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Chapter 11 - Capítulo 10: El camino a Geatir

Era la primera vez que Ragnar estaba en un vehículo, a parte de su barco claro esta, la caravana estaba cerrada desde dentro, las puertas y las paredes no tenían ventanas, no podía ver el exterior, era como estar atrapado en una jaula.

Igual que no estaba decorada por fuera, el vehículo era increíblemente simple por dentro también, uno de los hermanos, Ben, el hombre alto que portaba una lanza, dirigía a los caballos que tiraban de la caravana, era el conductor.

El otro hermano, Billy, estaba sentado en frente de Ragnar, la caravana tenía dos filas de asientos, una al fondo de la caravana, mientras que la otra estaba pegada a la zona del conductor, el hermano estaba sentado en esta última, así que Ragnar escogió sentarse al fondo.

Billy, después de intercambiar algunas palabras con su hermano desde su asiento, miró a Ragnar, a sus brazos concretamente, y al instante levantó su mirada para fijarla en sus ojos.

"Dime Ragnar, ¿De dónde eres?"

Ragnar no sabía que contestarle, aunque quisiera revelarle esa información, no sabía que decir.

'Harmonía?, 01-145?'

Ambos lugares estaban demasiado lejos como para que los hermanos lo conocieran, sería igual de creíble que si Ragnar se inventara el nombre de una isla al azar.

En lugar de responderle al par de hermanos se quedó en silencio, los dos no indagaron más en el asunto.

Pero eso no les detuvo de intentar seguir hablando con Ragnar, esta vez el conductor, sin despegar la vista del camino fue el que abrió la boca.

"No importa de donde seas, ahora mismo te encuentras en tierras desconocidas, por suerte para ti, ¡Somos los mejores guías de toda Laigir!."

"¿Laigir?"

Ragnar murmuró el extraño nombre que había pronunciado el conductor, pero no lo suficientemente flojo como para que Billy no le escuchara.

"¿Tú..., no conoces el nombre del país en el que estas?"

"¿Eres siquiera de este continente, Ragnar?"

Una vez más, Ragnar respondió a sus preguntas con silencio absoluto.

Ben, el conductor, se giró para mirar a Ragnar a los ojos.

"Eres un hombre de misterios, Ragnar, espero que su peso no te termine aplastando."

Ben empezó a reírse a carcajadas después de hacer ese comentario tan siniestro y críptico, mientras que Billy, de forma más educada, tan solo sonrió hacia Ragnar, con una sonrisa grande y ancha, muy ancha.

'¿Es este el sentido de humor de Arcelein, no, de Laigir?'

Ragnar decidió ignorar el comportamiento de los hermanos, y, dado que parecían tener ganas de hablar, decidió poner sus lenguas a buen uso y sacarles un poco de información.

Se autoproclamaban guías, así que Ragnar les haría hacer su trabajo.

"Antes de subirme a vuestra caravana, me dijisteis que podría conseguir dinero en Geatir, la ciudad a la que me lleváis."

"¿Qué clase de trabajo es ese?"

Los hermanos se rieron en frente de Ragnar otra vez, lo cual hizo que la paciencia del adolescente se fuera agotando poco a poco.

"Deberías pensar más antes de hablar, Ragnar, si quieres proteger tus secretos, no puedes dejar ver tus cartas tan fácilmente."

"Ciertamente, aunque parece que tu mayor problema es la falta de información que posees, y tu indumentaria, una vuelta por Geatir debería resolver tus problemas."

Ragnar cansado de que los hermanos hubieran esquivado su pregunta, se acercó al de la espada corta y le puso su brazo en el cuello, sin transformarlo.

"Respóndeme."

Era la primera vez que Ragnar intimidaba a alguien, a decir verdad, el adolescente nunca mataría a nadie, era simplemente un farol para que dejaran de tratarle como un crío.

Mejor ser temido que insultado a la cara.

Sin embargo, al contrario de lo que Ragnar esperaba, el próximo en hablar no fue Billy, sino su hermano el conductor.

"El muchacho tiene agallas"

Al instante, Ragnar se fijo que el hermano que amenazaba con su brazo, estaba sonriendo.

"El jefe nos va a felicitar esta vez."

"¿Crees que nos dará una recompensa, puede que por fin nos de un ascenso?"

"Sigue soñando Ben, sabes mejor que nadie que para eso nos tendría que enviar a Luctus, y no hay manera de que eso vaya a pasar."

Ragnar volvió a su asiento, sin decir una sola palabra, estaba atónito, acababa de hacer una amenaza, ambos habían visto sus brazos, ¡sabían de lo que era capaz!

Ragnar simplemente esperó a que los dos hermanos terminaran su conversación compuesta por bromas, sarcasmos y carcajadas.

Después de su charla, el hermano que tenía la altura de Ragnar, Billy, le contestó al adolescente de pelo negro.

"Geatir es conocida por su mote, el cementerio de cazarrecompensas."

"Goza de un sistema que alcanza todo Laigir, a todo criminal, fugitivo o peligro que el gobierno considere lo suficientemente desagradable, le asignan una cierta recompensa."

"Pero lo curioso, es que si aceptas jugar a ese juego, la recompensa que cobras es luego la que te llevas."

Los ojos de Billy brillaban con un toque sádico y peligroso, sorprendiendo a Ragnar.

"Quedas marcado, gran recompensa, aún más grande el riesgo, por supuesto puedes hacer tareas para los de arriba para que te bajen o incluso te la quiten."

"Pero yo no estaría tan dispuesto a convertirme en una marioneta si fuera tu."

Era una locura, una completa e increíble locura, consigues cobrar una recompensa y te marcan con la misma, si quieres quitártela tienes que ser el perro faldero de uno de los mandamases.

"Este país es una locura."

Ragnar dijo esas palabras completamente en serio, ¿cómo podía vivir la gente en este país?

Quienes...

"¿Quiénes sois vosotros?"

Ragnar hizo esa pregunta con incredulidad en su voz, no preguntaba por sus nombres, no, preguntaba por algo mucho más importante, algo que los dos hermanos captaron de inmediato.

De repente, el aura alegre y relajada que los hermanos emanaban se cortó, y fue sustituida por una presión que Ragnar solo había sentido una vez en su vida.

Los hermanos, compenetrados, empezaron a hablar a la vez en un tono grave y serio.

"Somos los que navegan entre las tinieblas profanadas."

Gotas de sudor descendían de la frente de Ragnar.

"Somos los que iluminan las sombras ocultadas."

La presión de la sala era tal, que a Ragnar le costaba respirar.

"Somos los que rezan por las almas encadenadas."

'Monstruos...'

"Somos paladines, servidores de la luz más pura y sagrada."

En un instante, la presión que había en la caravana se esfumó, y Ragnar, observó a los hermanos que le miraban alegremente, sonriendo.