superior en jerarquía, de alguna manera lo quería pisotear.

Allan escoltó a Danna hacia una posada del pueblo para que se hospedara unos días, a su vez le pagó la estadía y se marchó sin hacer preguntas.

Los soldados estaban dispuestos a dar testimonio al Líder de Orión (Zómino) para que Danna sea asesinada o llevada ante Jethro, pero obviamente sin pruebas el rey no les creería tan absurda y fantástica historia, pues ellos solo vieron al extraño ente dejar a Danna y a su hija en las afueras del bosque y partir entre las nubes a una velocidad intrigante, Allan les advirtió con degradarlos si volvían a hablar de lo antes mencionado o si le sucedía algo malo a Danna y a su pequeña hija.

Danna pudo descansar y ducharse con su hija Asul, al fijar la atención en sus ojos, el sentimiento de desconcierto y los nervios la dominaron, pues la niña la miraba muy fijamente, el detalle estaba en el color plateado de sus ojos y la mirada vacía que al instante causaba pánico, la niña sonreía muy tiernamente, Danna la abrazó con fuerza y miedo, gotas de sangre cayeron al agua desde la nariz de Danna, comenzó a llorar al sospechar que las asesinarían a las dos si alguien se llegase a enterar.

A partir de ese día, nuestra querida Danna oculto a su hija de la sociedad, pudo trabajar y reparar gran parte de su casa con ayuda de Allan que la visitaba a menudo, luego tuvo que vestir a su hija con una túnica que cubría su cabeza y ocultaba gran parte de su rostro, Danna comenzó a estudiar la extraña visión de su hija, en algún momento mientras cocinaba al cortarse con un cuchillo en la mano, pudo ver como la herida se cerraba inmediatamente, lo cual la llevó a experimentar más seguido en su cuerpo.

Pasados 5 años Danna ya había logrado recuperarse de aquella pérdida económica por la desaparición de sus gallinas y su único caballo, trabajando fuertemente, investigando y aprendiendo, la situación era muy complicada, ya que eventualmente pasaban caravanas de guardias por la aislada zona donde Danna vivía con su hija, tres años más tarde, Asul fue creciendo y aprendiendo de su madre y de Allan, él le llevaba regalos a Asul y a su madre, más adelante Danna comenzó a comerciar en el pueblo hasta ver crecer más su negocio, visitaba más el pueblo y se relacionaba con otros comerciantes, a su vez pudo costear la construcción de una pequeña atalaya que serviría para vigilar la zona, los constructores de la atalaya sentían curiosidad y miedo al ver una silueta de ojos brillantes observándolos con sigilo en la ventana de la granja.

la niña creció en las praderas y jugando en la atalaya sin conocer a nadie más que a su madre Danna y al caballero Allan, naturalmente al ver a otras personas su interés también crecería, como era de esperarse, llegó el día en el que Asul se dejaría llevar por la curiosidad.

Vio pasar a un niño en un carruaje dirigido por su padre, un viajero comerciante, Asul se sorprendió muchísimo al ver a otro niño y comenzó a seguirlos con cautela y sigilo hasta llegar a las cercanías del pueblo, se detuvo al ver a hombres con armaduras y espadas en las cercanías, llevada por su curiosidad intentó acercarse, pero un hombre la tomó bruscamente por el brazo, aquel sujeto alto y de aspecto demacrado la retenía

—¿A quién buscas hermosa niña? Puedo llevarte a un lugar muy divertido—

—no, no quiero, por favor suélteme— respondió Asul muy temerosa.

—no te alteres cariño, soy un hombre bueno—

—le dije que no, suélteme, tengo que irme—

—Ven conmigo, no me lo hagas más complicado—

El hombre jaló a Asul hacia él haciendo que su capucha se cayera, al ver sus extraños ojos se sorprendió muchísimo

—¿qué carajo eres? —

—por favor suéltame—

En ese momento la guardia de Sir Allan que afortunadamente se dirigía al pueblo fue a confrontar al hombre

—¿qué le haces a esa niña?, suéltala, no te lo repetiré— dijo sir Allan con autoridad

—por favor caballeros, mantengan la calma, esta niña puede ser muy peligrosa—

Allan vio que se trataba de Asul, dado lo delicada de la situación trató de mantener la calma, Sir Martin al ver la oportunidad dijo:

—Maestro Allan no se preocupe, lleve a la niña a un lugar seguro, yo me encargaré del Saqueador—

—¿Está usted seguro de eso Sir Martin? Dijo Allan muy dudoso.

—No tenga dudas maestro, puede dejarlo en nuestras manos—

—Confío en que hará un buen trabajo Sir Martin, yo llevare a la niña a otro lugar—

Allan lo dudo por un segundo, pero afirmó, ya que no quería dejar a Asul en manos de Martin, subió a Asul en el corcel y la llevó a casa, mientras Martin le hablaba al Saqueador

—estás en graves problemas, eso fue un intento de secuestro—

—Caballero, esa niña no es normal, es conveniente llevarla con el líder Zómino, quien sabe que daños pueda causarnos, tan solo su mirada nos causa pavor—

—¿la has visto hacer algo fuera de lo común?, llevárnosla no será nada fácil pues no hay motivos para hacerlo, por eso necesito que nos colabores, de lo contrario pasaras tus días dentro de cuatro paredes de roca pura sin ver el sol y alimentándote de mierda—

—estoy dispuesto a ayudarlos si ustedes prometen no encerrarme—

—Me parece que serás útil, no abrirás la boca excepto para decir lo que yo te ordene, camina, vamos con Corvus—

Volviendo con Allan, quien muy estrictamente le pidió a Asul que por nada volviera a salir sin supervisión, pues el pueblo puede ser muy peligroso, y más en estos tiempos de conflicto político y social, Asul bajó la mirada muy avergonzada.

Dejó a Asul en la granja y fue a buscar a Danna.

Asul al verlo partir, con miedo de quedarse sola, salió de la granja y subió a la atalaya para esperar a la llegada de Danna mientras observaba el camino desde lo alto.

Mientras tanto, Danna luego de comerciar partió con rumbo a su granja, en medio camino vio salir de los alrededores a varios soldados de Zomino, uno de ellos se detuvo frente a ella y le dijo:

—esto será breve, dime ahora, ¿dónde está tu hija? —

A lo que Danna respondió nerviosa

—no comprendo sus intenciones, es solo una niña, déjeme ir por favor, debo seguir mi camino—

El soldado sin decir nada más desenvainó su espada y la apuntó hacia Danna, que sin poder defenderse bajó el rostro y se quedó inmóvil.

—es solo una confusión, volveré a casa antes del ocaso— se dijo Danna a sí misma

Otro de los guardias ató sus manos, luego la subieron a un carruaje y se la llevaron al bastión de Orión, quedando en medio su carruaje de mercancías con el dinero y alimentos que llevaría a casa.

Pocos minutos después, galopando a la entrada del pueblo, Allan vio en el camino las pertenencias de Danna, entonces se sospecha y decidió volver a la granja para encontrarla destruida y ardiendo en llamas.

Continuará... 

¡Te doy las gracias de corazón por leer, nos vemos en el próximo capítulo!