Los truenos sonaban a la distancia y los relámpagos iluminaban el oscuro cielo nublado, permitiéndole ver el oscuro bosque que la rodeaba. Las blancas cruces que se encontraban a los costados de la ruta le indicaban que iba por buen camino. El fresco viento primaveral movía sus cabellos negros mientras que la suave y perfumada brisa inundaba sus pulmones. Cerrando sus ojos azules, aspiró aquel dulce aroma mientras sentía como su blanca piel recibía con agrado aquel suave aire cuya fuerza era capaz de mover las copas de los pinos. Un enorme castillo se veía a la distancia, no parecía estar abandonado, pero tampoco daba señales de que hubiese alguien en casa. Sujetándose su oscuro sombrero, Black sonrió al pensar en lo jodidamente obvio que sería el que su presa se encontrase allí. No, sus objetivos solo vivían en castillos en las películas y novelas románticas del siglo 19. En la actualidad ellos podían habitar en cualquier otra parte en donde no hubiese luz. Incluso en las mismas alcantarillas. Su enorme saco de color negro también se movió hacia un costado, mostrando por unos leves momentos el cinturón de su negro pantalón junto a una ballesta provista con varias flechas de plata mojadas con agua bendita junto a unas granadas capaces de provocar destellos de luz lo suficientemente fuertes como para herir a su presa, más no matarlo. Era un buen neutralizador en caso de necesitar huir o tener ventaja en una batalla. Sus botas negras se detuvieron cuando oyó el aullido de un lobo a la distancia. Esbozando una sonrisa, Black supo que se encontraba cerca, quizás demasiado cerca.

A la distancia, debajo de aquel castillo que se alzaba de manera amenazante en las colinas, se veía a un pequeño pueblito cuyas luces se podían distinguir a la distancia. Un cartel de color verde con palabras blancas se encontraba a un costado del camino, estas decían: Saint Sins 10Km. Oyendo nuevamente el sonido de los aullidos, Black volvió a sonreír y tras cruzarse de brazos y negar con la cabeza, susurró

- Parece que este va a ser un laargo día

Sin nada más que añadir, Black La Cazadora de Vampiros continuó camino hacia su siguiente destino mientras los truenos y relámpagos se veían a la distancia y las nubes iban tapando la enorme luna llena que parecía encontrarse detrás del amenazante castillo.