-Pobrecito - decía una jovencita de unos 14 años - lo encontré debajo de un árbol con su patita así, quebrada, e intentando volar y volver a lo alto del árbol.
Lucille observaba con mucha atención al pájaro. Se trataba de un pichón silvestre.
- No va a sobrevivir-pensaba- está muy mal herido...
Pero al contrario de sus pensamientos, miró con ternura a la niña que tenía en frente y le dijo:
- No te preocupes, gracias por traerlo, haré lo posible por curarlo. Si todo va bien, va a sanar pronto.
La niña la miró con los ojos llorosos mientras decía que sí con su cabeza.
-Estos pajaritos silvestres son un blanco fácil de los niños traviesos que los persiguen con una onda. Voy a curarle su patita y lo dejaremos descansar. Podes volver a visitarlo mañana, si?
- Está bien-dijo la niña - mañana vuelvo a visitarte amiguito - le decía al pajarito mientras acariciaba su cabeza con el dedo índice.
Lucille entonces se puso a realizar las curaciones posibles al pajarito, que inquieto de dolor intentaba escapar de sus manos.
-Tranquilo, tranquilo...- le decía ella - ya termino y vas a poder descansar.
Cuando terminó de curarlo lo puso en una jaula pequeña, le agregó un poco de agua en una tapita y respiró profundo.
-Que día! - se dijo a sí misma - espero que este pequeño se reponga...
Lucille era una veterinaria de 30 años. Su consultorio quedaba justo en frente de una plaza de juegos, asi que para ella era normal recibir este tipo de pacientes. Ya que los pajaritos suelen caerse del nido, ser atrapados por gatos juguetones o ser lastimados por niños muy traviesos y malvados. Entonces alguien los encuentran y al momento se lo llevan a ella.
Y ella, ante la tristeza de quién se lo trae y su ansiedad por ayudar a los animalitos indefensos, los cura con mucho amor hasta que se recuperan, en el mejor de los casos, y luego los libera.
Pero además del pajarito ese día había realizado diez castraciones a perros y gatos, había atendido un cachorro con otitis, infección en el ojo, parásitos entre otras cosas más. Pero lo que más la inquietó fue que por tercera vez se acercaba una persona preguntando por su mascota desaparecida. En total eran 2 perros y un gato. Alguien se estará llevando los animales intencionalmente? Porque razón?
-Ya nos vamos Luchi?- pregunta Jose cuando entra al local y saca a Lucille de sus pensamientos - ya son 20.30, en media hora comienza la cena!
-Si si, ya voy! Junto mis cosas y me preparo. Mientras llévame estos estudios que cuando vuelva a casa los miro.
Siempre llevando trabajo a casa- pensaba Jose cuando Lucille le entregó unos archivos- aún cuando es fin de semana.
Josefina es la mejor amiga de Lucille. También se encarga de las mascotas pero en su caso, ella rescata a las que son abandonadas o no tienen hogar. Junto con Tomás, el mejor amigo de las dos, coordinan para encontrar hogar a los animales que rescatan y están trabajando para encontrar un lugar fijo y formar una asociación. Su único inconveniente es que no tienen los fondos necesarios para ponerlo en marcha.
Ya en casa de Lucille, ésta le muestra a su amiga cómo le queda el vestido que se compró para la ocasión. Es un conjunto de dos piezas, la parte superior con un escote en V bien pronunciado y mangas largas abullonadas en una tela transparente que deja ver la suavidad de su piel. Mientras tanto, la pollera larga que comienza en las curvas de su cintura lleva un corte a la altura de sus muslos que acompañan sus piernas largas y esveltas.
-Me encanta tu vestido- le dice Jose- ese color verde resalta tus ojos. Vas a dejar a todos con la boca abierta amiga!
Josefina en cambio, llevaba un vestido corto, totalmente negro que quedaba en segundo lugar ante el collar y aros de símil diamantes que brillaban alrededor de su pequeño rostro.
- Y vos, con ese vestido corto no te quedas atrás, vas a atraer todas las miradas!- Le dice Lucille - Pero vamos que ya estamos llegando tarde. Tomás estaba recibiendo a los invitados?
-Si, me acaba de enviar un mensaje diciendo que las mesas están llenas- le cuenta con alegría - con lo que recaudemos en esta cena vamos a poder pagar la primer entrega para el refugio.
- Que bueno! Espero que la gente colabore un poco más y quien dice consiguen patrocinadores, no?
- Si, espero que alguna empresa grande nos acompañe. Necesitamos el lugar, si no, no podremos seguir recibiendo animales sin hogar. Ya nos estamos quedando sin recursos - dice Josefina.
- Que bueno que contás con la ayuda de Tomás, los dos hacen un muy buen equipo!
-Si, y me alegra tanto contar con vos también. Sin tu ayuda para cuidar y castrar a los animales no podríamos solventar este proyecto. Gracias amiga!
- Siempre voy a estar, también es mi sueño contruir el refugio. Pero basta de charla que llegamos tarde!
- Jaja! Si si, vamos que tenemos que encantar y convencer a los invitados!
Ambas mujeres eran hermosas a su manera. Mientras que Lucille era alta y delgada, con cabello castaño claro y ojos verde esmeralda; Josefina era baja de contextura robusta pero con curvas bien marcadas, dónde su rostro pequeño de facciones delicadas y su cabello castaño y corto hacían que todo en ella sea armonioso. Las dos amigas se conocieron en la secundaría y desde ese momento no se separaron.
La cena iba a toda marcha. El lugar estaba lleno de gente de la ciudad. Personas que siempre iban a la veterinaria, personas que habían solitado ayuda a Josefina y a Tomás y modo de agradecimiento decidieron ir a la cena.
Entre las personas importantes de la ciudad se encontraban el secretario del intendente, Pablo Catañares. Un hombre de perfil bajo, pelo oscuro y corto, lentes grandes y tez morena.
Josefina lo observó desde lejos y agradeció en su interior que personas como él participarán del evento, ya que necesitaba mostrar su proyecto y la ayuda que el mismo presentaba para la comunidad. Si Pablo le hablaba bien al intendente sobre el refugio, tal vez la municipalidad colaboraría con recursos. Era importante dar una buena impresión, conmlo cual decidió acercarse.
- Buenas noches, soy Josefina- se presentó a Pablo y le extendió la mano derecha para saludarlo-
- Bu..Buenas noches, soy Pablo. - Pablo le respondió al saludo y tomó la mano de Jose con un poco de nervios, no podía creer que la mujer hermosa que había estado mirando desde que llegó se hubiese acercado de pronto a saludarlo - hermosa...la cena. Hermosa la cena que prepararon - aclaro
- Gracias- dijo Jose, dudando de la reacción del hombre - es muy importante para nosotros- señalando a Tomás que se encontraba al otro lado del salón - que usted se encuentre entre los presentes. Queremos ver crecer el refugio, que tantos animales ha ayudado y protegido de esta ciudad, y para ello necesitamos también ayuda. Que esté acá hoy para nosotros significa que también le importa el tema, no?.
Pablo la miraba y por su mente sólo pasaba la pregunta de qué relación tendría Josefina con ese hombre que señaló como socio en el refugio. Será su pareja? Pensó con tristeza. Pero enseguida se repuso y contestó:
- Claro si, creo que la municipalidad también tiene que poner su granito de arena para ayudar a estos animales. El lunes hablaré con el intendente de esto.
- Ay, me dan tanto gusto escuchar eso! - Le dijo Jose tomando una de las manos de Pablo - para nosotros es muy importante!- cuando se dio cuenta de que el hombre la miraba muy nervioso, soltó su mano y sin pensarlo, dio media vuelta y se fue a hablar con Tomás y Lucille. Ella también se sintió un poco nerviosa ante el contacto, que le había pasado?
Lucille estaba hablando con Tomás sobre lo rica que estuvo la comida cuando de pronto la llaman tironeando de su manga. Mira hacia atrás y se encuentran con un adolescente que la miraba desesperado.
-Me dijeron que sos Lucille, que sos veterinaria, me podes ayudar? Por favor, me podes ayudar? - repite
Lucille lo mira extrañada y le dice que sí con la cabeza
- vení, vamos afuera que te muestro- le dice el joven, y la lleva hacia afuera donde le muestra el auto estacionado en la vereda. Lucille tarda un poco en acostumbrarse a la oscuridad de la noche, pero en seguida puede observar que en el auto hay una joven con lo ojos llorosos.
- Salimos a con mi novia a pasear a Dino y nos cruzamos con otro perro más grande que él y no pudimos evitar que se pelearán. Lo lastimó mucho, no sabíamos a quien recurrir y un hombre que estaba en la plaza nos habló de usted. Disculpe que la molestemos, pero no sabía qué hacer, mí tío me va a matar!- el chico estaba muy asustado y al borde del llanto.
Lucille de inmediato comprendió la situación y le ordenó al joven que la siguiera con su auto. Ella se dirigió a su auto y salieron hacia la veterinaria.