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SILVER RAGE, LA PISTOLERA PLATEADA

Silver_0411
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Synopsis

Chapter 1 - LA PISTOLERA PLATEADA

El seco viento del desierto movía su larga cabellera plateada. Levantando su brazo, acercó los dedos de su mano a donde se encontraba su sombrero y lo sostuvo con fuerzas, su ojo derecho se cerró mientras que el izquierdo se mantuvo abierto y una mueca se dibujó en sus facciones, siendo aquella mueca de molestia lo único que se podía vislumbrar en su rostro tras haber estado impasible durante horas. Aquella hermosa mujer de cabellos plateados y ojos azules que vestía una camisa blanca junto a unos pantalones negros y un sombrero del mismo color que su camisa, no reía, no lloraba ni tampoco se enojaba. Para Silver Rage las emociones eran un misterio en sí mismo. Las dos pistolas plateadas que se encontraban en sus fundas de cuero relucían con los rayos del sol, largando un brillo que se podía ver a la distancia. Aunque Silver no conocía el temor ni la preocupación, tampoco le hubiese sido necesario debido a que aquel enorme paramo de color anaranjado con un enorme cielo azul cubriéndolo por completo se encontraba vacío. Los cráneos de los Bueyes de carga junto a varios restos de madera era lo único que Silver encontraba tras unas horas de larga caminata. La sed la atormentaba por completo, pero sus frías y tranquilas expresiones imposibilitaban el poder demostrar fatiga, sed, cansancio o calor. Solo porque su sudor no respondía a su falta de empatía que este bañaba la pálida piel de aquella pistolera albina.

El pasado de Silver era misterioso, incluso para ella misma. Aunque no contaba con amnesia, si solía tener lagunas mentales en las cuales poseía una especie de tiempo perdido, un papel en blanco que separaba su infancia y adolescencia con su adultez. Recordaba vagamente los tiempos en los que era una muchacha risueña que llevaba un hermoso vestido violeta y solía jugar en el verde prado cercano a la cabaña en donde vivía con sus padres. Un famoso abogado de Nueva York y una mujer acaudalada de Londres. Se veía a sí misma en su juventud con una enorme sonrisa mientras abría la boca y veía al horizonte con esperanza junto a una hermosa alegría. Recordaba tiempos en donde la noche le daba miedo y en donde lloraba al leer las novelas románticas que su madre le compraba cuando iban a la ciudad una o dos veces al año. Su padre era un hombre de campo que había practicado la profesión de abogado durante su juventud hasta que un día se negó a defender a alguien en particular y renunció a su cargo, retirándose junto a su familia a lo más profundo de los bosques del estado de Jersey, creyendo que allí Ellos nunca los encontrarían. Sin embargo, aquellas personas si los encontraron. Recordaba vagamente lo ocurrido: era una noche lluviosa y los truenos junto a los rayos se oían con fuerzas mientras que su padre caminaba por el interior de la cabaña con una escopeta en sus manos, recordaba tener miedo, posiblemente la última emoción que experimento aquella noche, y recordaba a su madre gritar:

"¡Jim, están en la ventana!" Luego de eso Silver se asomó por la ventana intentando ver algo en la oscura noche, por desgracia estaba muy oscuro y no podía distinguir nada hasta que un rayo seguido de un potente trueno apareció, iluminando el cielo y permitiéndole ver cuatro siluetas que se hallaban cerca de la casa, acercándose de manera amenazante. Después de eso un blanco absoluto en donde no podía recordar lo demás, lo último que recordaba era llevar las ropas que poseía en ese momento junto a las dos pistolas plateadas con las que eliminó a unos desgraciados que intentaban hacerle daño a alguien que parecía conocerla, solo que ella no lo recordaba de nada. 

"Silver, ¡¿Te encuentras bien?! " le preguntó aquel muchacho de cabello castaño corto y ojos almendrados. Silver solo le preguntó "¿Quién eres?

El muchacho se mostró decepcionado por algo en particular y le contestó:

"Solo soy un amigo, eso es todo"

"Estoy bien" le contestó Silver con una frialdad que pareció sorprender al muchacho, pero no a ella, ella no podía comprender el termino sorprenderse como lo hacía ese muchacho. Tras despedirse de él, Silver continuó camino buscando comprender lo que le había ocurrido y tras acabar con dos forajidos en una taberna en donde habían intentado matarla sin un motivo aparente, Silver creyó comprender lo que podría haber ocurrido durante ese lapso de tiempo que se encontraba en blanco. Era claro que Silver había sido una pistolera peligrosa, pero ya no lo recordaba, solo recordaba como disparar porque alguien le había enseñado, más no sabía quién.

Después de eso se dedicó a vagar por el desierto yendo de pueblo en pueblo buscando resolver problemas mientras forzaba a su memoria a recordar algo, sin éxito alguno.

Saliendo de sus pensamientos y volviendo al presente, Silver vio a una diligencia de la caballería que se dirigía hacia donde se encontraba un fuerte que podía vislumbrarse, como si de un espejismo se tratara, a la distancia. Aunque no poseía curiosidad, de todos modos, dio por sentado que en ese lugar algo importante estaba pasando y supuso que sería una buena idea el ir a investigar o ver si podía ayudar a aquellos soldados en algo, lo que fuera.

Sin perder tiempo, se dirigió hacia su nuevo destino.