Victor estuvo pensando seriamente en lo que sería su vida.
Intentó sacar su poder mágico, sin embargo, no había rastro de este, quiso mover su falna, pero era lo mismo, quería intentar usar su fuerza, pero con estos pequeños brazos, nisiquiera podía pelear contra un perro callejero.
Rebisando su estádo, descubrió que había algo de información en su mente de la que no se había dado cuenta.
Actualmente se llamaba Konoe Yamada.
O bueno, ese era su nombre que pertenecía a una pequeña familia noble en el japón del siglo 16. De alguna manera, su familia, la familia Konoe, lo vendió, y fue adoptado por una extraña organización que entrena asesinos.
Si, no se llamaban Ninjas, simplemente asesinos o espías.
Su nombre se convirtió aquí en Nanashi Ichigo.
Nanashi significaba sin nombre, Irónico, ¿Verdad? En cuanto a Ichigo, era numero 15.
El número de su habitación en este lugar y su número como persona en entrenamiento.
Solo era esta información, pero fue suficiente para que el entendiera.
Anteriormente, el sistema le había jugado una mala y desagradable experiencia, muriendo una docena de veces en el entrenamiento amazónico, y aunque sentía que pasó meses ahí, sino años, la verdad fue que era bastante bueno porque no sentía que fuera un mundo real.
Sin embargo, ahora parecía incluso haber un trasfondo historico, incluso algo así como personajes Npc como el viejo con el que acababa de encontrarse.
Lo mas desagradable, parecía que el mismo, había reencarnado una vez mas.
Intentó llamar al sistema, pero obviamente, no apareció.
Se había convertido una vez mas en un humano común y corriente.
Respirando hondo un par de veces, aclaró su mente.
Fue un axidente, no debió tocar el panel del sistema y luego retirarse, fue una acción tonta, pero estaba algo emocionado por las cosas que había obtenido, lo cual lo llevó a cometer tal cagada.
Esto lo hizo terminar aquí.
Jurándo que no volvería a causar un error de tan poca monta en el futuro, miró como un punto de luz solar cruzaba atravez de un agujero en el exterior y golpeaba la pared hecha de papel.
Mirando esto, significaba que eran las 6 de la mañana.
Siguiendo los recuerdos que tenía de este niño Ichigo Nanashi, se levantó, y comenzó a enrrollar las cobíjas.
Era un niño asiático, calbo, pareciendo un pequeño monje.
Normalmente, le tomaría mucho tiempo hacer este trabajo, era un niño despues de todo, pero con una mente adulta, doblar la cobija y el colchón, llamado futón, fue bastante sensillo.
Vestido con simple ropa de lino marrón, terminó de doblar todo y lo acomodó en una esquina, pisando un suelo similar a una alfombra de hierbas, llamado tatami.
Con pasos sigilosos, o un intento de esto, se sentó frente a la puerta, de rodillas y espalda recta, mirando la puerta con cuidado.
Esta era la acción que ichigo solía hacer todas las mañanas, aunque algo mas lento.
Victor pensó en revelarse y actuar como un pequeño bastardo, pero pensando que hacer esto, resultaría en su muerte, simplemente dejó de intentar hacer nada.
Una cosa era que los instructores, no eran tan maniacos.
Sin embargo, habían algunas reglas de hierro que todos debían seguír.
La primera, no intentar escapar.
Esto conllevaba a un castigo de muerte.
Segundo, no hacer ruido durante la noche.
Esto tambien conllevaba la muerte.
Luego estaba no confrontar a los maestros o era muerte.
Y otras cosas mas.
Si, había visto a algunos chicos en el pasado ser así y todos murieron sin excepción.
El mismo era un ejemmplo.
*shwosh*
Sin que se diera cuenta, de alguna forma, el viejo bastardo que lo acababa de matar, llegó frente a su puerta sin que el escuchara ruido de pasos alguno y abrió la puerta.
[Nanashi, es hora de ir al comedor.
Ya llevas una semana aquí, hoy comienzas tu purificación]
[Entiendo maestro]
Victor asintió ante el viejo bastardo que acababa de matarlo.
El viejo bastardo tampoco pensó mucho y caminó hacia la siguiente puerta, donde estaba el número 16.
Respirando profundamente, se desidió pasar esta prueba de una sola vez.
Había crecido mucho, no solo de lo que era a diferencia de cuando fue metido a un entrenamiento espartano por primera vez, sino que ahora su mentalidad y voluntad eran mucho mas fuertes, sentía que podría hacerlo de una sola vez.
Al final, ¿Que tan duro podía ser?
Con optimismo, se prometió que cuando saliera, tendría una noche romántica con Mariposa.
De esta forma, se levantó y siguió a un grupo de unos 10 niños al comedor.
...
El comedor resultó ser bastante simple, varias mesas de madera con almenos 50 niños y niñas en el mismo lugar.
Victor había desidído su destino, y no intentó actuar alocado, si estás en roma, as lo que hacen los romanos.
Así, como un buen niño asiatico calvo, tomó su desayuno, que consistía en un plato de arroz, con un poco de pezcado asado y algunas verduras.
Todos comían en silencio, sin desirse nada a nadie.
O bueno, si lo hacían, solo que en susurros diminutos.
Victor miró a algunas lindas niñas asiáticas, pero lamentablemente, este era solo una cosa hecha por el sistema, no podría sacarlas, por lo que solo pudo obstruir sus emociones y continuó comiendo.
Sin una palabra, pronto fue llamado por su maestro.
El viejo bastardo se llamaba Tanaka.
Lo que parecía ser un ninja bastante viejo.
Estricto y de alguna forma, parecía que le gustaba usar agujas para matar.
Victor fue guíado a otro extremo de el edificio.
Mientras caminaba, se dio cuenta de que este lugar era bastante hermoso, o bueno, rico.
La casa era obviamente un estilo japonés, con esos techos en forma de arcos, esquinas decoradas de forma simple y elegante, el suelo que pisaban era pulido, las paredes que consistían en paredes hechas de papel y en los jardínes, eran árboles de cerezo que seguro en abril florecerían con flores hermosas.
Caminando, notó que el viejo Tanaka pisaba de una forma algo extraña, no haciendo ruido cuando caminaba.
Aunque sus zapatos eran de una tela, y eso ayudaba un poco, el mismo cuando pisaba, se podía oír el sonído de la punta y el talón golpear el suelo.
Tanaka no dijo nada, no lo miró y no reaccionó a el mismo.
Simplemente lo llevó hasta una esquína donde había un pequeño cuarto hecho con palos de bambú.
[Estarás aquí durante 30 dias, ayunarás y meditarás con el método que te enseñamos, tu periodo de purificación nos dirá si puedes ser realmente un asesino digno.
Ya te dijimos todo, un mes, y si fallas, mueres.]]
El viejo Bastardo dijo esto, seguído de empujarlo dentro de la habitación y luego cerrar la puerta detrás de el mismo.
Al mismo tiempo, la información de un supuesto método de meditación llegó a la mente de Victor.
Respirando un par de veces, aunque quería gritarle que se fuera a la mierda a ese maldito viejo, lo aguantó con esfuerzo, y luego simplemente se sentó.
No quería morir un montón de veces.
Simplemente sigue todo, y no intentes causar problemas, solo sigue la corriente, y esfuérzate para terminar esta mierda lo mas rápido posible.
Pensando así, miró el lugar.
Era un pequeño cuadro con apenas un metro cuadrado y dos metros de alto.
Como un baño público, el suelo era de tatami, y el techo era de paja, con algunos agujeros a los lados que le dejaban ver el exterior ligeramente.
Sabiendo solo si era de noche o de dia.
Sentándose en el pequeño espacio, se juró terminar una vez mas el trabajo en una sola vez y luego follarse duro a mariposa, y de paso, a esas nuevas 15 asistentes que llegaron con el.
Mhm, eso ará.
Con el espíritu refrescado, rebisó el método de entrenamiento.
No era nada del otro mundo, sentarse en posición de loto o de rodillas, cerrar los ojos, y explorar tu mundo interior y bla, bla, bla.
...
Cada dia, solo había una comida por la tarde noche, consistiendo en arroz, frijoles, pezcado y verduras, lo demas era pura agua.
No era ayuno estricto, almenos la comida era suficiente para no volverse loco de hambre y querer comerse el tatami.
Hacía sus necesidades en una pequeña puerta que se encontraba a un lado y por suerte estos tipos no fueron hinumanos y lo dejaron revolcarse en su propia mierda.
Dia uno, dia dos, dia tres.
No sabía que pasaba con el entrenamiento mental, solo pensaba que cuando saliera, estaba dispuesto a embarazar a esas viudas negras, y lo soportó con gran fuerza de voluntad.
...
Cuando llegó el dia 30, el mismo viejo llegó con el.
[Mhm, 30 dias y no comenzaste a causar problemas, parece que tienes la pasiensia para ser un asesino.
Apartír de hoy, comienza tu entrenamiento.
Victor abrió sus ojos inyectados en sangre.
Para ese momento, solo quería matar al viejo bastardo frente a el mismo.
Pero pensando en terminar todo de una sola vez y volver para tocar una vez mas a esa delicada secretaria suya, a edna, olga, y demás chicas,, aguantó su estado de ánimo, y asintió.
[Entiendo maestro]
Su voz ya era ronca, por no usarla, pero el viejo bastardo lo ignoró y se adelantó.
Victor, solo lo persiguió por detrás.
...
El entrenamiento ninja comenzó desde muy joven.
Una vez que pasaba el periodo de purificación, que consistía en simplemente mantener a una persona en un cuarto pequeño durante un mes para ver su resistencia mental, si pasan sin comenzar a gritar, o hacer cosas extrañas, entonces se comienza un entrenamiento físico.
Fuera lo que fuera, victor lo hizo sin rechistar ni una sola vez.
Cuando quería simplemente volverse loco y matar a todos los viejos bastardos en este lugar, se recordaba que solo era una ilución del sistema, y pronto regresaría a casa y tendría una orgía tremenda con sus chicas.
Comenzando por la mañana con la meditación y entrenamiento físico.
Seguido con el desayuno rico en calorías.
Luego era un entrenamiento de uso de armas simples.
No habían cosas como aparecen en animes, aquí eran simplemente cosas que pudieran matar.
Cuchillos, serbatanas, agujas, navajas, clavos.
Practicar puntería, y los signos vitales de el cuerpo humano en un muñeco de madera.
Victor se imaginaba que asesinaba a esos viejos bastardos, y se sentía mas enérgico.
Por la tarde, era entrenamiento de sigilo.
Inesperadamente, lo que vió una vez en una película, le pasó igual.
Caminar por un suelo de madera, y en la parte del entre suelo, había un clavo afilado, cada vez que pisabas con fuerza, el clavo pinchaba la madera y esto hacía un ruido chirriante que resultaba en un latigazo en la planta del pie.
Por la noche, era entrenamiento de sigilo y búsqueda.
Dos equipos de niños se metían en un bosque denso a jugar a las escondidas.
Un equipo se escondía, y el otro buscaba.
El ganador resultaba en el equipo que encontrara mas personas, o el equipo que asesinara a mas personas.
No era asesinato real, simplemente, el equipo escondido usa un lazo rojo y lo ata apresuradamente en la boca del contrincante, significando su muerte en el juego.
Esto hacía que uno tuviera que identificar con serio cuidado cada sombra y reliebe en la noche.
Los humanos no son animales nocturnos, pero estos niños tuvieron que ajustar sus cuerpos para volverse con reflejos increibles.
El perdedor del juego, resibe 20 latigasos en la espalda.
Así, pasaron 3 años]