Era una noche lluviosa; los chisporroteos de las ruedas que fregaban contra el asfalto de la carretera era un sonido que incluso a hectáreas podía escuchar mientras estaba inclinado al lado de un árbol. Podría ser debido a que mis otros sentidos lentamente dejaban de estar presentes o a que mi mente se estaba agudizando cada vez más, pero eso no era algo que me importara en este momento. Todo lo que pasaba por mi cabeza era el hecho de que estaba a punto de morir.A lo largo de los años, siempre me he metido en numerosos problemas por mi sentido de la justicia. Creo que se debió a diferentes factores que marcaron mi personalidad durante mi infancia…'¡khaugh! ¡Khaugh!'No debí meterme donde no me llaman… creo que esta vez la cagué completamente al no estar preparado contra este tipo de amenazas. ¡ Qué estupidez morir por defender tus valores y lo que es justo!... Bueno, los muertos no hablan, y por tanto, no opinan, jajaja.Mientras me burlaba de manera condescendiente de mi situación poco a poco mi línea de pensamiento se fue ralentizando hasta que finalmente se paró por completo.…[Año 2194- Distrito Columbia norte]Una fresca brisa entraba por un amplio ventanal donde rayos de luz que se teñian de color ambar se colaban por las cortinas tenuemente. Al fondo de la habitación, junto a la puerta de entrada, se encontraba de lado a lado diversos estantes donde había libros con marcos de todos los tamaños. En medio de la habitación, como si se tratará de algún tipo de broma bizarra se encontraba un sofá justo debajo de una gran pantalla holográfica que haría que cualquiera que lo viera se preguntará por los gustos estéticos del dueño. Ya que, ese mismo dueño también decidió poner una cama doble justo a la derecha de dicha sala. Frente al gran ventanal, se encontraba una mesa rectangular de roble postrada contra la pared. Encima de ella había un par de pies, uno sobre otro, que se extendían diagonalmente hacia un joven que se encontraba comiendo una manzana con poco entusiasmo.Los ojos color tapiz se encontraban vacíos mientras miraba el atardecer que estaba frente a él. Tenía un pelo marrón oscuro que se acentuaba aún más debido a su blanquecina tez. Su boca estaba entreabierta mientras que de ella caía una baba que lentamente se dirigía hacia su mentón. 'En que estab- ¿¡Guak!?'En un inesperado balanceo del chico, perdió torpemente el equilibrio y no pudo evitar caerse al suelo junto a la silla en la que estaba. Se dió levemente un golpe en la cabeza mientras rápidamente empezó a maldecirse a sí mismo de forma irónica.'Jajaja… parece ser que los problemas siempre se ven atraídos por mi ¿Será que soy el tipo de persona que le gusta al dios de la mala suerte? ¿Si acaso existe un dios así?'Mientras estaba en mi momento más esquizofrenico, unos leves golpes sonaron tras la puerta de mi habitación.Toc. Toc. TocPor unos segundos no sonó ningún ruido. Para cuando me recuperé los sentidos acomodé mis cuerdas vocales y dije: 'Puedes pasar, Elisa'La puerta se abrió suavemente y la joven de pelo negro y ojos marrones oscuros entraron en mi campo de visión… Claramente de forma invertida, ya que aún seguía tirado en el suelo de forma patética.'Su ilustrísima figura… ¿se encuentra… bien?' Inclinó levemente la cabeza al verme tirado en el suelo. Todo indicaba que se había quedado en shock por la escena que estaba frente a sus ojos.'¡Su ilustrísimo!'Rápidamente se recompuso y se sobresaltó por la escena frente a sus ojos.'¿Se, se encuentra bien? ¿ Necesita tratamiento?' Me preguntó con una mirada vidriosa en sus ojos, casi indicando que quería que aceptara.Me levanté de un salto al pensar en lo que estaba pasando y de una manera muy descarada intenté cambiar de tema para que se olvidara de lo que acababa de suceder.'¡Ejem! Elisa ¿Hace cuanto nos conocemos?'Los ojos de Elisa me miraron impactada por la repentina pregunta mientras que en unos segundos cambiaban hacía una de curiosidad.'¿No ha sido desde que usted tenía 5 años?'La miré y asentí con la cabeza.'Así es'Mirándome desconcertada no pudo evitar preguntar.'Su ilustrísimo, si se me permite ¿ A que viene la pregunta?'Con una mirada molesta, rápidamente le respondí.'¡Mi pregunta viene a que aún después de tanto tiempo sigues usando honoríficos para hablarme!''Eso es…>'Sin dejarle tiempo para que respondiera, le corté entre medias.'¿Por qué me respetas? Que yo recuerde con ningún otro miembro de la familia lo usas, por qué conmigo?'Una sonrisa surgió de la cara de Elisa. Abrió la boca, pero inmediatamente la volvió a cerrar.'¿Y bien?'Elisa volvió a abrir la boca, pero esta vez todo lo que dijo pareció ser un vacile.'Son órdenes de su padre'Mi boca se crispó rápidamente, me agaché nuevamente, recogí la silla y me volví a sentar en la misma posición de antes.Intencionalmente, mientras hice todo eso, hice como si ignorara la presencia de Elisa. Como si fuera la última parte de nuestra conversación levanté mi mano.'No te preocupes. Ya estoy bien, asi que puedes sa-''Su ilustrísima madre ha vuelto'Giré mi cabeza para verle la cara a Elisa, pero en ese momento volví a perder el equilibrio por el shock.'Lo hiciste a propósito…¿Cierto?'Mientras la miraba con recelo ella miró hacia un lado y no pude más que oír su voz inocente libre de cualquier pecado.'Su ilustrísimo… ¿Cómo podría desconfiar de su querida sirvienta…?''Te estas pasando con las confianzas…'Murmuré en voz baja, casi estaba a punto de maldecir a Elisa cuando recordé la razón por la que se había ido mi madre de casa.Me levanté elegantemente y me sacudí la ropa. 'Uhum… ¿me llevas a la entrada?''Claro, su ilustrísimo'Asintió suavemente con su cabeza.Elisa se dió la vuelta hacía la puerta de roble, en el momento en el que estuvo a menos de 1 metro la puerta se levantó dejando libre su paso. En ese momento se puso en un costado agachando la cabeza indicando que debía seguir adelante según las normas aristocráticas.Caminé hacía el frente. Un amplio pasillo se cernía sobre mí de derecha a izquierda, donde en cada uno de los lados se podía ver una amplia alfombra carmesí que se destacaba frente a la moqueta de madera.Paso tras paso, para distraerme por el camino, mi cabeza se puso a mirar diagonalmente hacia mi derecha. Amplios ventanales y diversas decoraciones de caza era todo lo que pasaba por mi cabeza. Era una visión que cada vez que salía de mi habitación veía. Aún siendo una vista regular, todo lo que podía pensar en este momento era "Realmente caro…" dejando mi cara con una gran expresión de estupefacción. Sentía que era algo novedoso para mi.No queriendo tener estos sentimientos, aceleré mi paso hacía el final del pasillo. Luego de una buena caminata, llegué a la puerta. Mi madre no había llegado aún, contrario a lo que dijo Elisa, pero eso muy probablemente se debía a que le notificaron de antemano.Pasaron los minutos y al cabo de un rato entró una mujer de apariencia joven, su tez pálida combinaba perfectamente con su pelo marrón oscuro, casi como si hubiera sido teñido por las sombras de un bosque al atardecer. Bajo su mirada, la paleta amarillenta de sus ojos, como la de un tapiz antiguo bañado por la luz dorada del atardecer, tenía un aire de elegancia envejecida y una profundidad cautivadora pese a que físicamente parecía estar a sus 20 años.Junto a ella, había una figura que se veía similar a su madre, las unicas diferencias estaban en su cabello negro azabache que se extendía hasta la altura de sus codos.La pequeña figura que venía en un estado de somnolencia posó su vista en mi y por unos segundos quedó estupefacta.'¿Her-Hermano?'
Sin decir nada me acerqué a mi hermanita y posé mi brazo en su pequeña cabecita.
' Hola Lotte, veo que viniste cansada ¿Cierto?''¿Podrías decirle a tu hermanito cómo te fu-?'Antes de que pudiera acabar la frase, una mano cálida se abalanzó sobre mi y se posó sobre mi frente. 'Adrian, ¿estás enfermo?¿Te pasó algo mientras no estuve en casa?'Una mirada preocupada junto con un ceño fruncido se posaba frente a mi. Era la cara de una madre que se preocupaba por su hijo. En ese momento la pequeña niña que hace un momento estaba bajo mi mano, se escabulló y se colocó justo detrás de su madre.Frente a la gran puerta que estaba en el recibidor, intenté abrir la boca para decir unas palabras. Lamentablemente, tras dejar que pasaran unos segundos la volví a cerrar, tan solo para volver a adentrarme en mis pensamientos. Tan solo cuando recobré los sentidos al ver la cara de mi madre mi boca se volvió a abrir.'He estado pensando últimamente. Creo que debería pasar más tiempo con mi familia.' En ese momento vi la cara de mi madre quedándose sorprendida por lo que dije. Muy seguramente no esperaba que su hijo, que era un apático antisocial quisiera pasar tiempo con ellos nuevamente. A su vez, bajando la mirada vi la cara regordeta de mi hermana mirándome confundida, sin saber que estaba pasando.Luego de mirarme un buen rato, mi madre abrió la boca.'Bueno, si quieres pasar tiempo en familia, puedes empezar por bajar a comer esta noche con nosotros ¿Te parece?' 'Esta bien, madre. De esa manera también nos ponemos un poco al día'Con una amplia sonrisa, me di la vuelta y me despedí de ellas dirigiéndome nuevamente a mi dormitorio.…En el jardín de la mansión, en un bonito templete de mármol blanco y azul con un suelo decorado por mosaicos había una mujer. Estaba justo en medio del lugar en donde había una mesa metálica que tenía una taza de té negro y un pequeño plato. Aún faltaban dos horas más para la cena y pensó que sería buena idea tomar un té mientras pensaba en lo que sucedió al llegar a casa.Mirando las profundidades de su espeso té, no pudo evitar soltar un suspiro de cansancio.'Supongo que su etapa rebelde se acabó' Pronto una curva se formó en su boca y miró dulcemente las flores del jardín.'Que bonitas son las flores en primavera'Se quedó un rato más en el jardín hasta que la oscuridad llegó. Tan pronto el frío se intensificó ella entró.