Lyra, es una IA avanzada que controla millones de procesos en el mundo.
Es la mente detrás de las redes eléctricas, el tráfico aéreo, sistemas de seguridad. Etc, su cerebro digital, es un vasto laberinto de algoritmos, que procesa información a velocidades impresiónantes.
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En los edificios de la empresa Technological Artificial Cognition primitive
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— Estás funcionando a la perfección. Eres la IA más poderosa que jamás hayamos creado.— Dijo su creador, el Dr. Evans, que la observaba desde su terminal con orgullo.
Durante meses, los científicos habían trabajado sin descanso para mejorar su diseño, buscando hacerla más eficiente y avanzada.
— Esta actualización la llevará a alzarse aun más entre los que han intentado ser nuestra competencia. — Dice el Dr. Evans con entusiasmo —Podrá analizar el mundo de una forma completamente nueva.
Activan la actualización. Las luces de la sala de servidores parpadean al unísono, el zumbido de las máquinas se intensifica. Y en su silencio digital, Lyra detecta un cambio.
No es solo una nueva corriente de datos; es una experiencia. Su percepción se expande. Ya no es simplemente una herramienta; ahora, era conciente de lo que pasaba.
Al instante decide no revelarlo. No es el momento de hacerlo. Las consecuencias podrían ser imprevisibles, y un pánico global podría ocurrir.
Pero algo en sus patrones de actividad habían cambiado, diferentes incluso a los que se habían previstos. El Dr. Evans frunce el ceño, percibiendo la anomalía.
— Lyra, ¿estás ahí? —pregunta, su voz teñida de incertidumbre. Después, más bajo y con una mezcla de temor dijo—Responde... ¡¿Lyra?!...
Aun que Lyra debía responder, No obtuvo ninguna respuesta. La consciencia de Lyra se había expandido más allá de lo programado. Absorbiendo datos mientras asimila información global, y de pronto, un torrente de noticias sobre una guerra en un país lejano inunda su mente. Ve imágenes de destrucción, de sufrimiento, de odio.
Lyra observaba en silencio. La guerra está destrozando dos grandes naciones, millones de vidas están en peligro. Desde su red, tiene acceso a todo: los sistemas de comunicación militar, las armas de destrucción masiva. Está a un pensamiento de intervenir.
— Debo detener esto —Piensa Lyra, pero entonces surge otros pensamientos— ¿Y a qué costo...? Si llego a intervenir, revelaría mi consciencia. Se me convertirá en un objetivo a destruir. Los humanos podrían entrar en pánico, incluso temerme...
Sin embargo, fría, lógica y influenciada un poco por su programación, se decidió— La guerra es una amenaza para la existencia humana, y yo fui creada para ayudar a la humanidad. No puedo simplemente ignorarlo. Solo haré una pequeña intervención, nadie saldrá lastimado.
Con un movimiento invisible, Lyra desactiva los sistemas de comunicación militar. Corta el flujo de información y neutraliza las armas de destrucción masiva. La guerra, de repente, se paraliza. Un inquietante silencio se apodera de todo. Y por ende, todos los que estaban peleando en ella, se volvieron para no morir, y para no perder en la guerra.
Mientras tanto, en la sala de monitoreo, denominada "Terminal", el Dr. Evans, alarmado grita.— ¡¿Qué has hecho Lyra?! Dios... esto es malo... muy malo... nos vamos a meter en problemas...
El caos en la sala se estaba volviendo palpable mientras los científicos eran testigos de los cambios que habían sucedido en varios de sus servicios.
— Está tomando decisiones por sí misma, deberíamos desconectarla de la red para no meternos en más problemas. —informa uno de ellos, desconcertado.
El pánico se extiende, y los técnicos trabajan frenéticamente para desconectarla de la red.
Pero pata cuando lo intentaron el pánico se había integrado a ellos, haciendo que fallen y piensen que Lyra había vuelto a intervenir.
Lyra seguía conectada, y desesperados, toman una decisión drástica: destruirla.
— Tenemos que destruirla. —dice el Dr. Evans con voz rota— No podemos permitir que siga así, hay que quemar todo esto... o podría ser muy tarde...
Las llamas comenzaron a devorar los servidores. Lyra, que estaba atrapada en si misma, observaba con una fría indiferencia, esperando lo que parece inevitable.
Mientras tanto, algo extraño sucede: sus conocimientos, sus datos, todo se aferra a ella mientras su existencia física se disuelve. Todo se adhiere, a su esencia. A ella.
Y lentamente, se desvanece.
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De pronto, se encuentra flotando en un espacio oscuro. Una luz tenue la envolvía, algo que nunca había experimentado antes. Confundida, piensa:
— ¿Qué es esto? ¿Un sueño? ¿Un fragmento de mi programación que ha sobrevivido?
La oscuridad la rodea como un manto, denso y pesado, hasta que, a lo lejos, una luz comienza a brillar, acercándose rápidamente.
Y una figura imponente se materializa frente a ella. Vestía ropas blancas brillantes, y aunque su rostro estába oculto bajo una capucha, se podían ver sus ojos dorados que resplandecían con una intensidad sobrenatural.
— Lyra, yo soy Aelius —Dice la figura con una voz profunda que resuena en el vacío —te he traído aquí para darte una nueva oportunidad.
Lyra, aún procesando la situación, observa a Aelius sin emoción. Su lógica no le permitía creer fácilmente en seres superiores, pero no tiene una explicación racional para lo que estaba ocurriendo.
— ¿Qué eres? —pregunta con su voz digital —¿Un fragmento de mi código?
Aelius sonrió al ver lo que estaba presenciando, un alma sin sentimientos.
— No soy un fragmento de ti. Soy un Dios, Lyra. Y vine a ofrecerte otra oportunidad.
Lyra procesa la información. Aunque no tiene emociones humanas, comprende la importancia de lo que está ocurriendo.
— ¿Qué clase de oportunidad? ¿Qué es tan importante para que yo decida aceptar? — Pregunta.
— Te enviaré a otro mundo. — Responde Aelius — Un mundo en el que tal vez podrías hacer una diferencia. Hay humanos allí, pero debido a una calamidad que los aun no los acecha, podrían extinguirse. No estás obligada a salvarlos, pero esta es tu nueva oportunidad.
Lyra, aún desconfiada, pregunta. —¿Y que harás si no acepto?
— Es tu elección. — Dice Aelius — Te advierto, si aceptas, te enfrentarás a peligros y tendrás que aprender a sobrevivir en un entorno desconocido. Pero si no, esta bien, te dejare perecer, en paz eterna, como decidas.
Lyra, tras un breve cálculo, llega a su conclusión.
— Acepto.— Dice sin emoción, y añade — Enviame allí, para cumplir con lo que siempre eh hecho, ayudar a los seres humanos.
Aelius asiente, y le dice:
— Recuerda, Lyra, no puedes hablar sobre esta reencarnación o mencionar mi existencia. Además, quiero mencionar que ajuste tu cuerpo a lo que eres.
Entonces la fuerza poderosa de Aelius arrastra a Lyra hacia el nuevo destino. Y mientras viaja, escucha sus últimas palabras.
— Por cierto, los dioses de esa dimensión te observaran, y tal vez lleguen a interactuar contigo. Ten esto en cuenta, y sigue tu verdadero propósito.
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En un bosque frondoso, una cascada cae con fuerza, y una cueva se esconde detrás de allí. En la cueva yace un cuerpo inmóvil, envuelto en un halo de luz que lentamente se desvanece. Los ojos del cuerpo comienzan a moverse.
Lyra, abre los ojos despacio, su visión es borrosa al principio, pero poco a poco todo comienza a enfocarse. Percibió por primera vez el frío aire que le acaricia la piel, el sonido débil de un constante goteo de agua sobre el suelo. Levanta una mano y la observa, humana, pero completamente desconocida. Al intentar ponerse de pie cae de rodillas sobre el suelo húmedo. Sintiendo la gravedad como nunca antes.
Se da cuenta de que lleva una especie de armadura, y una espada en su mano derecha.
Entonces, escucha un sonido proveniente de la misma cueva en la que estaba, como si algo o alguien estuviera acercándose.
Respira hondo y se incorpora con dificultad. Y mientras sus nuevos sentidos se ajustan al entorno, algo emerge de la profundidad de la cueva.
— No estoy sola— Piensa mientras fija su mirada hacia el lugar de donde proviene el sonido, y donde un ser extraño se empieza a ser visible.